Reseña: Vampire Hunter D


  • Año: 1985
  • Estudio: Ashi Productions
  • Formato: OVA
  • Género: Acción, Ciencia Ficción, Sobrenatural, Terror

Sinopsis

En un mundo postapocalíptico poblado por mutantes y otros monstruos, la humanidad vive en un constante estado de amenaza. A pesar de andar equipados con armas de fuego avanzadas y caballos cibernéticos, la vida en la Tierra se ha vuelto más humilde y peligrosa que en el siglo XX. La mayor amenaza, sin embargo, procede de los vampiros. Esta historia se centra en un pequeño pueblo que vive bajo la sombra del conde Magnus Lee, un poderoso vampiro que ha gobernado el lugar durante miles de años. Su próxima víctima es Doris, una bella muchacha a la que ha decidido convertir en su juguete personal y esposa valiéndose del pretexto de que invadió su propiedad privada. Una vez es mordida, el pueblo opta por rechazarla, así que no le queda otra que contratar a un cazador de vampiros llamado “D”. Sin embargo, el acosador secuestra a Doris y el profesional no tiene otro remedio que entrar en el castillo para rescatar a la joven. ¿Podrá este misterioso cazavampiros derrotar a semejante adversario?

Trama y Desarrollo

Hideyuki Kikuchi, apodado por algunos como el Stephen King japonés, es un novelista cuya fecundidad literaria le ha permitido producir más de trescientos títulos a su nombre. Su fama alcanza la notoriedad cosechada por otros titanes como Baku Yumemakura o Yoshiki Tanaka. Sus trabajos están relacionados con sagas de conflictos demoníacos donde destaca lo violento y sexual, inspirado por los relatos de H.P. Lovecraft y los largometrajes de la productora británica Hammer Films. Entre sus obras literarias más famosas de este período tenemos a Demon City (1982-88) y, sobre todo, Vampire Hunter D (1983). 

Esta inclinación literaria por la sexualidad y la brutalidad resultó adecuada en una época en la que el anime estaba respondiendo a los intereses del público adolescente y adulto a partir de, en primer lugar, lujosas superproducciones destinadas a cines y, en segundo término, de la realización de animaciones en vídeo (OVA) que permitían ser más explícitos al reproducir imágenes y temas más delicados. Vampire Hunter D, que pronto superó el millón de copias y reflejaba los puntos fuertes de Kikuchi, era ideal para ser el primer título del autor adaptado a anime. La producción de la animación corrió a cargo de Ashi Productions y Studio Live, que lanzaron el filme en cines y vídeo en el año 1985. Toyoo Ashida se erigió como director, pero también director de arte. Los otros miembros relevantes fueron Yasushi Hirano, en calidad de guionista; Yoshitaka Amano, como diseñador de personajes; Hiromi Matsushita, ejerciendo el papel de director de animación; y Tetsuya Komuro, debutando en la producción de un anime.


Vampire Hunter D (1985), ante todo, podría considerarse un pastiche por combinar múltiples elementos y aspectos característicos de varios géneros: acción, ciencia ficción, western, terror gótico, entre otros. Esta elección podría resultar contraproducente en teoría, pero la visión de Kikuchi, concretada por Toyoo Ashida, se presenta de forma lo suficientemente atractiva para evitar pensar en lo alienígena del asunto. Su eclecticismo encuentra a su mayor representante en el universo postapocalíptico, definido por su hostilidad y tenebrosidad. El catálogo de los monstruos ideados por Amano (y alterados por Ashida) refleja influencias tanto góticas como de sci-fi y fantásticas: hombres lobo, vampiros, fantasmas, mutantes y otros tantos engendros. Aquí sobresale la aparición de Magnus Lee, cuya apariencia parece basarse en el Drácula de Christopher Lee (Drácula, 1958). Este ejecuta el modus operandi de los vampiros de antaño: aparece y desaparece entre las luces de la tormenta dejando entrever una silueta intimidante a la que Doris es incapaz de hacer daño, concluyendo con el clásico despliegue dramático de la capa que anuncia la inminente mordedura.

