Reseña: Gall Force 1 - Eternal Story

 


Sinopsis

Desde hace siglos, dos civilizaciones muy avanzadas tecnológicamente se enfrentan en una guerra perpetua. Por un lado están los Paranoids, una raza de alienígenas humanoides; y por el otro lado están los Solenoids, que son similares a las mujeres humanas. En una de estas batallas, la flota Solenoid abandona el conflicto para  defender el planeta Chaos, pero una de sus naves, la Star Leaf, se separa de la flota. En esta solo quedan con vida siete mujeres: Eluza, Rabby, Lufy, Catty, Pony, Patty y Remy. Tras escapar por poco de la batalla, la tripulación de la Star Leaf decide continuar las órdenes de ir a defender el planeta Chaos. Sin embargo, resulta que la nave y su tripulación son objeto de una siniestro experimento por parte de ambos contendientes. ¿Qué les deparará el futuro?

Trama y Desarrollo

Una de las franquicias más populares y rentables en Japón dentro del ámbito de las OVAs de los 80 fue Gall Force, que para muchos resulta totalmente desconocida debido a su impacto menor en Occidente. El origen de esta franquicia multimedia está en Star Front Gall Force, una fotonovela en 3D que apareció en la revista mensual Model Graphix. Aquí se presentaron varios de los personajes que protagonizan la película, la cual fue producida y animada por los estudios AIC y Artmic. Entre los miembros más destacados del staff destacan los responsables de Bubblegum Crisis (1987-1991) como Katsuhito Akiyama o Kenichi Sonoda. Sin llegar al esplendor del título cyberpunk, la calidad de la animación se acerca a lo sobresaliente cuando estalla la acción en forma de combates espaciales y terrestres.

Gall Force: Eternal Story (1986) es un drama de guerra sobre el conflicto eterno entre las razas alienígenas mentadas en la sinopsis. A pesar de que esta cuestión ha sido abordada, en mayor o menor medida, por varios títulos anteriores entre los que sobresalen Space Runaway Ideon (1980-1981) o Macross (1982-1983) a mí lo que me llama la atención es la idea de que ambos bandos busquen un acuerdo para evitar su destrucción mutua. Un acuerdo de paz que se llevaría a cabo a través de la creación de una tercera raza alienígena, la cual nacería gracias a la combinación genética de los dos. Desde mi punto de vista, esta idea resulta sensacional ya que entre aquellos destinados a odiarse el único que puede mediar entre ellos es un tercero a la vez ajeno, pero también consciente del conflicto. Una idea que me recuerda a una cinta posterior como Wicked City (1987), aunque el filme de Kawajiri posee una construcción temática y simbólica más interesante. Lo que no tiene, sin embargo, es un fracaso que se repetirá de forma cíclica en las siguientes películas.


Aunque aplaudo dicha solución —aunque el plan para llevarlo a cabo resulta cuestionable y aterrador— creo que esta temática junto al drama de guerra no alcanzan su punto más alto por una serie de inconvenientes. En primer lugar, la acción llega a eclipsar por momentos este tema debido a la desmesurada atención que recibe con largas y abundantes secuencias de persecuciones, combates espaciales, etc. En segunda instancia, el tono del filme resulta inadecuado en múltiples ocasiones, incapacitando a la obra para representar la gravedad del conflicto y explorar los temas en juego. La comedia —generada sobre todo por el comic relief de Rumy— y el erotismo —desnudos parciales, aquí y allá— terminan por restar más que sumar. No sumamente grave, pero claramente afecta a su presentación. En tercer lugar, el trasfondo de la guerra es un tanto pobre, con muy poco acerca de las razones que impulsan a ambos bandos a luchar hasta la muerte. 

Por último, el drama de guerra resulta menos efectivo de lo que debería porque los sujetos de esta desgracia carecen de interés para los espectadores. A pesar de que los diseños son atractivos, la caracterización de los personajes es mediocre. Apenas definen correctamente su carácter y personalidad, con excepción de Lufy. Entre los miembros del grupo, esta tía dura y temeraria se distingue por su trasfondo personal que revela cuán dolida está por la muerte de sus antiguas compañeras. Además de este trasfondo, su personalidad causaba fricciones en el grupo que, a su vez, generaban una fuerte dinámica. Por desgracia, Lufy es la primera en caer por lo que nos quedamos sin personajes interesantes. Tal vez no coge a nadie por sorpresa que a partir de aquí muchos sienten indiferencia ante el destino del resto de integrantes de la tripulación. Aunque los inconvenientes citados no lastren por completo este título histórico, de no haber contado con su presencia hablaríamos de una obra notable o, incluso, excelente.

Calificación: 6

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2 Comentarios

  1. Tenía buenas ideas, pero fue muy desaprovechado, una pena

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    1. Desde mi punto de vista, las ideas están más a aprovechar que a desaprovechar. Y por eso no es mala pero tampoco brillante como podria haber sido.

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