Reseña: Project A-Ko


Sinopsis

Hace más de quince años, Graviton City fue totalmente destruida por el impacto repentino de una nave espacial alienígena. El acceso a esta tecnología tan avanzada permitió que la ciudad pudiera ser reconstruida rápidamente y convertirse en la urbe tecnológica más importante del mundo. No obstante, lo más extraordinario de esta ciudad se halla en la preparatoria femenina de Graviton City: A-Ko, una estudiante que destaca por su fuerza y velocidad sobrehumana. A pesar de su poder, A-Ko es un joven de 17 años muy sencilla cuya mayor preocupación es llegar a tiempo a la escuela. Su mejor amiga, C-Ko, es una adolescente infantil y llorona que revolotea alrededor de A-Ko como sino pudiera separarse de ella. Entre ellas se interpone una joven malcriada y vanidosa de familia rica llamada B-Ko. Su obsesión por C-Ko y hostilidad hacia A-Ko le empuja a trazar planes que destruyan su amistad, recurriendo a la fabricación de un ejército de máquinas capaces de luchar con la todopoderosa A-Ko. Esta enemistad, sin embargo, se verá obstaculizada por la llegada de una flota de naves espaciales alienígenas que afirman que C-Ko es la princesa perdida de su estirpe. ¿Podrá A-Ko tener un respiro y poner fin a esta pesadilla delirante?

Introducción

Una de los fenómenos clave que fue desarrollándose a lo largo de la primera mitad de los 80 fue la devoción por la figura femenina. Aquí títulos como Urusei Yatsura (1981-86), Macross (1982-83) o Magical Princess Minky Momo (1982-83) contribuyeron a edificar un culto sobre las heroínas más destacadas, ya que no solo las narrativas se centraban más en sus personajes sino que eran retratadas con un appeal magnético capaz de atraer a las masas de aficionados. La segunda mitad de la década, no obstante, fue un paso definitivo en esta dirección gracias a la irrupción de las OVAs. Muchos títulos originales y adaptaciones de mangas pasaron a estar protagonizadas por heroínas cuyas cualidades eran su belleza, ingenuidad y habilidad para la lucha. Algunas de sus franquicias más lucrativas fueron Dirty Pair, Gall Force, Bubblegum Crisis y, en el contexto de esta entrada, Project A-Ko.

El origen de la franquicia animada se encuentra en el título homónimo: Project A-Ko (1986), un largometraje de animación producido por el extinguido estudio A.P.P.P. Su génesis no está muy relacionado con Project A (1983), filme del que solo toma el título, sino con la tendencia pornográfica del anime. Katsuhiko Nishijima, creador y director del largometraje, publicó el dôjin Project A-Ko en diciembre de 1984. Su propósito inicial era formar parte de la serie de OVAs hentai Cream Lemon (1984-93), pero el proyecto finalmente se decidió convertirlo en una película más convencional. El episodio 4 de Cream Lemon, “Pop Chaser”, serviría como un piloto de pruebas para el proyecto cinematográfico en desarrollo: los diseños mecánicos y de personaje fueron hechos en parte por Yûji Moriyama, diseñador de personajes y director de animación de Project A-Ko.


Los responsables del proyecto fueron en su mayoría antiguos miembros del equipo de Urusei Yatsura, los cuales buscaban elaborar un largometraje entretenido alejado de las ambiciones artísticas de directores como Mamoru Oshii o Hayao Miyazaki. El anime fue estrenado el 21 de junio de 1986, en una sesión doble junto con la más desconocida Departure: Ami, the Last Chapter (1986). Su éxito comercial le garantizó la supervivencia durante los años siguientes de la década de 1980 a partir de una serie de tres secuelas estrenadas año tras año: Plot of the Daitokuji Financial Group (1987), Cinderella Rhapsody (1988) y Love & Robots (1989). Por último, la franquicia llegó al final de su carrera con el spin-off llamado Project A-ko: Uncivil Wars (1990). Del grupo su primera pieza es la mejor valorada, por lo que veamos cuáles son sus cualidades.

