Introducción
Desde la batalla contra Piccolo Jr en el Torneo de Artes Marciales han transcurrido cinco años. En este tiempo la Tierra ha experimentado un largo periodo de paz, pero la llegada de un poderoso ser del espacio amenaza esta paz. El individuo en cuestión es Raditz, uno de los últimos miembros de la belicosa raza de los Saiyan. Sin embargo, la mayor sorpresa es que Raditz es el hermano mayor de Goku y desea que se una a él para destruir la Tierra. Ante la negativa del protagonista, Raditz rapta a Gohan, el hijo de Goku, por lo que Goku junto a Piccolo, que comprende la fuerza del enemigo, deciden hacer equipo para vencerle. Con todo, ambos no son conscientes de que más adelante los compañeros de Raditz vendrán a la Tierra para erradicar a la raza humana y todos tendrán que unir esfuerzos para defenderla.
A pesar de que anteriormente había reseñado cada arco de Dragon Ball hasta el tercer torneo, en este momento me dispongo a hacerlo con el primer arco del anime de Dragon Ball Z (1989-1996) porque desde que era niño estoy más familiarizado con este anime. Con todo las diferencias no son muy grandes en términos argumentales, ya que la contraparte animada apenas aporta nada relevante. Aunque de eso ya hablaremos porque tenemos que entrar en materia. Una de las particularidades de Dragon Ball Z que la distingue de la parte anterior es su giro hacia la ciencia ficción. La inclusión de tecnología avanzada, seres extraterrestres o naves espaciales convertía a Dragon Ball en una obra con mayor interés en explorar los aspectos clásicos de la ciencia ficción. Hasta los personajes clave como Goku y Piccolo pasaban de tener un origen fantástico relacionado con Sun Wukong y el rey de los demonios respectivamente a pertenecer a razas alienígenas.
En el pasado, la ciencia ficción estaba presente en múltiples formas: robots de combate, vehículos voladores, cápsulas Hoi Poi, etc. Sin embargo, los aspectos de fantasía eran más prominentes. Y aquí no desaparecen, ya que tenemos el Otro Mundo —retratado como un lugar burocratizado—. La diferencia, como es evidente, está en la preferencia por la ciencia ficción sobre la fantasía. Otra característica notable es que el anime ha ido cambiando su tono, volviéndose más grave, solemne y épico. Si bien el tono ha ido evolucionando progresivamente en el manga, aquí se asienta de forma definitiva. O más bien hasta que en la saga de Bu opta por restarle seriedad otra vez. Tampoco la comedia es erradicada, solo está fuera del campo de batalla.
Un último rasgo a citar es que la premisa de cada arco a partir de ahora va a tratar sobre un enemigo desconocido —por lo general, procedente del espacio exterior— de fuerza superior a nuestros héroes que pretende destruir el planeta Tierra o el propio universo. Este concepto no es nuevo porque los arcos anteriores lo habían utilizado, pero a partir de ahora queda totalmente imprimido en la superficie de la serie. Un hecho que, sin duda, la volvió más repetitiva. Más si tenemos en cuenta que las trece películas de la franquicia usaron el mismo concepto —y con un esquema aún más simple— una y otra vez hasta quemarlo. Hablando de esquemas, el arco podemos dividirlo en las siguientes partes: la confrontación con Raditz, el entrenamiento de los Guerreros Z y el enfrentamiento con Vegeta y Nappa. Para esta reseña, voy a tratar cada parte por separado.
Sin embargo, antes de llevar a cabo la tarea, me gustaría señalar una particularidad del anime de Dragon Ball Z: la prolongación innecesario del arco. Al igual que en otras muchas ocasiones, Toei quiso estirar hasta donde fuera posible la trama de los Saiyajin. A grandes rasgos, este hecho puedo valorarlo como negativo porque la adaptación empeora el material original sin realizar aportación de peso alguno. Fuera de la cuestión del relleno, del cual hablaré después, la experiencia de visualizar Dragon Ball Z resulta tediosa debido a varios factores. El primero de ellos está relacionado con los enfrentamientos, en particular con el abuso de recursos de animación como la cámara lenta o el uso de repeticiones. Ambos recursos válidos, pero de los cuales Toei abusa sin parar. Otros que podría decir que son válidos como forma de incrementar la tensión son los primeros planos en los que los contrincantes se miran el uno al otro o los espectadores reaccionan con horror, pero Toei los emplea para abusar de ellos alargando cada plano hasta donde la tolerancia del espectador lo permite.
