Revisión de anime: OVAs (1983-1989)

Aprovechando las fechas navideñas, tengo algo interesante que enseñaros. Me preguntaréis de qué se trata. ¿Otra reseña o análisis? No, tranquilos. Esta vez quería hacer algo un poco diferente. Y digo un poco porque cualquiera que haya leído mi blog en los últimos meses sabe que he subido reseñas sobre títulos en formato OVA. Pues de eso tratará este artículo. Sin embargo, no pretende ser una simple revisión de anime. En primer lugar, porque es muy complicado revisar cada maldita obra lanzada en el periodo que señalo en el título. En segundo término, porque sería algo muy similar a mi top 50 de las mejores OVAs del anime. En vez de eso trataré de contar una pequeña historia sobre el origen y el desarrollo del formato OVA durante los años 80. Por eso hablaré de tendencias, creadores, géneros predominantes, pequeños comentarios sobre algunas obras, etc. Al final, incluiré un ranking con todo lo que he visto. Espero que os guste.

El anime se hace más adulto

Desde finales de los años setenta, el anime dejó de ser un medio exclusivamente dirigido a los niños. El primer paso lo dieron las óperas espaciales de Leiji Matsumoto (Space Battleship Yamato, 1974; Captain Harlock, 1978; y Galaxy Express 999, 1978). Posteriormente, los mechas apoyaron esta empresa porque evolucionaron argumentalmente para dar origen a grandes exponentes como Mobile Suit Gundam (1979) o Macross (1982). Ante la complejidad temática y argumental, el público infantil se alejó de estas series dejando su lugar a unos adolescentes y jóvenes adultos capaces de disfrutarlas.

Durante los años 80 este tipo de animes siguieron apareciendo, pero el horizonte de posibilidades se amplió al añadir al catálogo otras obras distintas de dramas bélicos. Aparte de lágrimas, el nuevo público también quería carcajadas. Aquí entró en juego Urusei Yatsura (1981), una comedia desenfadada, animada y festiva que permitió a los jóvenes soñar con una chica especial como Lum o participar en el desorden escolar que tan a menudo protagonizaban Ataru y Shutaru. Con todo, la televisión no era el territorio más idóneo porque había unos límites que no podían ser traspasados en lo que a contenido y su representación se refiere. De ahí que estudios como Madhouse y Tokyo Movie Shinsha crearan títulos más adultos para cines.


El primer ejemplo lo constituyeron las adaptaciones de los mangas de Keiko Takemiya, especialmente Natsu e no Tobira (1981). Aquí la autora trae temas novedosos como la homosexualidad, el suicidio o el sexo. Si bien no alcanzaba a representar dichos temas de manera explícita ni cruda. Un poco más audaces lo fueron Golgo 13: El profesional (1983), con sus muchos asesinatos y sugerentes escenas eróticas y sexuales; e Hiroshima (1983), una película que por primera vez narra para un gran público el horror del bombardeo atómico de la ciudad de Hiroshima. Esta última no se corta en lo absoluto a la hora de mostrar muerte, hambre, enfermedad, etc. Sin embargo, estrenar en cines aún no era lo ideal. Sea por un menor público o por el mayor presupuesto a emplear.

El surgimiento de la OVA: nuevos estudios y primeros títulos

El formato ideal llegó con la irrupción del sistema doméstico de vídeo en los hogares japoneses. Los primeros formatos de reproducción de vídeo fueron el VHS y el Betamax, haciéndose realidad a finales de los años 70. Así nació la Original Video Animation (OVA), cualquier producción animada elaborada para ser vista en un reproductor de vídeo. ¿Por qué, sin embargo, hablamos de formato ideal? Pues porque presentaba una serie de ventajas frente a la televisión (e incluso el cine). En primer lugar, en sus inicios estaba libre de casi cualquier censura. En segundo término, los productores no estaban sujetos a unos horarios o un calendario en el cual el anime debería estar terminado y ser emitido en un tiempo no inferior a los tres meses. En tercera instancia, el estudio tenía la posibilidad de invertir más o menos dinero, con relativamente menores riesgos. Por último, el vídeo proporciona mayor intimidad al consumidor al refugiarse en la soledad del hogar. En resumen, las OVAs se adaptaban mejor al escenario de los 80.

