Reseña: Doraemon


  • Año: 1979-
  • Capítulos: 1787 (y más en la siguiente)
  • Estudio: Shin-Ei Animation
  • Género: Comedia, Escolar, Infantil

Un éxito difícil de comprender 

Sinopsis

Desde un futuro lejano, Doraemon, un gato-robot, llega al siglo XX para cumplir con una misión. Su cometido es ayudar a Nobita Nobi, un niño de primaria con muchos problemas debido a su actitud ociosa, egoísta y necia. Para ayudarlo usará su bolsillo mágico, capaz de sacar todo tipo de artilugios sorprendentes. Con ello esperaba evitar los problemas que causaría al crecer. Sin embargo, Nobita no es un niño que aprenda rápido, así que tendrán que tener paciencia…

Trama y Desarrollo

Cualquiera que haya tenido infancia habrá visto, al menos, unos cuantos capítulos de Doraemon. No hay que ser muy joven para haberlo hecho porque Doraemon es popular desde sus inicios y este anime empezó a emitirse en 1979. Es decir, ha sido visto por varias generaciones de nuestra sociedad. Sin embargo, nunca me ha gustado, ni mucho menos me parece una serie buena, por lo que no entiendo su éxito. Probablemente deseen defenderla con el argumento de que pertenece a una demografía infantil, pero lo cierto es que en esa sección hay títulos mucho más interesantes que el gato cósmico. En cualquier caso, se merece que la analice antes de afirmar con rotundidad nada, así que vamos a eso.

Doraemon es una comedia infantil acerca de Nobita, un niño que intenta resolver sus problemas con los abusones, la escuela y la vida en general mediante los inventos que le presta su amigo Doraemon. Al igual que otras series de Fujiko Fujio, nos topamos con un anime de corte episódico y formulaico, pero al menos le reconozco que la premisa es más atractiva que las demás. Me acuerdo de otras como Ninja Hattori (1981) y Kiteretsu (1988) que, aparte de ser la última un calco y fracaso respecto a Doraemon, están más limitadas sobre el tipo de situaciones que pueden abarcar. Sin duda, el hecho de tener un gato capaz de sacarse toda clase de aparatos extraños le proporciona más variedad. Crea cierto interés el que presentarán en cada episodio nuevo.

Sin embargo, no importa mucho porque repite los mismos esquemas una y otra vez. La fórmula básica es: 1. Nobita sufre algún tipo de problema (Gigante y Suneo abusan de él, el profesor se disgusta por sus malas notas y hacer los deberes mal, sus padres se enfadaron o Shizuka pasa de él por alguna razón). 2. Doraemon, tras negarse un poco, le entrega un invento para que resuelva el problema e intente hacerlo por sí mismo la próxima vez. 3. Nobita lo prueba y empieza a abusar de él 4. Por alguna razón, sea por su propia estupidez o la casualidad, las circunstancias le empiezan a ser desfavorables, recibiendo su justo castigo. A pesar de que hay variaciones, esto es lo que ocurre casi siempre. Si incorporara llorarle a Doraemon porque no puede tener alguna ventaja que tiene Suneo creo que completo el 90% de los motivos del punto uno.


Este hecho por sí solo sería una razón suficiente para alejar a cualquiera. ¿Quién narices querría ver de forma continuada una serie episódica cuya formula es repetitiva a más no poder? Sin duda, muy pocas personas. Y serían menos si supieran que Doraemon alcanza casi 2500 episodios entre todas sus series, siendo la segunda más larga, con alrededor de 1700 capítulos. Una absoluta barbaridad que solo se explica por el afán japonés de exprimir al máximo cualquier franquicia popular. Y al ser puramente episódica, nos topamos con que no hay cambios en los personajes, el tiempo en que se ubican o casi cualquier hecho que suponga continuidad.

