Análisis: Macross - Do you remember love?


Una canción de amor para terminar con la guerra

Sinopsis

Febrero de 2009 AD. El día del lanzamiento de la primera nave de migración espacial creada por los seres humanos, la Macross, una misteriosa flota espacial realiza un descomunal ataque contra la Tierra, que recibe un daño devastador. Afortunadamente la Macross logra salvar a 50.000 personas que acepta como refugiados dentro de la nave. Para salvarlos, los oficiales de la nave llevan a cabo un pliegue de emergencia para huir hacia la órbita de Plutón. Mientras la tripulación intenta regresar a la Tierra, los Zentradi, el enemigo del espacio que los persigue, se ha dado cuenta de la especial naturaleza que rodea a su contrincante. ¿Qué hace tan especial a los seres humanos?

Introducción: Reinterpretación y éxito comercial

Pocos meses después del estreno de Macross (1982-1983), la popularidad de la serie hizo que surgieran planes de transformarla en un largometraje. Macross: Do you remember love (1984) optó por no seguir el modelo de película resumen instaurado desde Space Battleship Yamato (1977). Es decir, no estamos ante un montaje de imágenes de la serie que agrega para satisfacción del público algunas secuencias de animación inéditas. En su lugar, este filme es una película nueva ideada como una reinterpretación de los eventos narrados en la obra original —concretamente de los episodios 6 a 27—. Aunque no alcanza el atrevimiento de Escaflowne (2000), que transforma la aventura para narrar un relato completamente diferente al anterior, edifica una historia con notables diferencias respecto a su contraparte televisiva.

Los artífices del proyecto fueron casi los mismos que lograron la hazaña de convertir a Macross en una de las piezas más exitosas de la década de 1980. Como punto de partida, la dirección del largometraje pasa a ser compartida por Shōji Kawamori y Noboru Ishiguro. El guion, sin embargo, es exclusivo del veterano Sukehiro Tomita, quien había sido el encargado de gestar el guion de 10 episodios de la serie de TV. A continuación, la animación estuvo a cargo de 3 directores de animación: Haruhiko Mikimoto, encargado de la animación de personajes humanos; Toshiro Hirano, que se centró en los personajes de los extraterrestres; e Ichiro Itano, responsable de la acción de las máquinas y los robots gigantes. Los diseñadores fueron Haruhiko Mikimoto, cuyos personajes brillaron más intensamente que nunca; y el dúo Shōji Kawamori y Kazutaka Miyatake, pareja que ya había colaborado en la serie de TV para los diseños mecánicos. El único integrante nuevo fue Mitsuharu Miyamae, un freelancer que se desempeñó en el puesto de director de arte. Finalmente, la composición de la banda sonora se reservó otra vez a Kentarō Haneda. Sus temas musicales, nuevos y antiguos, se sumaron a las canciones que interpretó la seiyū de Lynn Minmay, Mari Iijima.

El proyecto cinematográfico, cuyo presupuesto según las fuentes consultadas osciló entre los 200 y los 400 millones de yenes, fue objeto de una amplia campaña publicitaria que incluyó un programa especial de 54 minutos transmitido una semana antes del estreno por uno de los productores del filme, Mainichi Broadcasting. Los ingresos en taquilla fueron favorables, alcanzando los 700 millones de yenes. Este resultado era previsible: los fans se amontonaron en largas colas frente a los cines el día anterior a su estreno, con la ilusión de ser los primeros en disfrutar la película. El evento, a propósito, fue recogido en la serie OVA Otaku no Video (1991). Posteriormente, el largometraje obtuvo la segunda posición en el Anime Grand Prix, un premio otorgado por la revista Animage desde 1979 a partir de los votos de los lectores.

Una síntesis con mejor pulido: divergencias alienígenas e inclinaciones adultas

Una de las situaciones problemáticas que afrontó Macross a lo largo de su emisión fue la inconsistencia de la animación y la falta de planificación. Por una parte, la irregularidad de la animación fue una pauta constante, logrando picos de excelencia, como los protagonizados por Ichiro Itano en muchos de los 15 episodios en los que trabajó; y bajones terribles, como aquel capítulo 11 donde observamos la ausencia de parte de los fotogramas intermedios. Por otro lado, la falta de planificación en relación al desarrollo argumental fue bastante notoria, apuntando cierta falta de rumbo en los primeros episodios al perdernos en asuntos accesorios. Un ejemplo es el manejo del escudo posicional del cap. 6, cuyo retrato cómico de la incompetencia de las oficiales de la Macross fue excesivamente ridículo al punto de perjudicar la verosimilitud de la narración.

