Historia de la animación japonesa (1981-1990)

El gusto por la ciencia ficción espacial continuó en una línea ascendente a lo largo de los años ochenta. Nos encontramos con películas y series de televisión como Terra e… (1980), de la autora Keiko Takemiya; Queen Millenia (1981), otro título de Leiji Matsumoto; o Space Cobra (1982), una oda al género dirigida por Dezaki. Por otra parte, los robots sufrieron variaciones narrativas desde finales de los 70. El genio de Sunrise, Yoshiyuki Tomino, elaboró una obra rompedora: Mobile Suit Gundam (1979). Esta ópera espacial relata una guerra entre el Principado de Zeon y la Federación Terrestre. Aquí los robots, con la excepción del Gundam, son menos únicos y pasan a ser simples armas militares, ofreciendo más realismo. Los personajes dejaban de estar a la sombra del robot gigante para ser ellos quienes soportaran el peso de la historia. Si bien la serie tuvo unos bajos niveles de audiencia y fue cancelada, los fans consiguieron que se volviera a reponer por televisión y sacaron tres películas recopilatorias. Similar a lo ocurrido con Yamato. De esta manera, Gundam ganaría un peso importante en la historia del anime y su franquicia se volvería próspera y extensa.

A pesar del reconocimiento ganado, Tomino no detuvo su actividad y dirigió varios animes como Space Runeway Ideon (1980) o Sentou Mecha Xabungle (1982). Ambos son dignos de elogio, pero el primero era una serie más mística y dramática que la anterior obra de Tomino. En esta situación, surgieron varias personas que se inspiraron en Gundam para crear su propia obra original. De las ideas de Shoji Kawamori y otros profesionales como Ichiro Itano o Haruhiko Mikimoto nació The Super Dimension Fortress Macross (1982), una ópera espacial muy ambiciosa que concedió un papel importante al amor y a la música, no solo la guerra intergaláctica. Reunió tantos fans como la obra de Tomino. En Occidente esta obra no llegó directamente a nosotros sino bajo la forma del título Robotech que agrupaba tres series (Genesis Climber Mospeada, 1983; y Southern Cross, 1984). Tras ambos referentes, surgieron más competidores que intentaron reproducir su éxito, producidos por Sunrise y Tatsunoko Production. Algunos lograron trascender como Armored Trooper Votoms (1983), aunque otras como Giant Gorg (1984) no.

Con la aparición de obras tan sobresalientes como las mencionadas, la audiencia pasó a estar integrada no solo por niños sino también por adolescentes y adultos jóvenes. Ellos querían títulos más elaborados, pero no solo sobre el drama de guerra sino algo más festivo y alegre. El manga de Rumiko Takashi, o más bien su adaptación a anime por parte de Studio Pierrot —fundado por antiguos empleados de Mushi Pro y Tatsunoko—, respondió a esta necesidad. Urusei Yatsura (1981) rápidamente se transformó en un éxito comercial sin precedentes. Los números hablan por sí solos: 195 capítulos, 11 OVAs, 6 películas y 3 especiales. Otros mangas suyos también serían adaptados, más tarde, como Maison Ikkoku (1986) o Ranma ½ (1989). Sus personajes fueron muy queridos por el público, especialmente Lum, la adorable extraterrestre que quería ganarse la atención de Ataru en Urusei Yatsura. Dicha obra tuvo una gran repercusión en el medio, generando una ola de comedias románticas y escolares. Las situaciones alocadas, el tono alegre o los triángulos amorosos se volvieron marca de este tipo de obras. Entre las series surgidas después de Urusei Yatsura, nombramos a The Pumpkin Wine (1982), Stop!! Hibari-kun! (1983), Igano Kabamaru (1983), etc. La mayoría duraron bastante en emisión, demostrando así el interés del público por ellas.

Toei también fue uno de los beneficiados al seguir las tendencias de su tiempo, pero tuvo una idea mucho más acertada: adaptar mangas populares de la popular revista Shōnen Jump. La publicación semanal estaba dirigida a hombres adolescentes y varios de los mangas que ahí se publicaban gozaban del favor de miles de personas. Ante escenario tan favorable, Toei adquirió los derechos de muchas de sus obras. La primera fue Dr. Slump: Arale-chan (1981), un manga humorístico de Akira Toriyama. Su popularidad en papel pronto se trasladó a la TV, multiplicándose su número de capítulos y películas televisivas durante la primera mitad de los ochenta. Esta línea humorística fue continuada con Musculman (1983), una parodia a las obras deportivas cuyo protagonista era un héroe muy estrambótico. Logró convertirse en una pequeña franquicia, con algunos filmes y especiales.