Un segundo factor conecta con los diálogos y acciones reiterativas, que se usan hasta la saturación. Como si Toei no confiara en que seamos capaces de recordar la información que anteriormente nos habían proporcionado o que nosotros mismos podríamos obtener por simple inferencia, tenemos un mar de monólogos y diálogos que están repitiendo lo mismo una y otra vez. Pero lo mismo pasa con determinados eventos o acciones como los helicópteros y periodistas que Nappa asesina cada rato o las diversas ocasiones en que Gohan se transforma en Ozaru. En relación con esto, otro factor es la inserción de pequeñas escenas en las que los personajes están haciendo algo que ya hemos visto. Un ejemplo en la parte del adiestramiento es la costumbre de incluir pequeñas escenas de cada uno de los miembros de los Guerreros Z entrenando en todos los episodios. Prácticamente todas esas agregaciones no aportan nada. De la misma manera que tampoco lo hacen las reacciones de Bulma y sus amigos a la batalla televisada, que aparte interrumpen la acción. También podría quejarme de los resúmenes iniciales, pero era algo habitual en series de esta índole.
La confrontación con Raditz y el entrenamiento de los Guerreros Z
Fuera de los rasgos que he destacado al principio, de esta primera parte señalamos en primer lugar la revelación de los orígenes de Goku. A pesar de que toda la historia sobre los saiyajin aún no nos es contada, aprendemos bastante sobre ellos gracias a Raditz. En particular, me quedo con el hecho de que son una raza extraterrestre de soldados y mercenarios definida por su naturaleza violenta y salvaje así como por su poder y cualidades especiales. Este último rasgo también es la razón de que los saiyajin opaquen a los seres humanos como protagonistas, otorgándoles mayor importancia en la historia desde este momento. La revelación, no obstante, no cambia a Goku porque manifiesta sentirse un ser humano como los demás. Una declaración que, por otra parte, demuestra que ningún conflicto interno se ha abierto en Goku tras el descubrimiento.
Es evidente que sería mucho esperar algo interesante de este cabeza hueca, así que mejor vayamos con Raditz. En términos de carácter y actitud, Raditz es un villano similar a otros previos siendo un tipo cruel y arrogante por su fuerza y un cobarde traicionero cuando está a punto de ser derrotado, pero su procedencia y conexión con Goku así como el orgullo por su raza le permiten escalar un poco. Por otro lado, su poder propicia que por primera vez se produzca una auténtica colaboración entre personajes para derrotar al enemigo del arco. De hecho, se traduce en una alianza de antiguos rivales a muerte que más tarde se repetiría en Namek con quien ya sabemos. En este caso, un 2vs1 en el que los participantes dejan un buen espectáculo de superhombres que termina con la muerte de Goku. A pesar de que el evento resultó impresionante, en el mismo arco su importancia se diluye rápidamente porque ir al Otro Mundo no supone desaparecer. Ni siquiera Goku permanece muerto durante mucho tiempo.
No obstante, el fallecimiento de Raditz no mejora la situación de los terrícolas porque en apenas un año los compañeros del villano se personarán en la Tierra para barrer a la humanidad y apropiarse de las Bolas de Dragón. Ante este giro de los eventos, los Guerreros Z entrenan al máximo para ser capaces de proteger el planeta. Sin duda, los adiestramientos más importantes son los de Gohan y Goku mientras que los de Krillin, Yamcha, Tenshinhan, Chaoz y Piccolo son irrelevantes. Ni siquiera el anime hace un gran trabajo para ver que los cuatro primeros están haciendo algo muy particular, siendo Piccolo el que parece estar esforzándose con sus demostraciones de poderío y su lucha con su propio yo. Con todo, lo que nos importa de Piccolo es que él se encarga del adiestramiento de Gohan porque en la batalla con Raditz observa su enorme potencial escondido. También considero que, sin alejarme mucho de la verdad, quería aprovechar para hacer sufrir un poco al pequeñín ya que es el hijo de su archienemigo. En cualquier caso, tenemos una relación maestro-alumno definida por la obligatoriedad y la severidad.
