Al igual que todos los que llevan un largo tiempo en contacto con el mundo del entretenimiento del manga y el anime, yo también he visto y leído incontables comedias románticas. No es de extrañar. Hablamos de uno de los géneros que más obras ha generado dentro de la demografía shōnen y seinen. Por supuesto, en el shōjo existen innumerables productos de esta índole, pero las diferencias son importantes debido al punto de vista femenino predominante en ellas. En cambio, el subgénero que nos ocupa posee una perspectiva evidentemente masculina. Su notoriedad a lo largo del último lustro ha ido creciendo gracias a títulos como Karakai Jouzu no Takagi-san (2012), Uzaki-chan wa Asobitai! (2017), Ijiranaide, Nagatoro-san (2017), Yancha Gal no Anjou-san (2017), Kaette kudasai! Akutsu-san (2019) o la incierta Dosanko Gal wa Namara Menkoi (2019).
Introducción: «Bad girls teasing weak guys»
¿Pero a qué me estoy refiriendo? Sinceramente no puedo dar un nombre exacto porque no lo hay, pero como todo podemos inventarlo. En mi caso particular, considero que la expresión más acertada es «Bad girls teasing weak guys». Esta expresión deja patente la idea general, pero quizás resulte insuficiente. Me explayaré un poco. Este tipo de comedias románticas se definen por seguir una pauta consistente en que una estudiante atractiva, que suele pertenecer a un grupo de gals o chicas problemáticas, importuna y avergüenza diariamente a un chico descrito como muy poco especial. A pesar de que incordiar a alguien a ojos de la mayoría resulta un problema, aquí estas acciones incómodas son percibidas por nosotros como agradables, cautivadoras y, en no pocas ocasiones, eróticas. Es decir, lo que antes valorábamos negativamente ahora lo podemos apreciar en el sentido contrario.
¡Cómo cambia el asunto cuando hay una chica bonita, eh! En realidad, el asunto no es mera hipocresía porque al igual que un amigo te molesta sin malicia de vez en cuando algo parecido se puede predicar de esta curiosa dinámica en la que la chica busca activamente una respuesta o reacción de sonrojo y vergüenza por parte del integrante masculino, el cual intenta disimular la efectividad de sus «ataques». Estas acciones pueden ser variadas, aunque por lo general se trata de pequeñas burlas, como las que Uzaki hace a Sakurai al mofarse de su estilo de vida solitario; o bromas y juegos inocentes, como aquella vez (cap. 48) en que Nagatoro monta un bar en el club de arte para hacer un divertido juego de roles donde ella es la bartender y Senpai el cliente.
Pero también abundan las proposiciones y juegos «indecentes». De ejemplo está el día (cap. 5) en que Anna trae a Seto a la tienda de lencería femenina para elegir un sujetador, arrastrándolo al probador. Sin embargo, lo habitual es que sea una simple «tomadura de pelo». Es decir, ella misma no pretende hacer nada sexual con él sino probar que no es capaz de aceptar su proposición. Véase aquel momento (cap. 14) en que Nagatoro reta a Senpai a hacerle cosquillas, echándose atrás al ver que el muchacho estaba decidido a hacerlo de verdad sin importar que llevara el bañador escolar. En mayor o menor medida, el erotismo está presente en prácticamente todas estas comedias románticas: situaciones comprometidas, desnudos parciales, lencería femenina, atuendos sugerentes, etc. Nada muy explícito, aunque gusta de explotar fetiches actuales junto con algunos recursos del pasado. Yancha Gal no Anjou-san sería el máximo exponente del grupo gracias a la atrevida y sensual Anna.
Algunas personas afirman, sin embargo, que esta fórmula esconde una situación de acoso e intimidación. En mi opinión, estas declaraciones son erróneas porque se centran mayormente en las acciones en sí -ni siquiera las analizan bien- y olvidan la intención de la «hostigadora», la cual es inofensiva. Al ser alguien cercana al protagonista, y tener sentimientos románticos, actúa sin mala fe de por medio. En otras palabras, se limita a chinchar como lo haría un amigo que conoce una debilidad nuestra pero que no pretende hacer daño físico, emocional o psicológico. Por otro lado, si bien la parte masculina se siente parcialmente incómoda también disfruta en parte del juego interminable. Y no lo digo por los «resultados sexuales» sino porque recibe su atención y se alegra por las experiencias que vive con ella. Experiencias en las que participa sin que exista coacción a pesar de que su expresión y palabras digan lo contrario. Con todo podemos admitir que, aún siendo minoritarios, hay algunos casos de verdadero acoso y molestia. De ejemplo están los primeros capítulos de Ijiranaide, Nagatoro-san porque los actos de Nagatoro son más cercanos a la humillación y el abuso verbal que a una molestia inofensiva. Afortunadamente, el autor fue consciente del problema.