Sin embargo, la auténtica gallina de los huevos de oro fueron los llamados nekketsu centrados en las batallas. Este género se caracteriza por las historias con altas dosis de acción protagonizadas por un joven que enfrenta numerosos obstáculos para volverse más fuerte, proteger a alguien o cumplir otra meta. El primero de ellos fue El Puño de la Estrella del Norte (1984), uno de los padres del género. Coincidiendo con la corriente juvenil y adulta, el anime nos narra la historia de un hombre que vive en un mundo devastado donde solo el más fuerte sobrevive. Los otros dos pesos pesados fueron Saint Seiya (1986) y Dragon Ball (1986). Ambos fundadores del estilo actual, con el primero estableciendo la resolución de los conflictos en cada saga a partir de combates y el segundo volviendo comunes recursos y conceptos como las transformaciones, las fusiones o los torneos de artes marciales. Sus aportes contribuyeron a generar una vasta descendencia, pero también el éxito cosechado por sus franquicias les permitió alcanzar un nuevo status, alcanzando la perpetuidad en el tiempo.

Mientras tanto Pierrot abandonó Urusei Yatsura en favor del nuevo Studio Deen, un estudio fundado por antiguos empleados de Sunrise. Por aquel entonces dio lugar a un subgénero nuevo que algunos han nombrado como Magic Idol Singer. En este tipo de series la identidad mágica se corresponde con una cantante o estrella del mundo del espectáculo. El primer anime fue El broche encantado (1983), aunque pronto le siguieron otros como La Magia de Emi (1985). Por el lado negativo, los dramas infantiles de Nippon Animation y las series de Time Bokan Series de Tatsunoko Production dejaron de interesar al público. Ambos estudios se volverían mucho más irrelevantes durante el resto de la década, aunque no llegarían a desaparecer.

Entre tantos cambios, el anime también estaba pensando en hacer contenido adulto. Desde las primeras óperas espaciales y los dramas de guerra, ya se habían dado pasos en esa dirección. Sin embargo, las obras de Keiko Takemiya como The Door into Summer (1981) pueden ser consideradas de contenido adulto al introducir sexo o turbulentas relaciones románticas. En este aspecto, Madhouse y Tokyo Movie Shinsha también navegaban por la misma senda con películas como Barefoot Gen (1983), un duro filme que habla por primera vez del desastre de Hiroshima de 1945; y Golgo 13: El profesional (1983), un largometraje protagonizado por un francotirador casi invencible.

Estas películas, sin embargo, no fueron suficientes. El formato ideal de este tipo de material sería el conocido como OVA (Original Video Animation). Se trata de producciones animadas en vídeo que aparecieron gracias al auge de los reproductores de videocasete, cada vez más presentes en los hogares japoneses. Este formato presentaba una serie de ventajas respecto a los demás: libre de censura, sin necesidad de cumplir con unos horarios o calendario como el caso de la televisión y la posibilidad de invertir más dinero con menores riesgos. En resumen, se trataba del escenario más ideal para aquellos adultos con interés en el anime. De esta forma salieron al mercado doméstico muchos productos en relativamente poco tiempo. Al principio, eran mediometrajes cuya duración oscilaba entre los 45 y los 60 minutos, pero en lo últimos instantes de los ochenta eran más frecuentes las miniseries. Todos los estudios del momento probaron suerte, especialmente Sunrise y Pierrot. Pero también nuevos estudios formados por antiguos trabajadores de Mushi y Tatsunoko como AIC, Production Reed y Studio Gallop. El primero sería el que más experimentaría en este nuevo campo.

La primera de ellas fue Dallos (1983), una miniserie de ciencia ficción, dirigida por Mamoru Oshii, que recuerda vagamente al argumento de Gundam. A esta le siguió un caso especial llamado Birth (1984), se trataba de un proyecto donde la historia es poco más que una excusa para dar rienda suelta a las ideas de los animadores. A continuación, estudios como Sunrise y Pierrot usaron este mercado para sacar productos derivados de sus series de televisión como Armored Trooper Votoms. En estas fechas, surgieron algunos proyectos dirigidos a un público más intelectual y maduro como Angel Egg (1985), una obra críptica cuyo creador cargó de simbolismos; o antologías de cortometrajes creados por profesionales como Katsuhiro Ōtomo o Koji Morimoto (Robot Carnival, 1987).

Sin embargo, la mayoría de títulos difería de tales proyectos, estando mucho más dirigidos al entretenimiento. Un grupo muy popular lo componían aquellos animes de contenido explícito que no se cortaban en mostrar violencia y sexo en su máxima expresión. Tomaban parte de su inspiración en el cine B americano, el manga seinen y en filmes famosos como Alien, el octavo pasajero (1979) o Terminator (1984). Ejemplos de ello serían Violence Jack (1986) o Wicked City (1987). Fuera de la acción sangrienta y los monstruos, el erotismo ocupó un lugar importante (Junk Boy, 1987), así como también la ciencia ficción (Megazone 23, 1985). Por otro lado, el fanatismo por ciertos personajes femeninos llevó a que muchas OVAs estuvieran protagonizadas por chicas jóvenes, que vivían diversas aventuras o llevaban a cabo toda clase de misiones peligrosas. Sunrise ayudaría a definir este subgénero con Dirty Pair (1985), recibiendo el nombre de “pretty girls with guns”.

