Historia de la animación japonesa (1971-1980)

Ashita no Joe (1970-71)

Entre finales de los 60 e inicios de los 70, la ola del gekiga pasó del manga al anime a partir de adaptaciones que se hicieron muy populares. El primer éxito arrollador fue una serie del estudio Tokyo Movie: Kyojin no Hoshi (1968-71). Esta se convirtió en el primer anime spokon, un género de temática deportiva donde los protagonistas entregan todo lo que tienen para alcanzar la cima de su disciplina y donde se ensalzan valores como el esfuerzo y el trabajo de equipo. Se podría resumir en "sudor y lágrimas". Aquí el deporte practicado era el béisbol, pero la popularidad del manga y la adaptación hizo que pronto se contaran historias sobre otros deportes como voleibol, fútbol, kárate, etc. En particular, los responsables del fenómeno fueron los mangas del excelente autor Ikki Kajiwara, que publicaba en la prestigiosa Shūkan Shōnen Magazine. El próximo título fue Tiger Mask (1969-71), que al igual que su predecesor superó la centena de episodios. 

No obstante, la verdadera obra maestra del género y del autor se emitió a partir del año siguiente: Ashita no Joe (1970-71). El manga tenía un enorme seguimiento entre el público juvenil y a día de hoy goza de prestigio, pero su correspondiente serie animada de TV se alza como uno de las más importantes de todo el medio por las contribuciones realizadas por Osamu Dezaki. El legendario director usó nuevas técnicas cuya repercusión fue inmediata y duradera en el tiempo. Una de las más imitadas fueron las “Postcard Memories”. Esta técnica de animación limitada consistía en crear imágenes cuyas elaboradas ilustraciones dotaban de carga dramática a un momento clave del episodio. En la actualidad, su uso es más limitado pero sirven para destacar o potenciar visualmente ideas y conceptos relevantes. Ejemplos son Kill la Kill (2013-14) y Akame ga Kill (2014).

Finalmente, esta tendencia deportiva también prestó atención al público femenino con Attack No.1 (1969-71), un título que puso de moda el voleibol entre la juventud femenina; y Ace wo Nerae (1973-74), otro trabajo del gran Osamu Dezaki centrado en el tenis y el primero de Madhouse. Siguiendo con el sector femenino, durante la primera mitad de la década, continúan surgiendo trabajos del género magical girl aunque la más relevante para la posteridad fue Cutie Honey (1973-74). En comparación con sus pares, esta serie fue inesperadamente breve (25 episodios), pero su cercanía con el subgénero Henshin Hero y su combinación de acción y erotismo le hacía brillar entre sus compañeras. Aquí nació un tropo clave en el magical girl: las secuencias mágicas de transformación. Sin embargo, el tropo no ganó relevancia hasta muchos años después con la adaptación de la obra de Naoko Takeuchi. Otros títulos del género relevantes fueron Chappy the Witch (1972) o Majokko Megu-chan (1974-75). En general, el género navegaba entre el público infantil y juvenil.

Otra novedad, aunque en esta ocasión dolorosa, fue la quiebra de Mushi Production debido a las numerosas dificultades económicas que experimentaron. Desde finales de los 60 las adaptaciones de mangas de Tezuka perdieron el favor del público, causando que el estudio cada vez estuviera más ahogado financieramente. Una de las propuestas fue la producción de largometrajes. Si triunfaban podrían reflotar el estudio, pero la realidad es que únicamente sirvió para agotar los recursos humanos y financieros de Mushi. La trilogía Animerama, un grupo de tres películas de temática sexual (Las mil y una noches, 1969; Cleopatra, 1970; y Belladona of Sadness, 1973), resultó en un fracaso moderado. Uno de sus promotores fue Osamu Tezuka, pero la figura de Eiichi Yamamoto como director resulta crucial. La primera fue un relativo éxito, haciendo uso del ingenio y la experimentación visual: still frames, imagen real, maquetas. Argumentalmente, la película empieza de manera prometedora, pero en su nudo se desvía durante mucho tiempo del asunto romántico principal. La segunda, en cambio, no cosechó suficientes beneficios. Su estilo es similar a la primera, pero la idea terminó siendo en un esperpento donde abundan anacronismos, cameos y digresiones. La última fue un contraste: comercialmente, un box office flop; artísticamente, se ganó las alabanzas de la crítica internacional con su increíble propuesta, la cual presentaba y entendía el sexo a un nivel de profundidad que distaba del humor rojo de las anteriores.