La misma diversidad de influencias se predica acerca de esta Tierra posnuclear, con pequeños pueblos de inspiración decimonónica protegidos por cruces y barreras de fuerza para afrontar los peligros que surgen del exterior. Los habitantes se dedican al sector primario, cultivando la tierra y pastoreando ovejas, y acuden al saloon local para pasar el tiempo. La estampa tanto recuerda a las localizaciones estadounidenses del western como a las pequeñas ciudades de la Europa del siglo XIX. Sin embargo, el exterior llama aún más la atención a pesar de las pocas apariciones tras internarnos en el castillo del villano. Toyoo Ashida, en calidad de director de arte, muestra parajes deshabitados y desolados (ruinas desérticas, montañas escarpadas, ...) donde las condiciones climáticas son de gran dureza. En particular, la reunión entre D y Doris tiene como protagonista al viento, evidenciado visualmente a través de unas líneas muy dinámicas y el movimiento unidireccional de la hierba a ambos lados. La bella composición de los planos y el uso eficaz del plano y contraplano logran sumergirte durante unos instantes.

Por desgracia, y pese a que la mayor parte del tiempo logra sortear los escollos, la animación de Vampire Hunter D evidencia limitaciones perceptibles. Como punto de partida, los diseños de Amano forman parte de esta restricción, ya que aunque el resultado es notable las alteraciones realizadas para facilitar el manejo por los animadores obligaron a desechar parte de la originalidad y complejidad de su estilo. Un reto que solo consiguieron superar obras de la talla de Angel’s Egg (1985) y 1001 Nights (1999). Otros defectos están relacionados con el uso de recursos de animación limitada que si bien funcionan en múltiples ocasiones, en otras solo revelan las dificultades de la producción. Así, por ejemplo, la primera aparición de D en pantalla es decepcionante ante el abuso de imágenes estáticas que solo enfocan el cuerpo del jinete utilizando planos detalle. Lo enigmático del damphiro definitivamente no se refleja en esta introducción.


La acción es otro componente básico del filme, con D peleando constantemente contra los secuaces demoníacos que Magnus Lee envía al pueblo o moran dentro del fortín. Muchas de las imágenes que componen sus secuencias de acción retratan una violencia más explícita en la que abundan momentos inquietantes. Los colmillos y la espada de D dejan unas cuantas víctimas ensangrentadas o seccionadas por su poder. Los monstruos del vestíbulo del castillo son demasiado repugnantes para mirarlos detenidamente. A pesar de que no alcanza la altura de contemporáneos como Fight!! Iczer-1 (1985-1987) o Violence Jack (1986-1989), los fans del gore quedarán suficientemente complacidos. Como punto negativo, no todos los desafíos resultan tan gratificantes. Una causa son las limitaciones técnicas comentadas, palpables tras, por ejemplo, el primer acto contra las Medusas de Midwich. Además, D tiende a repetir cierto patrón de ataque reutilizando el primer golpe que lanza por iniciativa propia. La superioridad de D, sin embargo, es más problemática ante el abuso del plot armor. Hirano usa el comodín de los poderes desconocidos del damphiro para excusar su supervivencia frente a trampas que deberían ser mortales como la vela embrujada.

Como remate, la visión de Kikuchi sobre la cuestión vampírica es un aspecto importante de la cinta. Dicha cuestión se expone a través del conflicto del protagonista, quien es un damphiro, es decir, un mestizo mitad humano y mitad vampiro. Su condición propicia que sea rechazado por ambos lados, ya que los vampiros lo consideran una criatura inferior y los seres humanos temen su faceta sobrenatural. Sin embargo, la posibilidad de construir una vida tranquila con aquellos seres humanos que no le ven como un monstruo (Doris y su hermano menor) resulta imposible. Dejando de lado lo forzado de la subtrama romántica, donde la atracción de Doris por D no es muy coherente, esta sirve para manifestar cómo el protagonista tiene problemas a la hora de controlar sus impulsos bestiales. En consecuencia, y para no hacer daño a nadie, D tiene que vagar de un lugar a otro prestando sus servicios como cazavampiros.

