Reseña. Legend of Galactic Heroes: Overture to a New War


  • Año: 1993
  • Director: Noboru Ishiguro
  • Estudio: Artland, Magic Bus
  • Género: Bélico, Ciencia ficción (Ópera espacial), Drama, Romance

La inauguración de una nueva época

Sinopsis

Durante más de 150 años se han enfrentado dos potencias interplanetarias de fuerza similar: el Imperio Galáctico y la Alianza de Planetas Libres. A pesar de las numerosas luchas, ninguno se ha podido imponer al otro. No obstante, los vientos en el mar espacial están a punto de cambiar con la llegada de dos genios militares: Reinhard von Lohengramm, un ambicioso almirante, y Yang Wenli, un historiador de ideales más pacíficos.

La situación de ambos no es sencilla ya que sus superiores envidian su rápido ascenso, poniéndoles obstáculos para evitar que escalen posiciones en el mando militar. Sin embargo, no comparten las mismas ideas por lo que pronto chocarán en el campo de batalla. En medio de este enfrentamiento, muchos hombres darán su vida, incluida gente cercana… ¿qué les espera a estos dos héroes?

Trama y Desarrollo

Legend of the Galactic Heroes ha tenido un recorrido tan largo en un medio repleto de chicas sexys, violencia desenfrenada y excentricidades sin igual que cuesta creer su éxito comercial. Su producción fue dirigida básicamente al formato doméstico, con una serie que logró batir el récord de episodios catalogados como OVA (Original Video Animation): 110 capítulos entre 1988 y 1997. La posterior Konpeki no Kantai (1993-2003) intentó superarla con episodios de una duración superior, pero el resultado fueron 32 capítulos. La excelente cosecha de LoGH continuó dando sus frutos al lanzarse dos series de historias paralelas (Gaiden) y una serie de largometrajes entre 1988 y 1993. En la actualidad, la obra de Yoshiki Tanaka obtuvo una vida adicional en la forma de serie de televisión de 2018 y una interminable sucesión de películas con el título de Legend of the Galactic Heroes: Die Neue These que continúan produciéndose hasta el día de hoy.

Sin embargo, y regresando al siglo XX, el sujeto de estudio en esta ocasión es Legend of the Galactic Heroes: Overture to a New War (1993). Esta película de 90 minutos, producida por Kitty Films, constituye un punto de entrada accesible para aquellos que se sienten interesados por la franquicia. En particular, se trata de una reinterpretación de los dos primeros episodios de la serie de 1988 donde se amplía considerablemente el contexto previo al primer conflicto entre el Imperio Galáctico y la Alianza de Planetas Libres, así como el propio enfrentamiento bélico. La elección del término obertura en el título, en consecuencia, es ideal. La obertura es una pieza musical que se emplea como introducción a una obra más extensa, como una ópera, un ballet, una opereta o una obra orquestal. En origen, la obertura tenía la función de preparar al público para lo que estaba por venir, erigiendo el tono y, a menudo, introduciendo aquellos temas musicales que serán desarrollados posteriormente.


Como punto de partida, y tal como he dicho en el párrafo anterior, la cinta está segmentada en dos partes: el preludio y la guerra. En ambos casos, la narrativa está focalizada alrededor de los protagonistas de la ópera espacial: Reinhard von Lohengramm y Yang Wenli. La situación personal de uno y otro, así como la de aquellos que les rodean, va relevándose continuamente sin favorecer a un individuo por encima del otro. Sin embargo, los destinos de ambos rivales se desarrollan con una amplia disparidad: victoria con honores para el conde Lohengramm y fracaso casi total para el valedor de la democracia. Lo interesante, no obstante, es contemplar cómo llegaron a sucederse de esa modo los acontecimientos. Veámoslo.

Por un lado, Reinhard von Lohengramm es ascendido a la posición militar de Alto Almirante y recibe formalmente el título de conde von Lohengramm. Este reconocimiento obtenido por sus méritos militares en Tiamat permiten que el joven orgulloso y ambicioso que es Reinhard se aproxime a su meta principal: llegar a lo más alto para rescatar a su hermana Annerose von Grünewald de las garras del emperador, quien fue vendida por su padre como concubina. Tal y como observamos en su merienda campestre, Annerose funge como una figura materna que se preocupa por él ante sus participaciones constantes en el campo de batalla. Por esa razón, ella solo puede confiarle su seguridad a Siegfried Kircheis, el mejor amigo y la mano derecha del rubio. Como amigo, Kircheis es el único con el que puede expresarse y divertirse con toda libertad. Él saca a la luz el Reinhard más alegre y despreocupado. Como fiel consejero, es el complemento perfecto porque su templanza modera la faceta más ofensiva y arriesgada de su superior al mover pieza. Su confianza es tal que el consejo y apoyo que le brinda le permiten soñar con conquistar el universo conocido. Este apoyo será crucial para la posterior batalla de Astarte, comandando a una flota de 20.000 naves cuya invasión del territorio de la Alianza de Planetas Libres justifique su ascenso en la jerarquía imperial.