De esta forma, en relativamente poco tiempo, salieron al mercado doméstico numerosos animes. Al principio, eran películas cuya duración oscilaba entre los 45 y los 60 minutos, pero en los últimos instantes de los ochenta empezaron a florecer miniseries compuestas por 2, 4, 6 o más episodios. Todos los estudios del momento probaron suerte, en especial Sunrise y Pierrot. Al calor de este boom, nacieron nuevos estudios como AIC, Gainax o J.C. Staff. El primero, sin embargo, era especial. Hasta mediados de los 90 AIC se especializó en producir anime para el mercado doméstico. En colaboración con Animate Film y Artmic, logró que la calidad de animación de muchas de sus películas destacara por encima del resto de sus competidores. Tal vez el término pasión sea el más apropiado para hablar de su trabajo, ya que el empeño de sus animadores era perceptible hasta para el menos avezado. Entre sus miembros sobresalió Toshiki Hirano, que ocupó posiciones de director, director de animación y diseñador de personajes en animes como Dangaioh (1987). Otras personas ligadas al estudio fueron Hiroki Hayashi o Katsuhito  Akiyama, que se desempeñaron en posiciones similares.


La primera OVA fue Dallos (1983), una miniserie de ciencia ficción, dirigida por Mamoru Oshii, que nos recuerda vagamente al argumento de Gundam al incorporar muchos de los elementos presentes en la obra de Tomino. A esta le siguió un sujeto particular llamado Birth (1984), un proyecto donde la historia es un pretexto para dar rienda suelta a los deseos de los animadores implicados. Dicha experimentación tuvo continuidad en forma de diversas antologías de cortometrajes como Robot Carnival (1987) y Neo Tokyo (1987). Aquí se estrenaron animadores importantes e ingeniosos como Katsuhiro Otomo, Koji Morimoto, Takashi Nakamura y Yoshiaki Kawajiri. Con individuos así manejando estilos tan distintos no es de extrañar que el conjunto fuera desequilibrado. Sin embargo, la creatividad resultante fue un valor a apreciar.

En una dirección paralela, surgieron unas pocas obras que buscaban un público más intelectual y maduro. Presentaban nuevos temas que prácticamente no se habían planteado con anterioridad. Aquí destaca Mamoru Oshii, el autor más prolífico. Ejemplos son Angel Egg (1985), obra abierta a la interpretación por su carácter simbólico; Twilight Q (1987), donde la historia del detective recuerda a la temática de Urusei Yatsura 2: Beautiful Dreamer (1984); o Gosenzo-sama Banbanzai! (1989), una tragicomedia que involucra a una familia cuya estabilidad se viene abajo con la llegada de una mujer desconocida. Más allá de proyectos originales también se presentaban diversos títulos adaptados de mangas o novelas, aunque no siguiendo al pie de la letra el libreto inicial. Hablamos de Area 88 (1985), una adaptación de Kaoru Shintani sobre los traumas y la dependencia de la guerra; Patlabor: The Mobile Police (1988), una obra que traslada los robots gigantes a un escenario más realista donde están presentes las dificultades para operarlos en el mundo real; o The Legend of Galactic Heroes (1988), una epopeya espacial que relata el enfrentamiento entre dos potencias intergalácticas con sistemas políticos opuestos. Hasta MSG 0080: War in the Pocket (1988), una entrega que explora lo indeseable del conflicto bélico a través de la perspectiva de un niño.

Sexo y violencia: la influencia del cine comercial norteamericano y el manga seinen

Aunque muchos no hicieron ascos a la creatividad, la madurez o la sutileza que ofrecían los títulos anteriores, la realidad es que los fans del anime demandaron productos de entretención capaces de distraerles y divertirles para pasar un buen rato. Una de las opciones más recurrentes en los primeros años de vida de la OVA fueron los productos derivados de series populares de televisión. Durante la primera mitad de los 80 los jóvenes habían disfrutado las aventuras de multitud de héroes y heroínas televisivos, sobresaliendo aquellos originarios de obras como Armored Trooper Votoms (1983), Magical Angel Creamy Mami (1983), Dirty Pair (1985) y otros muchos. Sin embargo, algunos espectadores estaban dispuestos a pagar por ver más de sus personajes y universos favoritos. Esta situación fue aprovechada principalmente por Sunrise y Pierrot, aunque otros como Production Reed y Studio Deen siguieron sus pasos. Así surgieron nuevas historias secundarias, crossovers, spin-off y vídeos musicales. Las franquicias extendidas no se limitaron a las series mencionadas sino que filmes exitosos como Project A-Ko (1986) o Gall Force (1986) tuvieron continuidad en el mercado doméstico por medio de sucesivas entregas que continuaban la historia de dichas películas.