El viajero errante ejerce su oficio de cazavampiros con la convicción de que los chupasangres deberían desaparecer. Una opinión con la que no concuerdan sus adversarios secundarios: Rei Ginsei y Ramika. El primero, como mano derecha del conde, aspira a pertenecer a la misma categoría social que su amo. Por tanto, sus acciones consisten en intentar arrebatar la vida de D para ganarse tal privilegio. La segunda ya forma parte del estamento noble que representa a la clase vampírica, mostrándose orgullosa. Ella define su identidad como individuo en base a la especie a la que pertenece, jerárquicamente superior a los seres humanos. Por esa razón, la hija del conde atenta contra la vida de Doris, quien al integrarse en la familia como esposa de su padre mancharía el linaje vampírico. Sin embargo, ni la categoría social ni la defensa de la pureza vampírica son aspectos del interés de un chupasangres original. Magnus Lee, quien la verdad no sobresale por su carisma, es un simple noble que usa su condición privilegiada para secuestrar muchachas atractivas con las que matar el tiempo. Es decir, los vampiros son una interpretación moderna de aquellos señores feudales corrompidos que abusaban del poder en perjuicio de los campesinos.

En conclusión, Vampire Hunter D es un título atrayente para aquellos amantes de la tendencia más violenta del anime. El largometraje de Ashida cuenta con la virtud de su ecléctico mundo postapocalíptico, la acción sangrienta y visceral, el conflicto personal del cazavampiros y la visión negativa de la figura del chupasangres. La adaptación de Kikuchi, sin embargo, deja a deber al espectador por sus limitaciones en relación a la animación y la superficialidad o falta de carisma de algunos personajes relevantes. Sin lugar a dudas, la propuesta de Kawajiri con Vampire Hunter D: Bloodlust (2000) superó a su contraparte de los años 80, pero eso es otra historia que algún día os contaré.

Calificación: 6

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6 Comentarios

  1. (。◕ ‿ ◕。)/ Holaaa!!!
    Este anime es bastante antiguo la verdad vi un poco de el hace años cuando las revistas de anime aún existían en mi país XDDD recuerdo que me llamó la atención pero no lo suficiente pues nunca la vi en orden y hasta hoy no la recordaba XDD gracias por la reseña estuvo estupenda :D

    Espero puedas pasarte por mi humilde espacio ♥

    穛 S4Ku SEK4i®

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    1. Gracias, aunque si te interesa el rollo de la acción y el terror yo te recomendaría ver Vampire Hunter D: Bloodlust (2000). Es una versión bastante mejor que esta, le supera prácticamente en todos los apartados.

      Saludos

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  2. Gracias por publicar el blog para estas fechas. La película original de Vampire Hunter D siempre me ha gustado, quizás porque al haber visto que en MAL la ponían como precuela de la del 2000, opté por seguir un orden correctamente. Y vaya que fue una sorpresa, también sirvió para que el disfrute se triplicara al haber visto después la película de Kawajiri y presenciar la evidente mejora en todo aspecto, fue increíble, pronto le daré también su merecido re-watch. Adoro la ambientación oscura que poseen ambas, nunca olvidaré el cariño que le tengo a la del 85. Y el cazador D se sigue viendo muy imponente y genial en ambas versiones, a mi parecer. xD

    Saludos, Zero.

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    1. Ambas tienen su encanto, aunque yo me quedo por mucho con la del 2000. Si bien no infravaloró la primera.

      Saludos

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  3. Esta entrada me hubiera caído genial para la noche de brujas que la pase a punta de Another, Corpse party, Shiki y una lamentable Ousama Game, la cual destruiré eventualmente.
    ¡Un abrazo!

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    1. Debí subirla el día 31 de octubre, pero realmente la subí después a raíz de una sugerencia y porque me acordé que la tenía hecha desde hace tiempo. De las series que comentas Ousama Game me parece una serie horrenda, quizá causa risa involuntaria, pero Corpse Party tampoco le anda muy lejos.

      Saludos

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