Sin embargo, Piccolo antes de entrenarlo personalmente considera que es necesario que el chaval aprenda a sobrevivir por sí mismo ya que Gohan necesita una preparación previa. Esta parte es larga, monótona y algo improductiva. No solo porque en términos de entretenimiento tiende a la monotonía sino que lo que aprende Gohan no se ajusta al tiempo invertido, con algún tibio intento de mostrarle la ley de la selva y manifestar su añoranza por estar con su madre. De hecho, pierde más tiempo jugando con animales salvajes. Con todo, esta parte mejora al manga donde Toriyama apenas le hace interactuar con el nuevo entorno y sus habitantes. Pero ya que hablamos del niño permitidme contaros algo de él. A diferencia de su padre, Gohan inicia como un chico llorón, dócil y cobarde. Debido a que su madre le ha inculcado el estudio, Gohan aspira a ser un sabio en vez de un luchador. Como es dependiente de sus padres, este tiende a pedir ayuda y no suele sacar partido a su potencial más que en momentos clave.
Tras varios capítulos originales de naturaleza intrascendental, sigue el verdadero adiestramiento con Piccolo. Aquí el namekiano nos muestra cómo de estricto es con el muchacho haciéndole pelear día y noche, pero también cómo se va encariñando a medida que pasa el tiempo. En concreto, aprecio la escena en la que charlan ante el fuego y muestra su preocupación por él. Lástima que el anime no aprovechara la oportunidad para construir más momentos de cariño, siendo un poco más acertado a la hora de hacer creíble su mejora como luchador. Pero cómo dicen por ahí menos da una piedra, siendo de lo poco que el anime aporta respecto al manga.
Con el entrenamiento de Goku también tenemos dos partes diferenciadas, siendo el recorrido por el Camino de la Serpiente una pérdida de tiempo. No tanto por los capítulos de relleno (el paso por el Infierno y la visita al Palacio de la Princesa Serpiente), que gracias a su comicidad al menos fueron un entretenimiento mediocre, sino por la misma concepción de la prueba: un trayecto larguísimo. Si dejo a un lado lo del Palacio ni se entiende porque algún aburrido no lo ha completado porque carece de algún obstáculo. Si tal vez incidieran en el factor del cansancio, el desánimo o la desesperación que implica recorrer un camino que no parece tener fin sería genial, pero la única preocupación de Goku es llegar junto a Kaio y comer algo. Como curiosidad, me llama la atención que esto constituya una carrera contrarreloj para hacerse más fuertes y el anime genere la sensación contraria con todo este desperdicio de tiempo. Igual Toriyama ni hizo el intento de comunicar nada.
La pesadilla, sin embargo, acaba por fin tras llegar a la morada de Kaio. Este hombre se caracteriza al igual que Muten Roshi por ser un maestro excéntrico, aunque su pasión no son las chicas sino los chistes malos. De hecho, se toma a mal que no se rían de sus chistes y le pide a sus estudiantes que sean capaces de contarle alguno que le haga reír. Más particular aún que este maestro lo es el hogar en el que vive porque la gravedad de este planeta es muy superior a la de la Tierra. Por esa razón, el entrenamiento consiste inicialmente en acostumbrarse a ella y desenvolverse sin problemas. Para ello el reto que le propone Kaio implica perseguir a sus mascotas en una especie de pilla pilla que seguramente nos recuerda al juego del maestro Karin. Con ello no tengo quejas, pero sí fastidia que el aprendizaje de la Genkidama y el Kaio-Ken se pasaran por alto porque ambas técnicas son de lo mejor de la franquicia y son icónicas de DBZ.
El enfrentamiento con Vegeta y Nappa
Después de emplear quince capítulos para un entrenamiento que debió durar poco más de un tercio nos toca la contienda final. De forma aún más impresionante que con Raditz, los saiyajin que aterrizan en la Tierra se presentan como una amenaza al aniquilar a los habitantes de una ciudad terrícola en segundos. De este dúo, por cierto, hay que señalar que Vegeta es el cerebro del equipo mientras que Nappa es el músculo. Uno da las órdenes y el otro las acata. Por ahora solo me voy a referir a Nappa, ya que es quien acapara el protagonismo. A pesar de que Nappa es un villano caracterizado por ser un bruto de inteligencia muy limitada su intervención resulta memorable por los méritos que hace en el campo de batalla.
