Reseña Manga: Dragon Ball - Saga del Primer Torneo de Artes Marciales


Con Pilaf y su pandilla vencidos y la esfera de cuatro estrellas ilocalizable, Son Goku viaja con la Nube Kinton hasta el hogar del Duende Tortuga. Su meta es hacerse más fuerte y prepararse para la búsqueda del tesoro el próximo año. No obstante, Goku no será su único discípulo, ya que un joven del templo Orin llamado Krillin también llega para pasar por el mismo adiestramiento. Durante aproximadamente un año ambos entrenan lo suficiente para participar en el Gran Torneo de las Artes Marciales, que les servirá para comprobar los frutos de su entrenamiento y demostrar quien es el hombre más fuerte del mundo. Tomos 2-4.

Esta saga se divide en dos fases bien definidas que, a su vez, se definen por dos elementos relevantes en la narrativa de Dragon Ball y que son fundamentales dentro del nekketsu en general: los entrenamientos y los torneos. En consecuencia, nos encontramos ante un arco argumental que se centra en el aprendizaje y la acción relacionada con las artes marciales. Su excelente recepción hizo que Toriyama recurriera, una y otra vez, a la competición de artes marciales para elaborar material nuevo de Dragon Ball. Los entrenamientos también aparecieron continuamente, pero los maestros han ido cambiando con el tiempo. De todos modos, lo cómico y lo estrafalario del primer arco sigue igual de presente. Otra novedad es que el foco del arco recae, en esta ocasión, en viejos y nuevos integrantes: Mutenroshi, explorando su faceta como maestro; y Krillin, un personaje que a pesar del contraste inicial con Goku se convierte en uno de sus mejores compañeros de aventuras. En cambio, Bulma, Oolong y Yamcha adquieren papeles menores en el reparto. Ellos desempeñan un papel en calidad de espectadores del torneo, a excepción del exbandido que también pelea e intenta exponer la verdadera identidad de Jackie Chun.

Antes del adiestramiento, no obstante, continuamos con el humor picante porque el maestro exige nuevamente al héroe los “servicios” de una mujer atractiva a cambio de entrenarlo. La elegida es un nuevo personaje: Lunch, una joven atractiva cuya doble personalidad se manifiesta por medio de los estornudos. Tanto puede ser una chica encantadora como una criminal salvaje. Su creación parece responder al deseo de Toriyama de sustituir a Bulma, continuando así con sus bromas sexuales que a estas alturas son demasiado reiterativas. Por fortuna, el mangaka se dio cuenta de que el viejo necesitaba ser castigado por su conducta pervertida, dando lugar a que sus triquiñuelas acaben en fracasos bochornosos. Por desgracia, el contraste de Lunch no va más allá de esta función erótica y cómica y su participación a lo largo del manga es muy pobre. Tal vez pudo jugar un papel importante en la saga de la Red Ribbon si elaboraran alguna subtrama que la relacionara con esta organización.

Una incorporación más acertada es la inclusión del pequeño Krillin, un chico cobarde, adulador y tramposo que busca ser más fuerte y tener éxito con las chicas. Su personalidad, por tanto, genera un contraste respecto al ingenuo y bonachón Goku, quien es engañado en la prueba de la búsqueda de la piedra. A pesar de ello, la competitividad entre ellos y la convivencia con Mutenroshi causan que la naturaleza maliciosa de Krillin se disipe hasta el punto en que se convierte en el primer rival y el mejor amigo de Goku. El personaje de Krillin, sin embargo, pudo brillar aún más en este arco de haber prestado mayor atención al trasfondo relacionado con los abusos sufridos en el templo Orin a manos de sus compañeros. Toriyama prefiere descartar rápidamente el asunto, dándole una victoria fácil contra su antiguo senpai en las preliminares que le permite superar su complejo de inferioridad. La capacidad del mangaka para el humor es inversamente proporcional a su destreza para construir historias dramáticas. Con todo la inseguridad de Krillin saldrá a relucir en determinados instantes de próximos arcos argumentales.