Valoración

Urusei Yatsura fue uno de los animes más influyentes de la década de 1980, contribuyendo a la adaptación de multitud de mangas de la Shōnen Sunday, la Shōnen Jump y otras revistas de demografía shōnen y shōjo. El punto en común entre ellas consistía en su naturaleza festiva e irreverente, con una inclinación por la comedia romántica con toques picantes. La adaptación de Rumiko Takahashi compartía estos rasgos, pero también era una historia con elementos y aspectos procedentes de la ciencia ficción, el folclore oriental, la cultura popular, etc. Muchos de estos ingredientes fueron replicados en su sucesor espiritual: Project A-Ko. Desde la space opera hasta el escenario escolar, pasando por el humor absurdo.

De las múltiples vertientes de Urusei Yatsura, Nishijima optó por centrarse en la comedia de acción disparatada sin el más mínimo ápice de gravedad. Las mamarrachadas y desvaríos, sin embargo, no explotan inmediatamente. La primera mitad de la cinta sirve como introducción a los personajes principales y las dinámicas que hay entre ellos, adornadas con los gags y los problemas correspondientes. El ejemplo más famoso es la carrera contrarreloj de A-Ko, quien agarrando de un brazo a C-Ko corre a una velocidad endiablada mientras provoca todo tipo de destrozos materiales e irrumpe ocasionalmente en el hogar de sus vecinos. El punto y final del gag ―que, por desgracia, pierde efectividad al repetirse 4 veces― es chocar con el Espía D, quien al encontrarse en medio de la carretera acaba arrollado por A-Ko y aterriza en el asfalto o la pared. 

Otra posibilidad son las interacciones entre heroínas, con la pobre A-Ko siendo avergonzada en el aula o el patio por el comportamiento infantil y ruidoso de su mejor amiga. Un hecho al que muchos no se acostumbrarán, ya que C-Ko puede llegar a ser insoportable con sus lloros y pataletas. La interpretación de voz de Michie Tomizawa es una gran culpable en el asunto. Su relación, no obstante, se ve enriquecida por la sobreprotección de A-Ko, quien defiende a su amiga de cualquier rufián. Aquí entra en juego B-Ko, la digna sucesora de Shutaro Mendo en el rol de una niña rica que manda en la escuela y envía a sus secuaces a quitar de en medio a los que le estorban sin escatimar en tiempo y dinero. Su obsesión por C-Ko no se manifiesta de forma tan evidente hasta su declaración de intenciones, prefiriendo actuar en las sombras y compartir en privado consigo misma sus impresiones sobre la dulce C-Ko.


A partir de la segunda mitad, esta comedia escolar ocasionalmente ingeniosa gana enteros en términos de dinamismo y locura cuando B-Ko decide involucrarse personalmente y optar por un cara a cara con A-Ko. Varias de las mejores secuencias de acción de 1986 están recogidas en este tramo en el que ambas rivales tienen una pelea muy reñida en el interior de la escuela y que luego trasladan al resto de la ciudad. Dejando de lado los misiles y el látigo que exhibe el Akagiyama 23 de B-Ko, el estilo de pelea recuerda mucho a la lucha libre femenina usando  técnicas de agarre, sumisión o lanzamientos. La animación de personajes, por tanto, es uno de los aspectos que más brilla, con unos golpes limpios y contundentes que tienen en cuenta los rasgos físicos de las luchadoras. La animación de efectos (sobre todo, humo y explosiones) y de escombros también brilla gracias a la destrucción que generan en cada choque. Algunas de las secuencias más extraordinarias fueron firmadas por los animadores Katsuhiko Nishijima y Yoshiharu Fukushima.

Sin embargo, la lucha es interrumpida por la invasión alienígena, la cual fue anticipada desde el inicio del filme a partir de la actividad sospechosa del Espía D y las noticias del cese de la señal de la sonda espacial Constellation. Como curiosidad, aquí juegan al despiste porque da la impresión de que el verdadero extraterrestre es A-Ko, pero el absurdo golpea de nuevo con la revelación de que la princesa es C-Ko. De todos modos, lo interesante es el protagonismo de la acción mecánica a cargo del director de animación mecánica Shōichi Masuo. La calidad de los diseños de todas las naves espaciales, los aviones de combate y las arañas mecánicas es difícil de creer: brillos metálicos, sombras, luces, etc. Un trabajo muy meritorio, sobre todo si tienes en cuenta que empiezan a multiplicarse sin control. De este conjunto, sin embargo, me quedo con la secuencia de animación realizada por Tsukasa Dokite, donde podemos observar cómo A-Ko intenta alcanzar su meta subiéndose a los misiles que se disparan desde la nave y lo hace dando zancadas perfectamente calculadas sin perder la naturalidad del movimiento. ¿Hay alguna hazaña más impresionante que esto?