Mientras el mercado de OVAs crecía a un ritmo sin parangón durante la segunda mitad de los ochenta, la televisión sufrió un importante descenso. Los jóvenes habían centrado su mirada en el cine y el vídeo, así que el contenido infantil fue ganando terreno. Estudios como Toei y Shin-Ei Animation se aprovecharon de esta circunstancia, sacando revivals de antiguos éxitos como Himitsu no Akko-chan 2 (1988) o Sally, the witch 2 (1989). Sin embargo, no se privó al público juvenil de series atractivas como Touch (1985) o City Hunter (1987). Incluso nació una tercera franquicia de Real Robots gracias al éxito de la miniserie de OVAs Patlabor: The Mobile Police (1988). Aquí los Robots se usan en la lucha contra el crimen y no se describen como máquinas perfectas sino que poseen grandes limitaciones para hacer su trabajo. Al final estas series siguieron ahí, pero estaba claro que se les estaba desplazando en favor de los más pequeños al tener otras alternativas.

Con tanta abundancia alrededor, los estudios decidieron dar un paso más adelante para igualar a los occidentales: crear grandes producciones para estrenarse en cines. Uno de ellos fue el ahora famoso Studio Ghibli, fundado por Hayao Miyazaki e Isao Takahata. Ambos poseían la ambición de crear títulos de calidad. Sus objetivos se cumplieron gracias al estreno de filmes como Mi Vecino Totoro (1988) y La Tumba de las Luciérnagas (1988). Una y otra ofrecían un retrato de la infancia, aunque desde diferentes perspectivas. Con ideas similares nacieron más estudios nuevos como Group TAC (Night on the Galactic Railroad, 1985) o Gainax (Royal Space Force: The Wings of Honneamise, 1987). Otros más antiguos se unieron como Artland y Sunrise, que produjeron Macross: Do you remember love? (1984) o Mobile Suit Gundam: Char’s Counterattack (1988). 

El esfuerzo se veía recompensado en taquilla con estos dos últimos filmes, pero no ocurrió lo mismo con varios de los mentados. En el caso de Ghibli, este se salvó gracias al merchadising del querido Totoro y el éxito de Nicky, la aprendiz de bruja (1989), quien recaudó tres veces más de lo que costó. En cambio, Gainax sufrió un duro revés que casi le llevó al abismo. Pero el verdadero desastre llegaría con el que se convertiría en uno de los referentes del anime: Akira (1988). Esta película adaptaba el manga de Katsuhiro Ōtomo, quien además consiguió la posición de director. Tokyo Movie Shinsha destinó más de once millones de yenes en su presupuesto, convirtiéndose en la película de anime más cara de la historia hasta el momento. Para hacer tal esfuerzo económico se creó un comité de producción donde participaron MBS, Bandai, Kodansha, Toho, Laserdisc, Sumimoto Corporation y el propio estudio. Sin duda, el filme tenía un nivel altísimo, pero el público japonés no quedó contento y se convirtió en un fracaso. No obstante, la verdadera hecatombe fue provocada por Little Nemo (1989), quien fue el responsable de la quiebra del estudio.

-Primera mitad del siglo XX

-Años 60

-Años 70

-Años 90

Bibliografía

1. Monografías

-Fernández García, Bárbara (2020). Los secretos de las Magical Girls. Lo que no sabías sobre Sakura, Sailor Moon y otras heroínas mágicas. Sevilla: Ediciones Héroes de Papel.

-Heredia Pitarch, David (2018). Anime! Anime! 100 años de animación japonesa. Madrid: Diábolo Ediciones.

-Manuel Corral, Juan. (2016). Hayao Mizaki e Isao Takahata: Vida y obra de los cerebros de Studio Ghibli. Palma de Mallorca: Dolmen Editorial.

-Múgica, Felipe (2020). Explosión anime. Valencia: The Force Books.

2. Páginas web

-Filmaffinity. Disponible en: https://www.filmaffinity.com/es/main.html

-Letterboxd. Disponible en: https://letterboxd.com/

-MyAnimeList. Disponible en: https://myanimelist.net/

3. Otros

-García Mariño, I. (2019): Papel y representación de la mujer en el anime de los años 90. Trabajo de Fin de Grado inédito, Universidad de la Coruña, Ferrol

Publicar un comentario

2 Comentarios

  1. Saludos Jubei
    He leído todos los capítulos hasta la fecha de este recorrido que has estado escribiendo, personalmente me ha resultado cuánto menos, interesante. El seguir la línea de la construcción y caída de estudios y el cómo se forman otros, la aparición de las series que se volverían históricamente claves, de técnicas de animación que serían estándar y de las figuras que luego serían leyendas.

    Es un buen recorrido al que estaré atento en los próximos episodios, se nota el esfuerzo y conocimiento para dar con esa concentración de lo más importante.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Napo, me alegro que te haya agradado. En esta ocasión, simplemente he reproducido lo que había escrito para un trabajo universitario sobre historia del anime. Probablemente tenga margen de mejora porque ya hace un par de años que lo escribí.

      Un saludo y espero que estés bien.

      Eliminar
Emoji
(y)
:)
:(
hihi
:-)
:D
=D
:-d
;(
;-(
@-)
:P
:o
:>)
(o)
:p
(p)
:-s
(m)
8-)
:-t
:-b
b-(
:-#
=p~
x-)
(k)