Belladona of Sadness (1973)

En el año 1972 también hizo acto de presencia el enorme Mazinger Z, dando lugar al boom de los Super Robots. Este género perteneciente a la ciencia ficción centraba su atención en un chico capaz de pilotar un robot gigante con el que defender a la Tierra de fuerzas malignas. La figura del robot, además, se impone frente a los personajes humanos, siendo especialmente notorio en el opening al centrarse las imágenes y la letra de la canción en él. Sin duda, fue una jugada magistral de Go Nagai, el autor del manga, y Toei. Consecutivamente, aparecieron numerosos títulos de Toei que trataban de emular el éxito de Nagai. Entre ellos había uno bastante importante, del mismo estudio y creador: Getter Robo (1974-75). Este contribuyó a edificar el género mecha permitiendo que las máquinas de cada miembro del equipo protagonista se combinaran en una sola. En menor medida, podemos citar otros ejemplos como Koutetsu Jeeg (1975-76) y UFO Robo Grendizer (1975-77).

Sin embargo, a Toei le salió competencia por parte de un estudio nacido tras el fallecimiento de Mushi: Sunrise. Esta empresa se especializó en crear obras originales que pertenecían al citado subgénero. En muchos casos, trataron de innovar y no de limitarse a copiar el modelo ganador. El mérito de no caer en los clichés del género y ir más allá de lo infantil se debió a dos genios: Tadao Nagahama y Yoshiyuki Tomino. Al primero le debemos su “Robot Romance Trilogy” (Combattler V, 1976; Voltes V, 1977; y Daimos, 1978), un grupo de tres series de Super Robots producidas por Sunrise y Toei que incorporó nuevos tropos al género y recreando conflictos y personajes más humanos. Por el contrario, el segundo es bien conocido por la franquicia Gundam, aunque en esta década también dirigió los animes Muteki Choujin Zanbot 3 (1977-78) y Muteki Koujin Daitarn 3 (1978-79).

El poderoso robot Mazinger Z

Por su parte, Tatsunoko Production fue el responsable de crear Gatchaman (1972-74), una serie de acción que introdujo el concepto del equipo formado por cinco héroes, cada uno de ellos representaba un arquetipo diferente. Algo que aprovecharían futuras series de Super Robots. Su éxito hizo que Tatsunoko probara suerte con varios animes semejantes, pero ninguno duró mucho en pantalla. El único que funcionó fue el segundo título de la franquicia Time Bokan Series, que lo conocemos como Yatterman (1977-79). En vez de héroes, ahora triunfaba el concepto del equipo de villanos ridículos y patosos. Con ese triunfo decidió explotar esta franquicia hasta bien entrados los ochenta, cuando el público se cansó. También trató de recuperar Gatchaman con dos secuelas, siguiendo la tendencia de finales de los setenta e inicios de los ochenta de rescatar títulos antiguos. Algunos de ellos no funcionaron bien en su momento como Lupin III (1971-72), pero ahora eran de los que más gustaban al público. Ejemplos exitosos fueron Lupin III: Parte II (1977-80) y Doraemon (1979-2005).

El segundo boom de la década fueron las adaptaciones de clásicos literarios, muchas de ellas reunidas en un contenedor televisivo japonés producido por Nippon Animation conocido como World Masterpiece Theater. La primera adaptación que formó parte de él fue Heidi, la niña de los Alpes (1974) por Nippon Animation. A pesar de su edad, continúa siendo un título de calidad por el trabajo realizado por el notable dúo Miyazaki y Takahata. Otras obras populares entre el público fueron Marco, de los Apeninos a los Andes (1976) o Ana de las Tejas Verdes (1979), ambas dirigidas por Isao Takahata, quien lograba emocionar a los espectadores con su visión apegada a la vida cotidiana, sin olvidar sus dificultades. Como respuesta, el público desarrolló un gusto por los dramas infantiles que se relataban en estas historias, disfrutadas por toda la familia. El éxito sería compartido con varios países europeos como España o Alemania y la popularidad de dichas adaptaciones proseguiría durante toda la década y parte de la siguiente.