El choque con Nappa es espectacular porque muestra la diferencia de poder tan grande que existe entre los saiyajin y los terrícolas. Pese a que los Guerreros Z, a excepción de Son Goku, están reunidos para luchar en equipo, de forma similar a lo que ocurrió con Raditz, van cayendo uno tras otro: Yamcha, Chaoz, Tenshinhan y Piccolo. En general, el equipo intenta librar una batalla que les permita ganar tiempo para que llegue el héroe, sin tampoco renunciar a tácticas engañosas con las que coger desprevenido al contrario para matarlo. Puede que no haya nada ingenioso o elaborado, pero es interesante observar cómo de desesperados están por vencerles aunque sea deshonrosamente al aceptar sus diversiones o pillándoles con la guardia baja.
Sin embargo, la batalla también resultó emocionante y épica gracias a su espectacularidad. Una de las razones que explica el éxito de Dragon Ball Z son las luchas sobrehumanas. Es cierto que en el antiguo Dragon Ball (1986-1989) ya todos estaban por encima del nivel humano, pero las batallas no habían alcanzado esa sensación de que los contrincantes son tan poderosos que pueden destruir el planeta entero. A pesar de que la animación de DBZ era más bien limitada y Toei abusaba hasta el agotamiento de ciertos recursos, el anime logró su cometido. Hablamos de movimientos de alta velocidad, efectos de sonido estruendosos, pequeñas secuencias de animación de gran excelencia, técnicas destructivas, entre otras. Uno de los momentos más memorables, por ejemplo, es cuando los personajes deciden liberar su poder. Véase el caso de Nappa antes de partirle el brazo a Tenshinhan y matar a Chaoz. En el momento en que liberó su energía fue capaz de provocar un gran temblor y una tormenta. Súmale, además, que este y otros choques resultaban más inolvidables por su potente banda sonora que si bien no era abundante en temas en general le sobraba calidad.
Un último factor de peso son las muertes, que desde Piccolo Daimaou no resultaban traumáticas, ya que las Bolas de Dragón solo podían resucitar a aquellos que no habían muerto más de una vez. Con la muerte de Piccolo incluso se llegó a especular con la idea de que ya no podrían volver a recurrir a ellas, sembrando la incertidumbre aunque la mención de Namek por parte de Vegeta nos hiciera olvidarlo pronto. Cabe decir que no todas las muertes tuvieron el mismo peso, aunque el problema más grave está relacionado con el uso de los personajes antes de morir. Tal como y señalan muchos, Yamcha y Chaoz son el paradigma de lo negativo porque no aportan prácticamente casi nada a la lucha. Únicamente el primero se lleva al infierno a uno de los Saibaman, aunque su muerte hoy es un meme de facto. Lo de Chaoz, en cambio, es como su personaje: irrelevante. Ni siquiera le pudo hacer daño. De Tenshinhan me gusta opinar de forma más positiva porque su personaje murió dignamente, soportando una lucha intensa con el enemigo y lanzando, al menos, un ataque final que hirió a Nappa.
No obstante, el personaje que merece toda mi admiración es Piccolo que, por otro lado, muere en un giro inesperado de los eventos porque todos esperábamos que sería de los que sobreviviera. Sin embargo, la verdadera sorpresa fue que murió protegiendo a Gohan. Ya habíamos visto que Piccolo le cogió cariño a Gohan durante el entrenamiento, pero en esta batalla él intenta aconsejar y apoyar a su alumno para que sea capaz de estar al mismo nivel que los demás. En un principio, el chico no hace un buen papel porque está demasiado asustado, pero poco a poco su maestro consigue que el niño haga varias hazañas —sobre todo, en la lucha con Vegeta—. De hecho, intenta redimirse al ver la decepción de Piccolo, quien confiaba en que podría ser la clave. Pero lo dicho el sacrificio de un antiguo villano y su conversión en héroe es fantástica, con los animadores esforzándose en que fuera aún más memorable.