Esta opción pronto quedó opacada por aquellos proyectos que perseguían entretener a través de la violencia y el sexo. En Occidente la ficción de los años 80 estuvo definida por términos como riesgo, exceso, desorden o degeneración. El anime no fue ajeno a esta caracterización. De hecho, las producciones japonesas iban aún más lejos al multiplicar el factor extremo y añadir su frecuente excentricidad. La violencia de Violence Jack (1986) o las perversiones sexuales de Cream Lemon (1984) superan con creces lo que otros países como Estados Unidos podían ofrecer por su explicitud, depravación y minuciosidad superiores. En particular, llama la atención las atrocidades que son capaces de representar obras como Urotsukidoji (1987) que no se cortan en exhibir masacres de personas inocentes cuyos cuerpos se vuelven masas de carne sanguinolentas. Hay casi un interés lúdico por parte de los animadores, por representar aquello que más les gusta (por ejemplo, la pelea entre dos robots gigantes) aún cuando no hay un marco sólido donde ubicar los eventos narrados.

No es de extrañar que algunos consideremos a estas producciones japonesas como subproductos semejantes a los que ofrecían en su tiempo las películas de serie B americanas y el género de explotación. El presupuesto limitado y la temática moralmente reprobable con toneladas de crimen, muerte, violencia y sexo encajan en el ámbito mencionado. Lo que sí concuerda perfectamente es la inspiración que toman muchos títulos OVA del cine comercial norteamericano, en especial el género de acción y el de terror. De ejemplos tenemos a Mad Max (1979), Alien, el octavo pasajero (1979), La Cosa (1982) o Terminator (1984). Así seremos testigos de gente atrapada en compañía de monstruos, posesiones demoníacas, máquinas de matar dispuestas a todo con tal de destruir a su objetivo o mundos postapocalípticos gobernados por delincuentes y demonios. Eventos de tal magnitud pueden ser contemplados en filmes como California Crisis: Gun Salvo (1986), MD Geist (1986), Roots Search (1986) o Digital Devil Story (1987). 


En todos ellos la influencia de algún título cinematográfico resulta evidente, aunque un contenido semejante se encuentra en las adaptaciones de manga seinen autores como Go Nagai (Violence Jack, 1986; Devilman, 1987), Kazuo Koike (Crying Freeman, 1988) y Tetsuya Saruwatari (Riki-Oh, 1989). Algunas de estas obras llenas de brutalidad, punks y monstruos fueron adaptadas por directores que se hicieron un nombre justo en esta época: Rintaro y Yoshiaki Kawajiri. Ambos estuvieron implicados en numerosos proyectos, otorgándoles a ellos el estilo que les define. De los dos, sin embargo, me quedo con el segundo. Desde Wicked City (1987) Kawajiri se definió por las historias de acción protagonizadas por seres demoníacos y monstruosos. En ellas abunda el espectáculo gracias a su buen hacer en las escenas de acción, pero también sabe crear diseños de monstruos repulsivos, espacios urbanos inquietantes e historias inesperadamente románticas.

No debemos olvidar, sin embargo, que otros autores también vieron adaptados sus mangas y novelas al medio animado. Una de ellas es Rumiko Takahashi, cuyas principales obras (Urusei Yatsura, 1981; Maison Ikkoku, 1986; y Ranma 1/2, 1989) fueron materializadas en forma de serie de televisión. Sus mangas menores (Rumic World, 1978; y One Pound Gospel, 1987) también recibieron adaptaciones pero lanzados directamente en vídeo. Sin duda, fue la autora más popular de la década de 1980. Con todo, no había exclusividad alguna porque los estudios recurrieron a otros muchos nombres para inundar el mercado de vídeos que poder vender. Algunos de ellos son Osamu Tezuka, con la adaptación de Hi no Tori (1967) y Lion Books (1971); Kaoru Shintani, con el citado Area 88 y Cleopatra D.C (1989); Masamune Shirow, con Black Magic M-66 (1987) y Dominion (1988).