Por la parte positiva, creo que los niños aprecian que sea una serie sencilla de entender porque rara vez uno no comprende para que sirve alguno de los inventos de Doraemon o la moraleja de sus capítulos. En ese sentido, no pone obstáculos a su comprensión. Si bien me parece más sabio soltar los consejos y advertencias de una forma más sutil, sin que Doraemon tenga que decirlo claramente. También algunos de los inventos iniciales creo que son toda una novedad y hasta tienen un punto de ingenio, pero a la larga te das cuenta de que cada vez son más específicos y varios son lo mismo que otros, pero bajo otra apariencia y con ligeras modificaciones.

A la hora de hablar sobre el humor más bien nos referimos a los resultados cómicos de los meteduras de pata de Nobita (y cuando toca Gigante y Suneo) al utilizar los inventos de forma abusiva. Sin embargo, la mayoría de ocasiones son de lo más básico y lo que te esperarías en ese orden de eventos. Se echa en falta una mente más aguda que permita crear situaciones más hilarantes a partir de los inventos de Doraemon. Pero siempre transita por los mismos caminos, usando normalmente la mala fortuna o casualidad en forma de accidente o torpeza. Por ejemplo, que a Nobita se le caiga el invento de turno después de hacer unas cuantas maldades y luego recibe su merecido. Pero ni siquiera cuando aún no le ha llegado el castigo idea algo demasiado interesante. Luego también te puedes encontrar algunos gags como que Nobita acaba viendo a Shizuka desnuda y esta grita. Si al menos supiera aprovechar las situaciones de siempre para darles un giro.


También podría ser que, a pesar de sus flaquezas en el guión, tuviera un humor visual que otorgara más vida y energía al conjunto, pero no es así. En realidad, no es más que otra producción de Shin-Ei Animation. Sus producciones se caracterizan por ser de bajo presupuesto, por mucho que tengan algunas de las series más populares de la historia. Véase el caso de Shin-chan (1992). Con solo echar un vistazo a un par de episodios ves que aspectos como el diseño de los personajes o los fondos son desinspirados. Y no me quejo de que los primeros sean simples exactamente sino “simplones”. Es decir, en el mal sentido de la palabra. Hay ejemplos de diseños simples como los del primer Dragon Ball (1986), que me parecen muy buenos. Pero aquí solo veo diseños similares basados en figuras geométricas o formas básicas a las que no añaden nada. Si tan siquiera tuviera una animación viva como la que gastaba los Looney Tunes, pero el movimiento está lo más ausente que puede.

Hay quien habla sobre si los valores que enseña el anime son los adecuados, pero a mí en general me parece que no tiene muchos problemas. Está claro que transmite algunos estereotipos y tópicos poco aptos en esta época como la madre que no parece tener más preocupaciones que encargarse de las tareas del hogar, contar chismes y ver la tele. Tal vez debería renovarse y acabar un poco con ese retrato del siglo pasado. En cualquier caso, aquí prima lo que llamaríamos justicia poética. Si un personaje se comporta mal, por ejemplo Nobita al sobrepasar los límites del invento, será castigado de alguna forma que le devolverá el daño causado. Además, Doraemon suelta lo que debería haber hecho en vez de dar rienda suelta a su egoísmo. 

En resumen, es una serie educativa normal, en la línea de otros animes infantiles. Hay quien cree, sin embargo, que la ausencia de cambios en los personajes demuestra que, a fin de cuentas, no están aprendiendo nada. No lo veo así porque se trata de una serie episódica, es decir, cada capítulo es independiente del resto. De ahí que sea normal verlos repetir los mismos errores. Por cansado que nos resulte, este argumento no es válido.