La pareja principal y su relación
A pesar de que todos tenemos una idea sobre cómo es el dúo protagonista, no estaría mal hablar más acerca de ambos, ¿no? Pues bien, la pareja principal se define por ser polos opuestos desde múltiples puntos de vista: personalidad, actitud, apariencia física, entre otros muchos. Por un lado, los chicos —a excepción de Sakurai— se caracterizan básicamente por ser introvertidos, densos y pasivos. A la mayoría le cuesta expresar lo que desea y piensa debido a su escasa asertividad y capacidad comunicativa, teniendo que recurrir en su lugar a los monólogos internos como la única forma de expresarse sin tartamudeos, dudas u otras dificultades que surgen en una conversación entre personas. En estos escenarios su dinámica consiste en ruborizarse, evitar el contacto visual u otro tipo de reacciones parcas de carácter esquivo y negativo. Curiosamente, dichas reacciones son una de las razones por las cuales muchas de estas «chicas malas» muestran interés en ellos. Digamos que las encuentran graciosas. En este sentido, las reacciones de Senpai son increíblemente divertidas porque intenta no admitir que se siente avergonzado por culpa de Nagatoro.
Sin embargo, la pobre capacidad para participar e interactuar llega a ser molesta cuando agotas tus reacciones y lo único que eres capaz de decir es «¡Ah!», «¿Qué?», «Lo siento», «No, por favor», «No deberíamos...», «Yo no quería...» o «¿Qué estás haciendo?» como ocurre con el lamentable Seto resulta difícil no pensar que el personaje es un palurdo que se merecía perder la atención de la joven. Esta imagen de perdedor, como era de esperar, suele estar asociada a características como ser otaku, virgen, débil físicamente y, en general, no tener nada de que presumir. A excepción del protagonista de Kaette kudasai! Akutsu-san, no obstante, la mayoría al menos tiene algún rasgo definitorio: pasión por el dibujo (Senpai), enfoque en los estudios (Seto), interés por el deporte y debilidad por los gatos (Sakurai), maestría en el arte culinario (Yabe), etc. Poca cosa teniendo en cuenta el tiempo que invertimos en su vida diaria, aunque al menos el universitario tiene una caracterización más diversa. De hecho, también es el que sabe mantener una relación más equilibrada y entretenida con su kōhai.
Por otra parte, de edad similar o un año menor, tenemos a sus preciosas compañeras. Ellas se caracterizan por ser extrovertidas, entusiastas, enérgicas, cercanas y atractivas. A diferencia de los anteriores, no tienen ningún problema para manifestar cualquier pensamiento y sentimiento —excepto los amorosos— con franqueza a los «agraviados». Es más, saben comunicar con inventiva y sensualidad para provocar la reacción ajena aunque no tengan ninguna experiencia amorosa o sexual previa. ¿Don natural? Tal vez. A esto también habría que añadir que ellas son la parte activa del dúo, manteniendo siempre la iniciativa en cada ocasión. Sea para hacer planes juntos o incordiar. Otro don es su belleza, que a diferencia de otros personajes femeninos de RomCom no solo les viene dada sino que tienden a cuidar su apariencia y estar a la moda. A pesar de las restricciones escolares, ellas sobresalen por su peinado, uñas decoradas, pelo teñido, piel bronceada y accesorios. Del conjunto, el diseño de Anna es el más sobresaliente gracias, entre otras muchas razones, a su atrevida forma de llevar el uniforme estudiantil y su moderno peinado.
Esta cualidad, por cierto, no es casualidad porque una gran parte de las muchachas pertenecen a la conocida subcultura «Gal». Este grupo casi totalmente formado por mujeres está definido por su pasión por la moda. En particular, un estilo que se rebela contra los estándares tradicionales de la sociedad japonesa. Dicha rebeldía juvenil se asoció, como es costumbre, con la delincuencia juvenil, la frivolidad, la ausencia de respeto, etc. De ahí que me refiriera al inicio a «Bad girls», aunque no todas formen parte del grupo como, por ejemplo, Uzaki. En cualquier caso, ellas comparten su gusto por la moda, aptitud para los deportes, nulidad para los estudios, despreocupación por exhibir su sexualidad y una faceta intimidante. Sin duda, un conjunto de rasgos que explica su magnetismo para con el público, aunque la presencia del perdedor como complemento provoca que su brillo aún sea más fulgurante.