Un mercado en expansión y varios inconvenientes

A medida que pasaron los años el mercado de OVAs iba expandiéndose a ritmo vertiginoso. Así pasamos de un par de filmes en 1983 y 1984 a 30 y 40 OVAs en 1985 y 1986 respectivamente. El crecimiento continuó intensificándose en años venideros, superando en cada ocasión el medio centenar y llegando a 70 títulos distintos en 1989. Sin duda, los consumidores no tuvieron suficiente y las productoras tampoco estaban dispuestas a bajar el número de películas y series. Una realidad que se asemeja a tiempos actuales donde cada temporada se emiten entre 45 y 70 series, si contamos los nuevos animes de Netflix y de otras plataformas que ofrecen series fuera del ámbito televisivo. Lo que sí resultó contraproducente en este incremento fue la calidad general de las OVAs que fue disminuyendo poco a poco, siendo cada vez menos los títulos que sobresalían por su animación. 


Como hemos dicho, la acción trepidante y brutal y la temática sexual estaban presentes en la mayor parte de obras de ficción. No obstante, la diversidad de géneros es también una realidad porque ambas pueden tener lugar en multitud de historias. Así, el género de ciencia ficción seguía más vivo que nunca al expandirse a otras lindes como el cyberpunk (Megazone 23, 1985; y Bubblegum Crisis, 1987), pero sin renunciar a las óperas espaciales pobladas por robots, armaduras y naves espaciales (Outlanders, 1986; Gunbuster, 1988). Alguna también se ubicaba en mundos adelantados donde dominaba la tecnología futurista y los protagonistas eran un grupo policial como en Mobile Police Patlabor (1988) o Appleseed (1988). 

En el lado opuesto hallamos cintas que, sin renunciar a algunos elementos de ciencia ficción, están dominadas por la fantasía medieval que toman inspiración en los JRPG (Dragon Quest y Final Fantasy) y Mazmorras y Dragones. Véase Genmu Senki Leda (1985) o Legend of Lemnear (1989). El pasado también permite ir a otras épocas como el Japón feudal donde nos presentan obras protagonizadas por samuráis y ninjas dotados de poderes sobrenaturales y fuerza sobrehumana (Youma, 1989). Otros géneros con mucha presencia fueron las comedias eróticas como Junk Boy (1987) y las comedias escolares como Project A-Ko (1986). Tampoco hay que olvidar la demografía shojo que empezó con derivados de franquicias televisivas para ir poco a poco hacia las adaptaciones de manga. Algunas de ellas fueron romances homosexuales como The Poem of Wind and Trees (1987). En general, el mercado se fue diversificando con el tiempo.

Para este punto, sin embargo, es necesario opinar sobre una cuestión: ¿Las OVA de los 80 son entretenimiento basura? Desde mi conocimiento y experiencia, el grueso de OVAs ochenteras NO pueden considerarse basura. Tal vez el calificativo que aplicaría es el de mediocre, tal como acontece a día de hoy con el anime de temporada. Las razones son amplias, aunque buena parte de las mismas derivan de las propias limitaciones del formato OVA en relación al tiempo y episodios que usan para narrar una historia completa así como por el carácter de producto promocional que tienen muchas de ellas. Sea una u otra, las consecuencias tienden a ser problemáticas para la narración. Vamos a hablar de unas cuantas de ellas.


Una de las más evidentes es el desarrollo argumental apresurado, donde los implicados se saltan gran parte del proceso necesario para terminar el viaje satisfactoriamente. Imagina que empezamos el periplo para derrotar al Dios Demonio, pero solo completamos las dos primeras partes y desde ahí, con un par de atajos, estamos en la lucha final. De ejemplo tenemos a Genmu Senki Leda (1985). Un escenario que, sin embargo, es mejor que lanzarnos al nudo del conflicto sin contexto suficiente o pasar a toda velocidad la introducción sin presentar personajes y universo. Mal que radica, por ejemplo, en Minna Agechau (1987). Si bien me he topado con un par de shonen ai donde el problema era peor por cómo te sientes desconectado emocionalmente del prota y los demás personajes. De hecho, multiplican los defectos al mostrarnos solo las peores facetas de los mismos. A pesar de la novedad de las premisas, estos y otros inconvenientes como el pésimo manejo de las relaciones prohibidas echan por tierra cualquier ambición en relación al romance homosexual.