Por otra parte, el Comodoro Yang Wenli es un oficial que, a pesar de su genio militar, carece de ambición profesional. Su firme creencia en la democracia y las difíciles circunstancias que afronta la Alianza de Planetas Libres en la guerra son lo único que le impulsa a continuar en el ejército, ya que preferiría retirarse para dedicarse a la disciplina histórica y vivir felizmente con su protegido Julian Mintz. Por desgracia, la suerte no le sonríe en términos personales: la amistad entre él, Jessica Edwards y Jean Robert Lapp llega a su fin cuando su mejor amigo le confiesa que desea pedirle matrimonio a Jessica. A pesar de que no mucho se enuncia a partir de la palabra, tal y como demuestra la supresión de los diálogos en la confesión de Lapp y el baile en el restaurante, su relación es similar al triángulo amoroso entre Isamu, Guld y Myung de Macross Plus (1994-95). Es decir, ambos aman a Jessica y la muchacha tiene sentimientos por los dos, con una probable inclinación por Yang que no manifiesta directamente porque el Comodoro sacrificó su felicidad personal al apoyarlo en su decisión. Irónicamente, el martirio de Yang terminó siendo inútil cuando su crítica a Truniht, en relación al número de efectivos militares, implicó de manera accidental que la sexta flota donde Lapp sirve como oficial fuera convocada para la la batalla de Astarte.

Desde una óptica política, los destinos del Alto Almirante y el Comodoro tienen en mucho en común porque deben lidiar con la erosión de los sistemas políticos que rigen sus vidas. Por un lado, el Imperio Galáctico es una monarquía absolutista que con el tiempo ha derivado en un régimen ineficiente y corrupto. Los miembros de la alta nobleza se enzarzan en luchas por el poder y traman conspiraciones en favor de sus privilegios. Aquí Reinhard es el más propenso a estas maquinaciones, ya que el rápido ascenso en el escalafón militar y la carrera política de un joven de origen tan humilde (baja nobleza), al cual el emperador premia generosamente, le trae la enemistad del Duque Otto von Braunschweig. Por ese motivo, el Duque urde un plan para complicar la invasión en Astarte: le apartan de sus oficiales más capaces (Mittermeyer y Reuenthal) y transmiten información crucial al Dominio de Fezzan que permite a la Alianza preparar una gran contraofensiva. Para ellos es necesario desacreditar a la joven promesa y/o contribuir a su muerte en el campo de batalla. Tal y como afirma el Secretario de Estado: “Si brota una mala hierba, hay que cortarla de inmediato”.

En el lado contrario, la Alianza de Planetas Libres es una república democrática que, poco a poco, ha ido degenerando hasta ensanchar las desigualdades sociales y limitar los derechos de los ciudadanos. Su principal figura es Job Truniht, el Secretario de Defensa, un populista que usa como arma arrojadiza la glorificación de la nación y la disputa contra el enemigo exterior para ignorar los problemas internos que desangran al país. Desgraciadamente, este retrato del político es insuficiente en el largometraje, teniendo que dirigirnos al tercer capítulo de la serie para comprender mejor lo vil del personaje. Aquí solo se bosqueja la contradicción que existe entre desperdiciar la vida de miles de soldados por no prepararse adecuadamente en términos humanos y materiales y dirigir la guerra desde la comodidad de la distancia. Un célebre enunciado de Yang plasma a la perfección esta contradicción: “La gente es más propensa a la guerra cuanto más lejos está de las líneas de combate”.