Probablemente nadie se esperaba que el anime pudiera seguir evolucionando. Pero lo hizo gracias a la figura del legendario Leiji Matsumoto. Con anterioridad él había sido artífice de la primera ópera espacial: Space Battleship Yamato (1974-75). En ese momento no consiguió suficiente apoyo para ser continuada, pero luego esa primera temporada fue resumida como una película y lanzada a los cines japoneses en 1977. Su éxito fue tan arrollador que sobrepasó por completo a la reciente película de Star Wars (1977). No tardaron mucho en continuar su historia con otras dos temporadas para televisión: Space Battleship Yamato II (1978) y Space Battleship Yamato III (1980). Luego ambas serían resumidas en dos películas más que se añadirían a la franquicia. Por las mismas fechas aparecía la segunda serie del creador y dirigida por el experimentado Rintaro: Capitán Harlock (1978-79). Una serie mítica de grandes ideales y romanticismo encabezada por el gran pirata espacial Harlock. Sin embargo, quedaba una ópera espacial del mismo maestro: Galaxy Express 999 (1978-81). La serie sobrepasó los 100 episodios y consiguió un par de películas. Su protagonista también fue uno de los personajes femeninos más queridos del período.


Bibliografía

1. Monografías

-Fernández García, Bárbara (2020). Los secretos de las Magical Girls. Lo que no sabías sobre Sakura, Sailor Moon y otras heroínas mágicas. Sevilla: Ediciones Héroes de Papel.
-Heredia Pitarch, David (2018). Anime! Anime! 100 años de animación japonesa. Madrid: Diábolo Ediciones.
-Horno López, Antonio (2017). El lenguaje del anime. Madrid: Diábolo Ediciones.
-Pinon, Matthieu; Bunel, Philippe (2023). Un siglo de animación japonesa. Sevilla: Héroes de Papel.

2. Páginas web

-Esperantoapaulpot. Disponible en: https://esperantoapaulpot.blogspot.com/
-Filmaffinity. Disponible en: https://www.filmaffinity.com/es/main.html
-Letterboxd. Disponible en: https://letterboxd.com/
-MyAnimeList. Disponible en: https://myanimelist.net/

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2 Comentarios

  1. Cuando quieras le hechas un vistazo a este ensayo
    https://www.youtube.com/watch?v=Cwh2gwH-m74

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    1. Gracias. Te respondo en el vídeo del enlace, aunque voy a reproducirlo aquí porque alguna vez me han borrado el comentario en Youtube por contener enlaces.

      Buenas noches, este ensayo que me recomendaste ver lo he encontrado atrayente por cómo lo has estructurado. Tampoco estaba informado de que la obra de Jules Michelet había servido como uno de los puntos de partida para la realización de esta gran película. Eso explica ciertas cuestiones sobre esta reinterpretación del personaje de Juana de Arco convertida aquí más en una figura contra la autoridad que una heroína nacional.

      También comentar una cosa. El derecho de pernada, como un mal uso señorial (es decir, una prestación abusiva o carga gravosa del señor respecto al siervo) no está del todo aceptado como real. Es polémico. Digamos que hay algunos historiadores que defienden que existió, pero otros muchos no. Por supuesto, los señores feudales aprovechaban su posición privilegiada para cometer abusos sexuales, pero no está claro que tal agravio estuviera institucionalizado o legalizado en el ámbito de la costumbre. Una versión 'light' del derecho de pernada fue la Firma de spolii.

      Te recomiendo dos artículos sobre la película por si te interesa leer otras opiniones:
      https://esperantoapaulpot.blogspot.com/2007/06/mushi-productions-animerama-trilogy.html

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