Por fortuna, el largometraje de Macross corrigió prácticamente todos los errores a los que nos tenía acostumbrados la serie de televisión. Desde una perspectiva visual, las imágenes de la cinta lograron un grado de elaboración sublime en términos de minuciosidad. Su calidad es tan excelsa que podríamos hablar de ilustraciones apropiadas para figurar en artbooks. Un ejemplo es la lenta materialización de la Macross en pantalla, revelando una nave espacial gigante con cientos de luces intermitentes, elementos mecánicos entrantes y salientes, entre otros. Sus imágenes urbanas o bélicas también están pobladas por numerosos elementos. Desde las multitudes humanas que pasean por una ciudad cosmopolita repleta de anuncios publicitarios y espacios de ocio, hasta los cientos de cazas y naves cuyos misiles dibujan trayectorias muy enrevesadas hasta impactar en el contrincante. Además las secuencias aéreas de batalla tuvieron en cuenta no solo la distinción entre el espacio exterior y la atmósfera terrestre en cuestión de maniobras sino también las capacidades individuales de cada piloto.


Desde una perspectiva narrativa, los cambios fueron muy significativos en diversos ámbitos: tono, argumento, temática, entre otros. Algunos de los conceptos y nociones presentados en el primer título de la franquicia fueron modificados en favor de la reinterpretación, pero otros tenían la misma función por lo que se representaron con mayor creatividad. Una modificación muy importante fue el rediseño y reconceptualización parcial de los extraterrestres. Para empezar, el relato del encuentro y la lucha de la humanidad contra los Zentradi se inserta en un enfrentamiento mayor entre Zentradi y Meltrandi. En la serie de TV, los Meltrandi formaban parte de los Zentradi como una división femenina, pero en esta versión sustituyen al Ejército de Supervisión y obtienen mayor relevancia como enemigos al inmiscuirse en los planes de los Zentradi de emplear a los seres humanos como instrumento para su aniquilación. 

Como fruto de esta oposición, el diseño de los extraterrestres manifestaba las diferencias entre ambos grupos. Así, los Zentradi, de color verde, adoptan formas monstruosas (con bulbos y apéndices) que las distancian de la belleza de las Meltrandi, de piel violeta. El diseñador mecánico Kazutaka Miyatake reflejó esta circunstancia en sus máquinas, con los Zentradi definiéndose por el aspecto biológico y las Meltrandi inclinándose por la ingeniería inorgánica. No obstante, la relevancia de los Zentradi en la narración nos obliga a prestar más atención a sus rasgos comunes y sus espacios. La primera cuestión nos hace interesarnos por su tamaño, ya que se hizo énfasis en sus dimensiones para contrastar con los seres humanos. Además, los Zentradi se comunican utilizando un lenguaje ficticio, característico por su eco y la utilización de términos propios como deculture o micron. Los diálogos Zentradi, sin embargo, se tradujeron automáticamente al japonés a partir de subtítulos. De otra parte, los espacios en los que se mueven los Zentradi llaman la atención por ser entornos de naturaleza vegetal, fúngica o artrópoda. Por ejemplo, la Fortaleza Móvil Clase Golg Boddole Zer recuerda a una planta monstruosa cuya parte superior está coronada por una especie de cactus. 

Acompañando a esta imagen de los alienígenas, nos encontramos otros cambios que merece la pena comentar. Uno de ellos, muy en sintonía con la incipiente inclinación del anime por las preferencias del público adulto, es el escenario de la invasión alienígena. Mientras que otras óperas espaciales o series del género mecha mantienen la esperanza de impedir la destrucción de la Tierra aquí nos encontramos con un escenario postapocalíptico: el planeta ha sido devastado y la práctica totalidad de la humanidad aniquilada. La persecución de los Zentradi también resulta una amenaza más seria, ya que realmente no tienen el poder militar para superar a la flota antagonista, por lo que su supervivencia depende de la investigación de los Zentradi hasta que son conscientes del poder humano de la cultura. El formato de batallas semanales de la serie de televisión le resta credibilidad a la amenaza. En términos de acción, se agrega mayor violencia explícita al incrementar la crudeza de los asesinatos de los pilotos —sobre todo, las sangrientas muertes de los Zentradi—.

El mensaje antibelicista de Macross: ¿Puede el amor superar nuestras diferencias?