Una vez conocemos a fondo estos personajes, la próxima cuestión está relacionada con los rasgos y desarrollo de esta relación. Aunque ya somos conscientes de cómo funciona esta dinámica de pareja todavía quedan un par de pinceladas. Un aspecto que llama la atención es la ausencia de rivales amorosas. Hecho que resulta ideal para aquellos que detestamos los dramas causados por los triángulos amorosos o el exceso del harem. El que quiera la parejita definida desde el principio tiene la fantasía cumplida, permitiéndole ver cómo pasan su día a día en un entorno más íntimo sin obstáculos de por medio. Si dejamos fuera de la ecuación a Dosanko Gal wa Namara Menkoi, los secundarios están ahí por el bien de la pareja (véase Sakaki y Asai) o simplemente como una pequeña adición necesaria para desenvolver otra clase de historias y situaciones. Este último punto es relevante, ya que al principio la acción ocurre en espacios reducidos y limitados como el aula de clase o la sala del club. Pero lo dicho, su importancia es tan mínima que carecen de arcos de personaje propios o siquiera de una caracterización pasable.
¿Y los demás rasgos? Lo cierto es que estos son comunes a otras comedias románticas del medio: ámbito estudiantil, rutina de sitcom, mantenimiento del status quo en detrimento de un avance significativo en la relación amorosa, sexualización femenina y uso de numerosos tópicos del género. Aunque no he leído todos los capítulos de las obras citadas en el texto, sí he observado que la tónica habitual es seguir una rutina carente de itinerario. En otras palabras, no existe una planificación evidente con eventos relevantes dentro de la obra que hagan progresar la relación. De vez en cuando puede darse uno significativo, pero ninguno capaz de destruir el status quo hasta que el autor decide concluir o hasta que pierde el favor de los lectores. Algunas obras ni siquiera hacen mucho hincapié en el tiempo que pasa, permaneciendo congeladas indefinidamente con capítulos autoconclusivos. Otras como Ijiranaide, Nagatoro-san conservan una mayor continuidad temporal, siendo conscientes de lo que ha pasado anteriormente y hasta construyen historias o arcos de varios episodios. Pero ojo, nada que atente contra su cómoda fórmula.
Respecto al contenido de esta rutina diaria, los autores suelen acudir con frecuencia a los tópicos del género. Es común topar episodios dedicados al primer beso —surgido a causa de un accidente— o el beso indirecto. También son habituales las fechas señaladas como Nochebuena o Año Nuevo, sin olvidar las del calendario escolar como el festival cultural y el deportivo. En esta línea eventos menos particulares incluyen viajes y visitas a la playa, el hogar, los festivales locales, entre otros. Aquí se podrían incluir la clásica primera cita, que implica ir de tiendas, al cine, la bolera, el salón de juegos, etc. Hasta pueden acabar en la tienda de lencería femenina para vergüenza del chico. Los temas no acaban aquí porque son numerosos y variados, aunque la mayor parte los encontrará más o menos tediosos ya que su uso a lo largo de tantas décadas ha mermado las posibilidades disponibles.
Un último grupo de ideas que me gustaría tratar se refiere a sexualidad femenina, misoginia y virginidad. Desde hace un par de años, existe una gran preocupación por la figura de la mujer en los medios de entretenimiento y, en particular, sobre su sexualización. En mi opinión, la sexualización no constituye un punto negativo en sí mismo porque el erotismo y el sexo no causan primariamente ningún daño sino todo lo contrario: causan placer. La cuestión es que existe mucha desinformación al respecto, por lo que la mayoría del público puede crearse ideas equivocadas y prejuicios sobre las mujeres. Con eso hay que ser muy cautos. Y hablando de prejuicios y estereotipos, no me gustan los comentarios misóginos que a veces los autores vierten sobre estas «Bad girls», como si hablaran de personas indecentes tendentes al libertinaje. Tal como se presentan son un tanto dañinas. Pero el sexismo también cae en el lado masculino, presionando a los chicos con la idea de que la virginidad es un defecto del que carece un verdadero hombre. Curiosamente, el grueso de las críticas feministas hacen oídos sordos u otorgan menos relevancia a este problema expresado menos sutilmente que el anterior.