Siguiendo con los personajes de estas producciones, una característica habitual es su caracterización reducida. Muchos personajes podemos definirlos en base a un par de rasgos que configuran individuos estereotípicos, sin la capacidad de exhibir otras facetas o siquiera consolidar con calma lo poco que tienen. Son casi esbozos débilmente unidos al resto del elenco por las limitadas interacciones. Es decir, apenas son funcionales. Violence Jack (1986) o Demon City (1988) son un buen ejemplo. A ello hay que sumar una cantidad de personajes, con sus correspondientes conflictos, excesiva para filmes o miniseries que no van más allá de los 90 o los 120 minutos. Es el clásico "quien mucho abarca, poco aprieta".

Otros problemas molestos incluyen falta de mesura en las acciones y eventos narrados, como si los animadores desearan que todo estallara en pantalla; y los obstáculos del ritmo, derivados de la ampliación temporal respecto a los capítulos televisivos. Para acabar, están aquellas miniseries de formato episódico cuyo potencial sería explotado con 12 o más episodios, pero solo disponen de un par de ellos; y aquellas obras que terminan incompletas cuando estaban empezando a desenvolverse, sin una conclusión sólida o acabar el arco narrativo en el que estaban. Ejemplo de ello es Devilman (1987), que no consigue adaptar los cinco tomos del manga de Nagai.

De cualquiera forma, un servidor considera que a pesar de todas las falencias tienen una serie de méritos que tal vez hoy no pueden apreciarse. Uno de ellos fue el incremento de la oferta de anime, con una ampliación de géneros y temáticas que apenas habían pisado el terreno de la animación japonesa. El otro se refiere al espíritu del que están empapadas dichos filmes y series. Todas logran transmitirte ese sentimiento tan característico de los 80 de que los jóvenes somos capaces de lo que sea y que hay que pasarlo bien y divertirse. Esa pasión juvenil consiguen transmitirla muy bien. El adolescente de los 80 podía darle su merecido a los delincuentes y salir con la chica que le gustaba.

Dicho esto, ahora me queda exponer mi ranking. Me gustaría exponer mi opinión sobre las decenas de OVAs que he visto, pero es imposible hacerlo a estas alturas. Por ese motivo, expresaré mi opinión sobre los títulos listados a continuación mediante su integración en cinco grupos diferentes que van de mejor a peor:

Imprescindible

-Area 88 (1985)
-Angel Egg (1985)
-Legend of Galactic Heroes (1988)
-Gunbuster (1988)
-Mobile Suit Gundam 0080: War in the Pocket (1989)
-Gosenzo-sama Banbanzai! (1989)

Necesario

-Neo Tokyo (1987)
-Wicked City (1987)
-Patlabor: The Mobile Police (1988)
-Ace wo Nerae! 2 (1988)
-Riding Bean (1989)

Recomendable

-Birth (1984)
-Radio City Fantasy: Machikado no Märchen (1984)
-Soukou Kihei Votoms: The Last Red Shoulder (1985)
-Urusei Yatsura OVA (1985)
-Magical Princess Minky Momo: La Ronde in my Dream (1985)
-Megazone 23 II (1986)
-The Flying Luna Clipper (1987)
-Great Planet Evil-Destroyer Dangaioh (1987)
-Dirty Pair: With Love From the Lovely Angels (1987)
-Bubblegum Crisis (1987)
-Twilight Q (1987)
-Soukou Kihei Votoms: Red Shoulder Document - Yabou no Roots (1988)
-Demon City (1988)
-Uchuu Kazoku Carlvinson (1988)
-Dominion (1988)
-Vampire Princess Miyu (1988)
-Goku: Midnight Eye I (1989)
-Nightsong of Splendor (1989)
-Crusher Joe: OVA (1989)
-Kimagure Orange Road OVA (1989)