Otras cuestiones menores como los idiomas hablados en la Macross (inglés, japonés, etc.), que prueban la diversidad de la cultura humana; o la corrección de errores argumentales, como la introducción de un sistema de gravedad artificial en la nave que explique porque transformar la nave es un despropósito; merecen su propia mención. Sin embargo, aquí lo auténticamente importante es el mensaje antibelicista. A diferencia de la serie de TV, que exploró el conflicto cultural de forma progresiva al provocar que los aliens experimentaran las manifestaciones culturales de la sociedad humana mediante su infiltración y su interacción, el largometraje focaliza sus esfuerzos en un único aspecto del ser humano: el amor. El propio Kawamori se expresa con claridad sobre esta cuestión: “¿Pueden múltiples personas, nacidas y criadas de diferentes maneras, superar sus diferencias y convertirse en una?”. Veamos cómo a través de las relaciones afectivas entre hombres y mujeres Macross: do you remember love? consigue edificar su mensaje romántico en contra de la guerra.

Como punto de partida, el conflicto bélico emerge a raíz de que el propósito vital de los Zentradi y las Meltrandi es practicar el arte de la guerra. Ambos grupos —por un lado, hombres (Zentradi); y por otro, mujeres (Meltrandi)— fueron creados por la Protocultura, una antigua civilización cuya avanzada tecnología les había permitido reproducirse sin emplear el método tradicional. Una vez lo hicieron se produjo la separación de ambos sexos, dando lugar a disputas y conflictos entre ambos que les impulsaron a crear a estos gigantes por medio de la ingeniería genética. Sin embargo, la guerra alcanzó una dimensión inesperada, por lo que muchos de ellos al darse cuenta del error decidieron volver a estar juntos y buscar un lugar en el que vivir en paz.


Esta historia pretérita responde a la pregunta de cuál fue la causa primordial de la guerra: la ruptura. La separación entre hombres y mujeres constituyó un acontecimiento antinatural que trastocó toda la sociedad, trayendo posteriormente una guerra de sexos que, según comentan los propios Zentradi, supera los 500.000 ciclos de duración. En consecuencia, la solución a este inconveniente solo puede llegar a través de una restauración de su antigua unión. Sin embargo, su meta principal es la destrucción del bando enemigo. No conciben ninguna otra forma de acabar el combate que no implique una réplica hostil por cómo fueron programados por sus creadores. Aquí entra en juego un tercer participante: la humanidad. 

El contacto con el ser humano les permite conocer la existencia de relaciones heterosexuales y distintas formas de afectuosidad (abrazos, besos. etc.) que surgen en su seno. Por desgracia, en un principio, el comandante supremo de los Zentradi, Boddole, solo toma interés por la cultura humana por su potencial destructivo, capaz de aniquilar a las Meltrandi. En particular, su interés se dirige hacia una canción que, por sus características sonoras, es apropiada como arma letal. De ahí que volcaron sus esfuerzos en descifrar una placa de memoria que contiene una antiquísima canción, de la cual obtienen la partitura. Lo que no saben es que, al igual que todas las canciones de Minmay que suenan a lo largo del largometraje, se trata de una simple canción pop que habla acerca del amor. En conjunción con la letra, que Hayase desentraña y Minmay recita al final, la canción genera que Zentradi y Meltrandi pierdan su belicosidad en favor de su capacidad de amar. Si bien no se puede negar que la interpretación del fenómeno alienígena simplifica el impacto del fenómeno cultural, posteriores obras de la franquicia no contribuyeron a complejizarlo sino a adoptar rutas alternativas al darle cualidades mágicas o tecnológicas a la música.

El conflicto entre hombres y mujeres no solo tiene su réplica en el campo de batalla, donde se enfrentan Zentrandi y Meltrandi a muerte. El mensaje antibélico que propugna la unión de los dos sexos utiliza como vehículo en la esfera humana el tríangulo amoroso entre Misa Hayase, Lynn Minmay y Hikaru Ichijou. Su relación romántica es ilustrativa de las dificultades por las que pasan los jóvenes de ambos partes cuando experimentan el amor, teniendo que superar la ruptura derivada del amor no correspondido, así como disfrutar de la felicidad de la unión que resulta del crecimiento personal mutuo. Ahora bien, para comprender mejor su relación creo que debemos prestar atención al trío protagónico. No voy a pararme en una descripción muy detallada de los personajes porque ya lo hice en el análisis de la serie. Sus arcos de personaje, a grandes rasgos, coinciden en lo esencial con sus contrapartes televisivas, aunque por el bien de la reinterpretación tuvieron que suprimir algunas de sus facetas y potenciar explícitamente otras. La conexión con los personajes secundarios también se ha debilitado, con la mayoría de ellos siendo esbozados levemente a excepción de Roy Focker.