Posteriormente, los discípulos sufren en sus propias carnes el método Duende Tortuga. Su mentor pretende que trabajen los fundamentos y adquieran un estilo de vida que les permita llegar a un nivel sobrehumano, fortaleciendo el cuerpo (brazos, piernas, manos) y las capacidades sensitivas (vista, reflejos, ...), pero también la mente y el espíritu a partir del estudio, el descanso y el entretenimiento. Sin necesidad de aprender técnicas secretas de artes marciales, una vuelta de tuerca en consonancia con su forma de subvertir las expectativas del género. Sin embargo, las enseñanzas de este maestro se materializan en un adiestramiento muy riguroso, donde tareas aparentemente inofensivas como el reparto de la leche, la ayuda en el huerto o el trabajo en la obra se vuelven arduas y peligrosas. Por ejemplo, el reparto de la leche implica desde ir dando saltitos en una primera instancia hasta cruzar territorios inhóspitos sin acabar devorado por alguna bestia. Todo ello, por cierto, mientras llevan un caparazón a la espalda de 20 kg. Sin duda, una rutina diaria infernal con la cual Toriyama se permite echarse unas buenas risas.

Una vez se acaba esta etapa, todos se dirigen a la ciudad para participar en la famosa competición, de la cual voy a hablar un poco. El Gran Torneo de las Artes Marciales se celebra cada lustro y en él se decide quien es el luchador más fuerte del mundo. Las reglas exigen que las peleas sean uno contra uno, siendo eliminado el que sale de la pista, dice “me rindo” o cae inconsciente tras un conteo de 10 segundos. Está prohibido matar al contrincante y usar armas. Por último, hay una fase eliminatoria que decide quienes son los ocho mejores que participarán en las finales, obteniendo el ganador entre ellos un premio de 500.000 zenis en metálico. Aunque Dragon Ball no aprovechó en la misma medida su primera saga de torneo igual que Yu Yu Hakusho (1992) o Naruto (2002), se preocupó de utilizarla para calibrar los resultados del entrenamiento de ambos chicos. Los chavales arrasan con sus rivales en la fase preliminar, cayendo entre ellos muchos estereotipos de luchadores fuertes: forzudos, maestros o el propio Bruce Lee.



En la ronda final, somos testigos de un verdadero concurso de habilidades sobrenaturales y técnicas extrañas con escasa relación con las artes marciales. Incluso usan argucias y tácticas rastreras como el caso de Bacterian, Ran Fan o Giran. Por ejemplo, Bacterian usa su mal olor corporal para hacer sentir mal a los rivales mientras que Ran Fan emplea sus armas de mujer para avergonzar y golpear a placer al muy serio Nam. La resolución de los combates también resulta heterodoxa e imprevisible ya que, por ejemplo, Krillin supera a Bacterian por “el error” de Toriyama al no dibujarlo con nariz. Tristemente ninguno de los personajes vuelve a tener participación significativa y fuera de sus estilos de pelea no hay nada más que llame la atención. Aquí, por cierto, la participación de Yamcha sirve para probar la fuerza de Jackie Chun y poner en aprietos a Mutenroshi con su identidad secreta. Lo mismo que ocurrirá en la 22ª edición del Gran Torneo de las Artes Marciales, sirviendo al propósito de demostrar la peligrosidad de Ten Shinhan.