Por último, resta tocar la batalla de Goku y Vegeta. Podría citar también los errores argumentales del arco, pero prefiero enlazaros un vídeo en el que ya hablan de ellos —y del que, por cierto, tomé como referencia—. Esta batalla que marca el final de la saga constituye uno de los enfrentamientos más memorables de Dragon Ball porque se trata de un encuentro que, excluyendo muertes, recoge todo lo que he dicho antes. Es más es un choque de fuerzas bastante igualado pese a que Vegeta es el que tiene la ventaja, ya que las nuevas técnicas de Goku le sirven para ponerse a su mismo nivel o superarlo. Lo mismo va para Vegeta, que no escatima en esfuerzos para aniquilar a su contrincante y resistir el ataque por sorpresa de Gohan, Krillin y Yajirobei. Aquí sí podría decir que el ingenio sí se elevó un montón porque intentan cegar a Vegeta, usar la transformación en Ozaru de Gohan, aprovechar la energía vital de Goku en Krillin, etc. Que hablando de Krillin llega a ser tan útil como Gohan y hasta establece una relación similar a un senpai con su kohai.
Sobre Vegeta, a propósito, se pueden señalar un par de detalles. En un principio, podría parecernos el clásico villano de Dragon Ball cruel y malvado capaz de aniquilar a aquellos que no le son útiles como Nappa. Sin embargo, este sujeto es arrogante y se enorgullece de su fuerza por creer en su posición de guerrero de élite. Una creencia verdadera, de considerarse el mejor. Es decir, no es el típico antagonista de Toriyama que cuando está acorralado empieza a suplicar. Al contrario, el tipo se esfuerza por matarlos. Por otra parte, su categoría de guerrero de élite contrasta con Goku, un guerrero de humilde cuna, estableciendo así una rivalidad entre ambos saiyajin.
Calificación: 8
4 Comentarios
Yo lo veo como una suerte de antesala para la Saga de Freezer; si, ya se que Toriyama escribe sobre la marcha pero pareciese que en esta ocasión hubo una planificación o por lo menos ideas para la existencia de este demonio del frío ya que la saga de los saiyajin es muy corta, y esto se nota mucho mejor con Dragon Ball Kai que suprime todos los episodios de relleno.
ResponderEliminarOtra de las cosas que llamaron mi atención fue alejarse de la exploración de la raza terrícola en dragon ball, puesto que si bien es cierto Oolong y Puar pasan poco a poco a ser elementos decorativos post saga de los saiyajin, Raditz cuando hace su aparición explica la razón por la que Goku y Gohan tienen cola; algo que si bien es cierto no es explicado en DB, si nos dejan en claro que no solo la raza humana vive en dicho planeta sino también cohabitan un sinnumero de especies que además de los animales que todos conocemos como peces, vacas, etc, también viven animales extintos como los dinosaurios o seres antropomorfos como el presidente perro por citar un ejemplo. Es una pena que para explorar el espacio y aperturar el espectro de enemigos de Goku, tengamos que ver para afuera y no para adentro, cosa que Toriyama despues con los androides, pero creo que hubiese sido mejor un arco para estos antes de la saga de Freezer, dejando en solitario a Cell y sus viajes en el tiempo.
Sobre el propio arco en si, es la primera vez que se rompe el status quo y se siente la tensión en el desarrollo de la trama, las esferas del dragon en un punto de la historia dejan de ser útiles y uno avisora lo peor para nuestros personajes.
Coincido contigo que lo mejor fue el desarrollo de Piccolo y la interrelación que tiene con Gohan, este ultimo tiene tambien que lidiar con situaciones mucho más crudas y grises que el propio Goku en DB y que su hermano menor Goten en la saga de Boo; por otro lado creo que la idea de borrar a Yamcha de la historia era además de librarnos de un personaje de la parrilla, era demostrar el poder de los villanos, de la misma forma ocurre con Chaoz, muerte en vano es verdad pero hizo ver como todo un badass a Nappa, que luego de derrotar a Ten Shin Han y estar a punto de despachar a Krillin y Gohan, genera un efecto anticlimatico con el nuevo power up de Goku que nos deja un cambio de nivel drastico entre Kakarotto con los demás guerreros Z
Buena reseña.
Buenas noches,
EliminarCon anterioridad, yo veía esta saga como antesala de la de Freezer pero está claro que a excepción de la idea de ir a Namek no hay nada que indique tal cosa sobre una nueva saga que tenga como base esta. Vegeta, por ejemplo, declara en esta misma saga que es el guerrero más poderoso del universo, lo cual indica que no debería haber otros seres más fuertes que él.
Saludos
Vegeta dice ser el más fuerte simplemente por el ego y orgullo que tiene. El no acepta que alguien sea más fuerte que el.
ResponderEliminarYa, ahí uno de los encantos iniciales del personaje.
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