Como punto de partida, los personajes de Hikaru y Misa conservan una parte considerable de su caracterización. No obstante, mientras se incide en la indecisión y torpeza de Hikaru como ausencia de masculinidad, la obsesión por el deber y la renuncia a la vida sentimental de Misa como falta de feminidad. Estos defectos esenciales explican sus roces al intentar relacionarse el uno con el otro, con ella sermoneándole por no cumplir estrictamente las órdenes y Hikaru discutiendo o tratando de ignorarla. El status quo de la relación, sin embargo, cambia cuando llegan al devastado planeta Tierra, donde la oficial desiste del deber militar de sobrevivir tras el descubrimiento de que los pasajeros de la Macross son los únicos supervivientes. El punto de inflexión llega cuando Hikaru ejerce el papel activo, animándola y cuidándola hasta que la joven entiende que se está esforzando por vivir tras la muerte de su senpai y la desaparición de Minmay. Su investigación posterior de la ciudad hundida se convertiría en una experiencia crucial para estrechar sus lazos al punto en que la hostilidad e incomodidad anterior dan paso al florecimiento de un amor correspondido. En particular, Misa redescubre su feminidad poco a poco al permitirse llorar por primera vez o recrear una escena hogareña donde ella y Hikaru fingen ser una pareja que disfruta de la cena que ha preparado tras volver del trabajo.

Por su parte, la idol Lynn Minmay es un personaje más definido en lugar de las oscilaciones a las que nos tenía acostumbrados en su relación con Hikaru. Desde el inicio, esta versión de la cantante incide en su desapego profesional ante la presión y el estrés que sufre a causa de su pérdida de privacidad (a menudo, se disfraza para pasar inadvertida), la falta de libertad (por su apretada agenda), la presión familiar (por parte de sus fallecidos padres y hermano mayor) y los constantes rumores en la televisión (sobre todo, amorosos). Aquí Hikaru se convierte en la válvula de escape que le permite evadirse de su insatisfacción. Su percepción del chico que le hace sentirse feliz no podría resultar más acertada, ya que juntos viven momentos mágicos: el aislamiento temporal en la nave, la salida a la ciudad o el paseo por los anillos de Saturno. Sin embargo, el tiempo que estuvo desaparecida causó que el corazón de Hikaru cambiara de dueño y con ello el derrumbamiento de Minmay al ser rechazada. A pesar de esto, el piloto logra que Minmay comprenda el papel que desempeña en su labor de cantante en relación a la sociedad en que está integrada. Finalmente, la canción de amor permite que los personajes se reconcilien y resurja la esperanza de supervivencia de la humanidad.

Sin lugar a dudas, la construcción del mensaje antibelicista por parte del equipo de la película es un mérito enorme que merece mis aplausos. No obstante, su visión acerca de las relaciones entre hombres y mujeres resulta problemática en el contexto actual. ¿Por qué? Pues porque es exclusivamente heterosexual y sexista, coincidiendo con el enfoque tradicional que imperaba en aquel entonces: Armored Trooper Votoms (1983-1984), Wicked City (1987), entre muchos otros. Por una parte, la óptica heterosexual se manifiesta en el hecho de que el orden natural fue alterado por el desacierto de la Protocultura. La separación de ambos grupos, con el fin de las relaciones sexuales, fue de tal magnitud que originó una guerra interminable. La mención de la homosexualidad, la bisexualidad u otras orientaciones sexuales está totalmente excluida al no encajar con esta visión. Por otra parte, su sexismo de raíz esencialista identifica sexo y género como un mismo concepto. Por ese motivo, el crecimiento personal de Hikaru y Misa consiste en adoptar características tradicionalmente masculinas (seguridad, iniciativa, etc.) y femeninas (sensibilidad, interés en el hogar, etc.). Además, el propio Roy Focker colocado en una posición de autoridad comunica dichas ideas de forma explícita a los personajes mediante sus diálogos machistas.

En conclusión, Macross: Do you remember love? es un largometraje sobresaliente que forma parte de las mejores piezas cinematográficas de la década de 1980. La propuesta de formular una reinterpretación en lugar de un filme resumen fue arriesgada y novedosa, pero triunfó en términos artísticos y comerciales. El resultado visual fue espectacular, creando imágenes cuya minuciosidad era similar a ilustraciones. En el ámbito narrativo, se intervino en el rediseño y reconceptualización parcial de los alienígenas, pero también se optó por un tono más grave y una violencia descarnada que se ajustara al cambio de público que estaba experimentando el anime. A pesar de la visión sexista, el anime logró articular con mucha habilidad un mensaje antibélico que conecta el enfrentamiento bélico y el triángulo romántico a partir de la relación entre hombres y mujeres.

Calificación: 9

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