En la línea

-Dallos (1983)
-Megazone 23 I (1985)
-Tatakae!! Iczer-1 (1985)
-Fire Tripper (1985)
-Dream Hunter Rem (1985)
-Lunn wa Kaze no Naka (1985)
-Dirty Pair: Affair of Nolandia (1985)
-California Crisis: Gun Salvo (1986)
-Cosmos Pink Shock (1986)
-M.D. Geist (1986)
-Call Me Tonight (1986)
-Outlanders (1986)
-Prefectural Earth Defense Force (1986)
-Urban Square: Kohaku no Tsuigeki (1986)
-The Choujo (1986)
-Violence Jack: Harlem Bomber-hen (1986)
-Aitsu to Lullaby: Suiyoubi no Cinderella (1987)
-Laughing Target (1987)
-Space Fantasia 2001 Nights (1987)
-Project A-Ko 2: Plot of the Daitokuji Financial Group (1987)
-Macross Flash Back 2012 (1987)
-TOY (1987)
-Black Magic M-66 (1987)
-The Poem of Wind and Trees (1987)
-The Samurai (1987)
-Metal Skin Panic MADOX-01 (1987)
-Gall Force 2: Destruction (1987)
-Yotoden: Chronicle of the Warlord Period (1987)
-Dragon's Heaven (1988)
-Appleseed (1988)
-Violence Jack: Evil Town (1988)
-One Pound Gospel (1988)
-Kaze no Matasaburou (1988)
-Hades Project Zeorymer (1988)
-Project A-Ko 3: Cinderella Rhapsody (1988)
-Megazone 23 III (1989)
-Baoh The Visitor (1989)
-Legend of Lemnear (1989)
-Goku: Midnight Eye II (1989)
-Assemble Insert (1989)
-Cleopatra D.C. (1989)
-Youma (1989)
-Ys (1989)

Pérdida de tiempo

-The Chocolate Panic Picture Show (1985)
 -Cosmos Police Justy (1985)
-Bavi Stock (1985)
-Dream Dimension Hunter Fandora (1985)
-Ai City (1986)
-The Adventures of Scamper the Penguin (1986)
-Amon Saga (1986)
-Del Power X (1986)
-Nayuta (1986)
-Wanna-Be's (1986)
-Twinkle Heart (1986)
-Lily C.A.T. (1987)
-Good Morning Althea (1987)
-Demon of Steel: Battle of the Great Demon Beasts (1987)
-Digital Devil Story (1987)
-Minna Agechau (1987)
-Body Jack (1987)
-Dead Heat (1987)
-Makyou Gaiden Le Deus (1987)
-Relic Armor Legaciam (1987)
-Dream Dimension Gentleman (1987)
-Elf 17 (1987)
-Campus Special Investigator Hikaruon (1987)
-Pink Noise (1987)
-Battle Royale High School (1987)
-Junk Boy (1987)
-Maryuu Senki (1987)
-Teen Little Gall Force (1988)
 -Bride of Deimos (1988)
-Crying Freeman (1988)
-Ultimate Teacher (1988)
-Seisenshi Dunbine OVA (1988)
-Harbor Light Monogatari: Fashion Lala yori (1988)
-Ryuu Seiki (1988)
-Xanadu Dragonslayer Densetsu (1988)
-The Tokyo Project (1988)
-Fairy King (1989)
-Riki-Oh: The Wall of Hell (1989)
-Darkness of the Sea, Shadow of the Moon (1989)
-Cybernetics Guardian (1989)
-Angel Cop (1989)
-Ariel Visual (1989)
-Amada Anime Series: Super Mario Brothers (1989)
-Makaryuudo Demon Hunter (1989)
-Project A-Ko 4: Final (1989)
-Bouken Shite mo Ii Koro (1989)

¡Evítalo!