Desde una óptica bélica, el desarrollo del conflicto militar ocupa casi ⅔ del metraje del filme, por lo que hay mucha tela que cortar. LoGH exhibe dos dimensiones de la guerra: la trágica y la épica. El fracaso de la contraofensiva aliada trae consigo muerte y destrucción, generando millones de heridos y muertos a los que contemplamos directamente ser sorprendidos por el fuego enemigo en el interior de las naves. A diferencia de la serie, no obstante, el filme evita el aspecto más truculento: desmembramientos, exceso de sangre derramada, etc. No obstante, esta tragedia cobra relevancia por la incompetencia de los altos mandos. Desde los oficiales que ignoran las órdenes de su superior para obtener méritos como el Contraalmirante Erlache hasta la insistencia del Vicealmirante Paetta en apegarse fielmente al plan inicial, pasando por la negativa del Vicealmirante Moore a rendirse frente al enemigo imperial. El orgullo ciego del último se convertiría finalmente en el responsable de segar la vida de Lapp y dejar viuda a su prometida, rompiendo con el anonimato de las víctimas. Aquí, por cierto, la contraposición entre Reinhard y Yang no puede ser más evidente. El primero, siendo el líder de la operación, no tiene que lidiar con ningún superior inepto. El segundo, por el contrario, debe convencer a su comandante hasta que, por fin, una herida mortal lo obliga a ceder el mando.

Por su parte, la epopeya bélica se apoya en la representación de la batalla de Astarte como un enfrentamiento a gran escala donde el genio militar de Reinhard y Yang sobresale por encima de sus camaradas. Por esa razón, el planteamiento de las batallas de LoGH prima la estrategia y los movimientos tácticos de los adversarios en liza. Aquí la cuestión giraba alrededor de los números: la teórica superioridad de la Alianza con sus 40.000 naves se viene abajo cuando el joven rubio aprovecha su división en tres flotas para atacarlas individualmente y desbaratar la estrategia de la maniobra envolvente. Es decir, a pesar de poseer solo 20.000 naves la ventaja numérica se puso de su parte por no fragmentar sus fuerzas. Sin lugar a dudas, este desarrollo fue excesivamente simple, ya que el plan de Reinhard funciona sin contratiempos hasta que el historiador asume el mando y responde con una estrategia que le obliga a retirarse. De hecho, la reacción de la Alianza fue demasiado torpe. ¿Quién, en su sano juicio, seguiría un plan de forma tan rígida y optimista sin anticipar la incidencia de otros factores? Ay, Paetta. Por otra parte, la épica no está muy acompañada por la imagen. La animación de Kitty Films está lejos de títulos cinematográficos de corte bélico como MSG: Char's Counterattack (1988), siendo poco impresionante en sus despliegues navales en dos dimensiones: disparan “haces de luces” continuamente. Sin embargo, logran realizar un trabajo competente respecto de la calidad del dibujo de las naves o la exhibición aérea de las Valquirias y los Espartanos.

Un aspecto que no puedo pasar por alto, y es común a LoGH en conjunto, es su presentación sobria y elegante. Una característica que progresivamente ha ido haciéndose menos común en el anime en favor del espectáculo y la extravagancia. Un ejemplo de mesura es su proximidad a la realidad, ya que, a pesar de su ambientación en un futuro lejano, nos plantea un conflicto con múltiples dimensiones (política, social, militar, ideológica, etc.) en el cual participan una infinidad de caracteres que se definen por una complejidad inusual. En este sentido, el guion de Shimao Kawanaka es capaz de manejar el drama adulto entre Yang, Lapp y Jessica con la sutileza y el dominio emocional distintivos del cine clásico de Hollywood. Y, por supuesto, la credibilidad es alta porque estamos ante un elenco de personajes adultos en lugar de un grupo de adolescentes con habilidades sobrenaturales y cabelleras multicolor. Otra evidencia de esta finura son los diálogos, que se alejan del lenguaje más convencional en beneficio de un estilo literario cuya prosa estilizada recurre a figuras retóricas (en especial, metáforas) y enunciados ingeniosos. En términos visuales, el diseño del universo de LoGH, al que aportan Yūji Ikeda, diseñador de personajes y director de animación, y Naoyuki Katō, diseñador mecánico, es un factor que contribuye en esta dirección. Como remate, este cuadro de solemnidad se completa musicalmente con composiciones (de conocimiento popular más limitado) de músicos de los siglos XVIII y XIX como Wolfgang Amadeus Mozart, Richard Wagner o Gustav Mahler.