Para finalizar, tenemos que nombrar al maestro Mutenroshi, quien ya había demostrado con su guía ser más que un depravado. Tras supervisarlos en su entrenamiento, ahora participa disfrazado para enseñarles una lección final que concluye su aprendizaje: siempre hay alguien más fuerte y, por tanto, no hay que dormirse en los laureles. Sin embargo, el mentor pasa por numerosas dificultades para vencerlos, cayendo en la trampa de las bragas de Krillin y obligándose a dar todo de sí mismo para derrotar a Goku. De hecho, este último combate es el mayor exponente del estilo extravagante que domina el torneo, con un intercambio de técnicas (espejismo, imitaciones, hipnosis, etc.) donde el pequeñajo tiende a salirse con la suya al superar en ingenio a su maestro o saliendo de los enredos con ocurrencias muy creativas. Véase, por ejemplo, Goku regresando al tatami empleando su cola como si fuera un helicóptero. Sin embargo, el encuentro adopta un cariz más tenso a partir de la técnica descarga mortal de Jackie Chun y la transformación en Ozaru, resolviendo el problema con otra solución creativa: destruir la Luna. Sin lugar a dudas, un encuentro muy divertido e igualado que consigue mantenernos interesados.

En conclusión, la saga de la 21ª edición del Gran Torneo de Artes Marciales es un arco argumental que sigue dejando en un buen lugar a Dragon Ball. De la parodia de Viaje al Oeste hemos pasado a una sátira más centrada en el género de las artes marciales, con un entrenamiento llevado hasta el extremo de lo inhumano y una competición donde los peleadores no luchan ni con artes marciales ni con mucho honor. Toriyama continúa con su enfoque humorístico, sin cambiar demasiado su registro a pesar de que su obra se inclina cada vez más hacia la acción. Una carencia que le impide dar pie a una historia más conmovedora cuando dibuja el duro trasfondo de Nam o enfrenta a Krillin con su antiguo superior en el templo. Sin embargo, la obra ofrece inventiva suficiente para dejar pasar este defecto.


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7 Comentarios

  1. Acababa de pasar hace un momento por aquí, luego vi la nueva entrada y creo que por algún bug raro, sale que ya comenté esta entrada.
    Retomando el primer torneo, acabo de darme cuenta que casi no recuerdo del todo los primeros arcos de Dragon Ball.
    Me sentí bastante leyendo tu reseña, fue como revivir viejas glorias.
    ¡Un abrazo!

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    1. Hola. ¡Pues sí que comentaste rápido! Yo tampoco me acordaba muy bien del manganime de Dragon Ball hasta hace varios meses. Así que decidí completar la colección y leerlo unas cuantas veces. Lo pasé bastante bien. Quería hacerle una reseña por arcos pero no me animé hasta ver ciertos vídeos en Youtube.

      Saludos

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  2. Lo divertido de este arco es la variabilidad de las peleas que no se reducen a simplemente intercambios de poder, algo que se intentó retomar en el torneo de poder de dbsuper.

    Digamos que este arco como concepto es entretenido y atrayente, ya sea por los insanos entrenamientos del maestro roshi, por los combates en elel tenkaichi budokai y por su comedia y elementos picantes que recaen ahora en Roshi más que enevidente Ooolong sobre lunch y sobre Bulma.

    Krillin oficialmente vendría a ser el primer rival formal de goku y la creación del personaje en si no es mala, no obstante si se analiza conla detenimiento vemos desde aquí como toriyama va alejandose poco a poco de su concepto primigenio de parodia de la leyenda del Rey mono para convertirse en un shounen convencional

    Argumentalmente la historia no aporta mucho a la serie, es un torneo y ya, quizá lo mejor sería la fase de entrenamientos ya que roshi humaniza un poco más a Goku formándole en buenos valores cuando este entrena con krillin

    Buena revisión amigo

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    1. *que difícil es responder x el celular, el corrector del smart hace de las suyas pero creo que se entiende el mensaje

      Saludos

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    2. A mí me parece un aporte importante el hecho de que es la primera vez que vemos los entrenamientos y los torneos porque luego serán algo común dentro de la historia de Dragon Ball. Al menos, coincidimos en que este arco es entretenido.

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  3. Como se llama el dragón que pelea con Goku ???

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