-Nora (1985)
-Twinkle Nora Rock Me! (1985)
-Greed (1985)
-Cool Cool Bye (1986)
-The Humanoid (1986)
-Majo demo Steady (1986)
-Superdimensional Romanesque Samy: Missing 99 (1986)
-Legend of Lyon Flare (1986)
-Roots Search (1986)
-Girl Detective Club (1986)
-Hell Target (1987)
-Pants no Ana: Mambo de Ganbo! (1987)
-Yume kara, Samenai (1987)
-Dog Soldier (1989)
-Aoki Honoo (1989)
-Cherry no Manma (1989)
-Explorer Woman Ray (1989)
-That Girl is 1000% (1989)
-Cipher (1989)
-Be-Boy Kidnapp'n Idol (1989)

Fuentes

-AnimeNewsNetwork. https://www.animenewsnetwork.com/
-MyAnimeList. https://myanimelist.net/

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13 Comentarios

  1. Sin duda, éxito de las ovas se debió en gran medida a que había gente adulta que consumía anime. Los fanáticos que habían crecido viendo Mazinger o Space yamato, a inicios de los 80s ya superaba los veinte e incluso había un grupo de estos que se había involucrado en la industria. Así que las ovas se convirtieron en el refugio de estas personas.

    De allí, que las primeras obras populares fueron animes que eran una reminicencia de series populares en los grupos otakus, como caso del real robot dejó de ser rentable en la TV, en el 85, pero que fueron muy populares en el mercado de las ovas.

    Siendo Megazone o los animes de AIC , un claro ejemplo de ello, que debieron su éxito, en parte, al hecho de que tenía una marcada similitud, en términos de estética , con Macross.

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  2. Me encanto, es una nota muy digna de publicarse en una revista cultural.
    ¡Un abrazo y que hayas tenido una feliz navidad!

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    1. Como siempre estoy abrumado por tus cumplidos. Espero que veas alguno de los títulos de más arriba, que merecen mucho la pena.

      Feliz navidad

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  3. La OVA no solo era una suerte de respuesta comercial (como ocurre ahora) frente a capitulos exclusivos que debías adquirir previo pago y que no eran transmitidos por la señal abierta, incluso a veces la OVA era el cierre definitivo de una historia por lo que si querías ver como acababa un anime, tenías que comprar los capitulos que faltaban.

    Aun asi creo que la OVA también fue una tribuna para explayarse nuevos conceptos de la animación, aislandonos un poco de lo kodomo y de lo comercialmente popular (shonen, shoujo, mecha) en la decada de los 80 y 90 y es que en la OVA al ser un producto para la venta, te permitían ciertas libertades que derrepente no podías consignarlas en un formato de serie de tv, esto es violencia explicita, lenguaje ofensivo, contenido sexual (parezco que estuviera leyendo el cartelito de "locomotion channel") pero ese al menos era la finalidad, y al ser justamente un producto para la venta, la animación era mucho mejor realizada porque a diferencia del producto de tv que era emitido en señal abierta, la OVA era animación exclusiva donde obtenías una ganancia directa.

    Aun asi lamentablemente con el pasar de los años y la masificación del internet, del warez, del torrent y demas formas de descarga se ha hecho demasiado complicado ver iniciativas arriesgadas en la animación, quedando su signficado en el bote de basura.

    Gracias por el articulo, Saludos Batracio

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  4. Gracias por tu comentario. Eso no lo sabia.

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  5. Que buen artículo, me ha sido lo más de informativo, no sólo el mencionar las particularidades, sino que enlistar ejemplos concretos de cada característica ayuda al entendimiento de esa época, y claro, como únicamente este artículo puede venir de quien se ha tomado el tiempo para verlo y entenderlo.

    Poco de ovas he visto, y en esa larga lista habré visto si acaso 10, más con todo lo que has mencionado, me quedan bastantes ganas de seguir explorando esa época.

    Saludos

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    1. Gracias por comentar. Me alegro que te haya parecido bueno.

      Saludos

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  6. Sensei muy buen articulo. Le heche otra leida y se me habia olvidado comentarla. Espero ver mas de estos articulos.

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  7. Gracias bro me diste buenos títulos que ni sabia existían 👍

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  8. Acabo de descubrir tu Blog y me parece perfecto.
    Con este listado de OVAs me mataste porque ya tengo un Excel con más de 500 animes pendientes que voy viendo conforme salgan sorteados. Pero tendré que anotarme algunas de estas OVAs también.
    Lo malo suele ser que no encuentro en Internet para verlos, ya sea para descargar u Online.
    Un saludo desde Paraguay.

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    Respuestas
    1. Buenas noches, me alegro que te haya gustado. Sí, es una lástima que no todas las obras tengan la misma accesibilidad en la Red, aunque si lo comparo con la animación de otros países hay bastantes páginas donde se pueden ver online.

      Un saludo

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