En conclusión, Legend of the Galactic Heroes: Overture to a New War es el empujón preciso para aquellos que tienen interés en la obra primaria, pero aún no han dado el paso. Esta nueva versión aprovecha la oportunidad de expandir el contexto previo y el desarrollo del conflicto militar de la batalla de Astarte, pero también establece una contraposición efectiva entre los destinos de Reinhard y Yang donde la situación del segundo es notablemente más compleja a la de su rival. En particular, la relación con Jessica solo sugerida en la serie de 1988 se amplía para desgracia de Yang y apreciación positiva del espectador. Desde una perspectiva bélica y política, el largometraje aprovecha su turno para exponer algunos de los temas comunes en la serie como son la degradación de los sistemas políticos y la ineptitud de los altos mandos. De remate, el prestigio de LoGH se asienta en una presentación sobria y refinada lograda gracias a la prosa estilizada, el elegante diseño visual o la papel de la música clásica.

Calificación: 8

Publicar un comentario

6 Comentarios

  1. Hola! Muy buena reseña! tengo un gran debe con la serie, pero que sean más de 100 ovas y que no tengo el tiempo para dedicarle me ha tirado para atrás, no sabía de que la película fuera de este estilo, recopilatorio a su manera. Lo que si intento ver (hasta ahora solo vi el primer episodio pero pretendo seguirla) es la nueva adaptación que está saliendo por Crunchyroll (no sé qué opinarás de ella).
    La verdad que me interesa mucho lo que contás aunque falle en la profundización de personajes, aunque tiene sentido pensando en lo longeva que es la serie, porque todo el trasfondo político se me hace llamativo, y es verdad que hay de todo un poco en el mundo de la política y nunca faltan los ineptos que tienen acceso al poder y en este caso a las armas que es mucho peor.
    Saludos desde El Refugio del Dragón de Tierra!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias por tu comentario! Sí, son muchos episodios para acabarla. Yo quería volver a verla completa, pero necesitaría mucho tiempo y la verdad no lo tengo igual que tú supongo. Por eso estoy dejando varios títulos largos para el verano cuando estoy exento de obligaciones.

      No estoy viendo la serie nueva, pero la vieja profundiza mucho en la personalidad de sus personajes. Obviamente en esta película no se llega a ir muy lejos por el tiempo disponible, pero la antigua utiliza bien su tiempo para hacer del elenco uno lleno de virtudes a todos los niveles.

      Saludos

      Eliminar
  2. Siempre suelo leer tus reseñas, recuerdo a mi madre diciendo: "Todo tiempo pasado fue mejor", efectivamente pintas esta obra de forma tan extraordinaria que provoca a uno verla sin si quiera dudarlo.
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A decir verdad antes pensaba muy similar a tu madre porque hace tiempo que he estado condicionado por otra gente que me decía que, en general, lo que se producía antes era mucho mejor. Y la verdad no estoy tan de acuerdo como antes luego de revisar animes desde los años 60, 70, 80, 90 hasta ahora. Incluso discrepo un poco con un antiguo artículo que hice hace tiempo sobre el tema. Lo que creo es que una parte muy importante de las mejores obras se hizo antes de los 2000. Desde series hasta películas, aunque siempre hubo obras básicas y de poca calidad como esas decenas de series de Super Robots que sucedieron a Mazinger Z (1973) y Getter Robo (1974); o las muchas comedias familiares para niños que son clones de Doraemon (1979).

      Lo que quiero decir con esto es que todas las épocas hay un poco de todo, aunque luego en ciertos momentos localizados hubiera más obras excelentes. El problema que hay en hoy en día es la sobreproducción. Se produce tantos animes que es imposible que la calidad no decaiga. En cualquier caso te recomiendo ver la película si tienes tiempo.

      Saludos

      Eliminar
  3. Este título ha rondado siempre en mi cabeza debido a las críticas positivas que suelen darle, debo suponer que el anime al ser extenso desarrolla mucho mejor a los personajes a diferencia de una pelicula en la que se opta por adentrarse solo en los protagonistas.

    Si es una película de resumen, de la serie si estaría interesado en verla al menos para tener una idea vaga de la exaltación que le rinden.

    Gracias x la reseña amigo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esta película sería el inicio de la serie, pero contado de mejor manera y más extensa. Las películas resumen suelen ser una mala opción en el 90% de los casos desde el punto de vista artístico porque simplemente son un corta-pega de la serie.

      Yo te la recomendaría ver. El problema es que es muy larga, así que quizá cuando tengas vacaciones o tiempo libre me dedicaría a verla.

      De nada y saludos

      Eliminar
Emoji
(y)
:)
:(
hihi
:-)
:D
=D
:-d
;(
;-(
@-)
:P
:o
:>)
(o)
:p
(p)
:-s
(m)
8-)
:-t
:-b
b-(
:-#
=p~
x-)
(k)