Personajes

Para mí es más legítimo hablar del lamentable grupo de personajes que componen Doraemon. A excepción de Shizuka y Doraemon, creo que la mayoría entraría dentro de la categoría que Animación Artesanal denomina “Primo Oliver”. Con ello me refiero a un personaje que se define por ser cargante e irritable debido a que apenas tiene rasgos positivos y se dedica a causar problemas. Aquí Nobita es el caso más paradigmático. Podríamos decir que es un mediocre y un perdedor. Es torpe, perezoso, debilucho, egoísta, tonto y tiene una pésima suerte. Podría agradarnos si de verdad todo lo que le ocurre es por la mala suerte, pero en realidad casi todo lo que pasa se lo merece. No estudia, no hace los deberes, etc. Lo que más me llama la atención es su personalidad déspota y vengativa cuando obtiene un invento nuevo. Abusa todo lo que puede de él hasta que le caen mil desgracias por hacerlo. Sí, también hace gala de valentía y determinación en ciertos momentos, pero eso ocurre 1 de cada 10 veces y normalmente en las películas, no en la serie.

Pero tampoco los otros están mucho mejor. Gigante es un abusón que siempre quiere hacer lo que él manda porque en caso de que alguien se niegue le pega y no le importa si los demás no se divierten con él. Pero Suneo es lo que llamaría un niño rico que le encanta presumir de lo que tiene todo el rato. Como buena rata, se asocia con Gigante por su fuerza. ¿Y qué pasa con los otros dos? Doraemon podrá no ser un mal tipo, pero no hace mucho por cumplir su misión. En vez de eso casi siempre lo vemos tumbado en la habitación mientras come dorayakis y lee algo. Solo cuando le pide ayuda Nobita hace algo, lo cual dice poco de su iniciativa. Por último, Shizuka es una niña educada y responsable. Lo que sí es verdad es que nunca parece tener mucha mente abierta. Lo que no entiendo es porque tiene que casarse en el futuro con un gilipollas como Nobita, pero eso es algo que ya no me importa.

Calificación: 5

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6 Comentarios

  1. Doraemon pese a ser algo muy emblemático hasta ahora me resisto a verlo. Y bueno tu reseña no hace entusiasmarme con ello, creo que es porque simplemente no es para mi.
    ¡Un abrazo!

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    1. Probablemente sea de las series cuya popularidad sea más incomprensible. Hoy en día no tiene nada que hacer contra un montón de series de su misma demografía. Por ejemplo, Recess (Recreo) es un cartoon infantil que te deja lecciones de vida importantes sin necesidad de recurrir siempre a los mismos recursos. Y ya ni hablo del elenco, mucho menos unidimensional que el de Doraemon.

      Saludos

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  2. Hola, Batracio!

    Por extraño que parezca estoy de acuerdo con todo lo que dijiste, pero aún así me encanta Doraemon. Nobita en vez de enojarme o algo así por las tonteras que hace me produce mucha ternura. Hace mucho que no veo algún capítulo, pero cuando era más chica y lo daban por la tele no me lo perdía y siempre me reía mucho, creo que el doblaje (latino) también tiene que ver en que me hiciera gracia porque a veces salían con cosas que obvio no eran así en el original ajaja :D

    Muy buena reseña. Saluditos!

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    1. Hola, Luna. Curioso que te de ternura Nobita. A mí es que me falta encontrarle algo bueno para empatizar con él y así por lo menos entenderle.

      Saludos

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  3. No puedo explayarme demasiado en Doraemon, a lo mucho he visto un par de temporadas, la segunda con episodios salpicados, entiendo que se trate de series kodomo donde los estereotipos estan más que presentes, no se siente una evolución, es demasiado lineal (Como Pokemon xD), es inevitable que cada vez que recuerde a Nobita por alguna razón lo vincule a Keitaro Urashima (Love Hina) sobre todo por esa "torpeza natural" que este tiene, por las gafas y por ser un perdedor

    Buena reseña.

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    1. Hola, yo no soy fan de Love Hina, pero al menos puedo decir que Keitaro tiene algunos rasgos positivos que yo no encuentro en Nobita. Si lo pienso bien solo recibe esta serie un 5 por la influencia dentro del medio y su fama mundial. Me cuesta entender como no hay otras obras más valoradas que Doraemon.

      Saludos

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