Para finalizar, mi valoración acerca de este subgénero podría calificarse de neutra. La razón es que yo califico obras de ficción, no categorías ni subcategorías en las que se engloban diversos mangas y animes. Que en otro orden de eventos, tampoco es pragmático porque los géneros no tienen características perfectamente definidas e inmutables. De ejemplo está Dosanko Gal wa Namara Menkoi, que incorpora un fuerte interés amoroso a la historia rompiendo con la idea de que esto es un asunto de dos. Pero si reflexiono sobre los mangas que he leído la verdad no apostaría porque surgiera una obra maestra entre ellas. Ninguna apuesta demasiado por una exploración temática de la vida escolar o el amor. Tampoco nos traen ideas novedosas o aplican los tópicos de siempre con gran inventiva. Ni siquiera destacan especialmente por la ilustración, a excepción de los diseños femeninos, la expresividad facial o la presentación del erotismo. Y no penséis que esto aplica a todos porque casi depende más del talento individual. Con todo si tuviera que haceros alguna recomendación me quedaría con los siguientes (por orden):
-Karakai Jouzu no Takagi-san (2012)
-Uzaki-chan wa Asobitai! (2017)
-Ijiranaide, Nagatoro-san (2017)
-Yancha Gal no Anjou-san (2017)
Sobre los demás, pues los considero totalmente prescindibles. ¡Hasta la próxima!
13 Comentarios
(ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧ Holaaa!!!
ResponderEliminarMe ha parecido una observación bastante interesante, la verdad yo veo más shojo y josei que otra cosa pero en este tipo de historias es siempre el varón el que da el primer paso en todo, y aveces es divertido y refrescante ver que la mujer es la que anda detrás del hombre, buscándolo y seduciéndolo el anime más próximo a eso que he visto es B H Gata Kei si no me equivoco en el nombre, el cual yo disfrute muchisimo.
El otro día justo estaba viendo unos videos que compartieron en facebook de estos cortos de anime que comparten y justo vi a la chica de esta Imagen el asunto es que me llamo mucho la atención ese anime.
A lo que voy es que en cuestiones femeninas el punto de vista suele ser diferente claramente pero creo que esas historias también valen mucha la pena ver, aunque aveces haya fanservice y mostraciones innecesarias jajajaja yo prefiero las mostraciones de cuero justificadas porque siento que le dan mas valor a la historia XDDD pero bueno.
Gracias por haber compartido tu visión de este subgenero que me parece en lo personal muy interesante y que obviamente no reniego en ver.
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Buenas, menciono lo del punto de vista porque a menudo es muy importante en sus características. Si hablamos de comedias románticas femeninas, está claro que tenemos un romance y mucho humor, pero no tenemos la misma cantidad de erotismo, por ejemplo. En cambio, sí tendremos una potente sentimentalización en la que la protagonista está expresando lo que siente y piensa por el chico.
EliminarSaludos
Con respecto a la imagen es la primera chica de izquierda a derecha xd
ResponderEliminarCon la popularidad de este subgénero ya hacía falta una conceptualización necesaria, sin embargo, me surge la duda de si deberían incluirse a las que funcionan con esa fórmula pero a la inversa, el mejor ejemplo que se me ocurre ahora es Soredemo Ayumu wa Yosetekuru, del mismo autor de TakagiSan. En sentidos de interacción son similares, con Ayumu (el chico) molestándola inocentemente y sólo a veces si a propósito, también tengo entendido que hay una obra (de la que recientemente anunciaron adaptación anime) donde es el Kouhai molestando a su Senpai (o algo parecido, no lo he leído para confirmar está percepción), y posiblemente estos tipos de casos estén al alza para destacar en este subgénero (que ya desde base tenía poco en lo que innovar) ¿Deberían incluirse estas aplicaciones inversas como excepciones o exponente particulares? ¿O verlas como otro subgénero?
ResponderEliminarDel resto, muy completa conceptualización, ya necesitábamos algo más estructurado para esta corriente cada vez más común. Personalmente ha dado la casualidad que todas las mencionadas las he leído o voy al día, es un subgénero que me gusta. Mi preferida es Nagatoro.
Buenas noches, la verdad no conocía el título que mencionas por lo que no sé si podría entrar en esta categoría. Habría que observar qué características les definen, si son las mismas y con la misma dinámica. Con todo, hablar de géneros o subgéneros tiende a ser una tarea complicada porque estos no se imponen a las obras sino al contrario. En todo caso, supongo que tendré que mirarlo para ver cómo es. Tengo pensado leer más de estas obras para mejorar el artículo, ya que solo usé como base las que cito en el texto. De estas también mi preferida es Nagatoro, la veo como la más despierta y a la vez sabe agarrar mejor al público. Tiene más encanto.
EliminarSaludos
Brillante entrada y sumamente educativa. Esta suerte de subgénero viene ganando mucho terreno y, ciertamente, es con justa razon.