Otro aspecto que Project A-Ko heredó de su antecesora es su dimensión referencial, haciendo una serie de homenajes a los títulos más populares de la época. Algunos de los más evidentes son Fist of the North Star (1984-87), donde una versión femenina de Kenshirō lleva a cabo su célebre movimiento de artes marciales; y Space Pirate Captain Harlock (1978-79), ya que la Capitana Napolipolita imita la apariencia del pirata y exagera su gusto por el vino en copa de cristal. Otras referencias que pasan más desapercibidas son Macross, donde la torre central de la ciudad se parece sospechosamente al palo mayor de la SDF-1 Macross en el modo crucero; y Harmagedon (1983), filme parodiado en la sesión a la que asisten A-Ko y su compañera al interpretar en clave de película de terror una de sus escenas originales. Fuera del ámbito de la cultura popular japonesa, la conclusión del filme nos deja ver que los padres de A-Ko pueden ser los héroes de cómic estadounidense Superman y Wonder Woman.


Por su lado, Project A-Ko contribuye a consolidar su identidad con aportaciones que siguen la tendencia de la época: el erotismo y el amor homosexual. El factor sexual carecía de un lugar relevante en el título de 1981, pero aquí ocupa un espacio menos insignificante. El contenido lascivo se concentra totalmente en las figuras de A-Ko y B-Ko, consistiendo en ocasionales y breves ojeadas a la ropa interior y al cuerpo desnudo femenino: A-Ko vistiendo su uniforme escolar, B-Ko bañándose en unas termas privadas de inspiración romana y B-Ko luciendo una especie de bikini de combate con guantes y botas altas (el Akagiyama 23). La mejor parte es la escena en que la heroína se sube a un avión de un combate, con sus bragas expuestas en un ángulo contrapicado para gusto del piloto. 

El factor homosexual manifiesta contrastes según el personaje del triángulo amoroso. Por una parte, C-Ko nos sugiere sus sentimientos románticos en lugar de representarlos directamente: prepara un bentō con un corazón en el arroz, siempre agarra del brazo a A-Ko y le dice “Me gustas” en términos amistosos. Sin embargo, la pequeña da la impresión de que pretende no ir más allá de esta relación de amistad. En cambio, B-Ko es mucho más directa y reveladora en sus palabras y acciones. La joven millonaria no tiene reparos en mostrar su obsesión al espiar a C-Ko, grabarla y suspirar por ella. Ni siquiera teme declarar sus intenciones en público, con la expresión “Voy a hacerla mía”. Lo más gracioso del asunto es que A-Ko parece ser la única que no está informada de este triángulo amoroso, exhibiendo un fuerte desinterés más allá de la amistad.

En conclusión, Project A-Ko constituye uno de los grandes herederos del estilo trazado por la adaptación animada de Rumiko Takahashi. Sus desvaríos y locuras empiezan en una escuela aparentemente normal, pero el duelo entre A-Ko y B-Ko progresa hasta poner en peligro a la escuela y, más tarde, la propia ciudad. Este desmadre alcanza un nivel más cuando su disputa se sucede en los cielos, con A-Ko y B-Ko compitiendo por quien rescata a su pequeña amiga secuestrada por los alienígenas. Otros de los ingredientes que forman parte de esta comedia de acción son su humor referencial, un ligero erotismo y cierta homosexualidad de fondo. Sin duda, Project A-Ko no sobresale tanto como en su época al tener un abanico de propuestas tan amplio, pero su capacidad para entretener y la excelencia de sus secuencias de acción son un valor muy importante. Si buscas otros títulos del mismo palo quizás deberías probar con Cat Girl Nuku Nuku (1992-94) o Moldiver (1993).

Calificación: 7

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