ResponderEliminarParticularmente, actualmente soy religioso de Takagi-san y es que, de broma en broma, la serie es superelajante y entretenida.
Realmente, me ha encantado mucho la entrada.
¡Un abrazo!
Me alegro que te haya gustado.
EliminarSaludos
Hola, Batracio! Qué buen análisis, no me había puesto a pensar en esto, porque no conozco mucho del tema, solo he visto Takagi-san, que me gustó ahí no más. Es que creo que esta dinámica no es mucho lo mío, me gusta más cuando el chico la molesta a ella, pero así como dices, no en mala. Me gustó esa parte del análisis, es completamente diferente molestar con intención de hacer daño, que molestar al niño o niña que te gusta.
ResponderEliminarSaluditos!
Gracias. Como digo es normal que a ti no te llame tanto la atención porque la intención es más el contentar a un público masculino al que le gustaría que una chica como las que aparecen en estas comedias románticas le molestara tan inocentemente, aunque algunas de las nombradas como por ejemplo Takagi-san les veo potencial para llamar la atención sobre ambas demografías.
EliminarSaludos
Realmente no le veo casi nada de gracia porque esto es básicamente simplificar las comedias de animes antiguas tipo zero no tsukaima o working! donde siempre el prota era el blanco de todos las burlas, abusos y humillaciones del resto, mientras en estas básicamente todo se reduce a una dinámica de tan solo 2 miseros personajes con la misma rutina, rutina que se gasta mucho mas rápido y no es que defienda a esos animes antiguos que realmente se me hacen actualmente obsoletos, pero al menos ahí había mucha más variedad de gags y más personajes entrañables que aportaban muchas dinámicas y no están de relleno como en uzaki o takagi.
ResponderEliminarBuenas noches, veo correcto que no te haga gracia pero la explicación que das para el porqué (suponiendo que sea la única razón de que no te agrade) no me lo parece tanto. Para que habláramos de simplificar tendríamos que partir de un modelo más complejo que se hace más sencillo, lo cual no es el caso aquí. Lo que hay es un cambio de enfoque y de dinámica. Nada tiene que ver Zero no Tsukaima con, por ejemplo, Nagatoro. En la primera comedia romántica hay todo un compendio de líos amorosos debido a la presencia de varios personajes femeninos que aman al protagonista por A o por B aunque luego sepamos quien es la elegida. En la segunda no hay líos amorosos sino una rutina escolar en la que la chica mala molesta lindamente al MC. Es decir, poco que ver aunque ambas sean comedias románticas. Y además, las humillaciones que sufría el prota de Zero no Tsukaima no tenían nada que ver con lo que aquí se describe sino por los celos, la mala actitud de la chica o los malentendidos.
EliminarQue la rutina se gasta rápido... pero en base a qué exactamente? Falta de variedad? No lo creo. Como he dicho hacia el final del escrito, hay multitud de temas que explotar en estas RomCom, aunque ya han sido utilizados en multitud de ocasiones. Depende de la habilidad del autor para manejar los tópicos y que esta rutina no se vuelva un tedio más que por falta de diversidad.
Saludos
Hola amigo, cuanto tiempo de no visitarte, espero que estes bien de salud. Un abrazo fraterno.
ResponderEliminarBueno, centrandome en el tema en cuestión, la verdad es que si había notado cierto patron reiterativo en obras de romance enfocadas a un público masculino, y que se ha acentuado con la figura de las "gals" que como bien dices, al menos en la pantalla han hecho acto de presencia aproximadamente desde el 2012.
Desde mi punto de vista, como consumidor de animes, siento que la figura de la provocación femenina al protagonista timido y reservado siempre estuvo presente, se me viene a la mente Masakazu Katsura por ejemplo con DNA2 o I'S; otro mangaka que puedo citar es Ken Akamatsu con Love Hina o Negima, no obstante en estos títulos el foco de atención no lo tenía el personaje seductor sino otro más tradicional que iba más acorde al estereotipo nippon.
Lo que paso es que con el devenir del tiempo y con la llegada de la sociedad de la información, los mangakas y escritores de historias románticas optaron por darle una mayor cabida a este tipo de personajes que son más deshinbidas sexualmente (Aunque me parece que el Hentai se vio con mas frecuencia este perfil); bueno, al final eso es lo que tenemos ahora, como un plus viene el tema a tratar la psique de ese personaje, y de como esto puede influenciar en la relación con el prota cliche de turno.
Buen articulo amigo. Un saludo
Alguien que recomiende otros parecidos? Con la misma trama claro
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