Reseña. Mobile Suit Gundam 0083: Stardust Memory

• Año: 1991-1992
• Capítulos: 13 OVAs
• Estudio: Sunrise
• Género: Acción Bélico, Ciencia Ficción, Drama, Mecha

Un drama de guerra más oscuro

Sinopsis

Año 0083 del Siglo Universal. Cuatro años después de la Guerra de Un Año entre la Federación Terrestre y el Principado de Zeon, se prenden las llamas de un nuevo enfrentamiento entre ambos bandos. En esta ocasión, una parte de los restos ejército de Zeón liderados por el almirante Delaz, deciden llevar a cabo la operación Polvo Estelar. El primer paso se concreta pronto gracias a los esfuerzos del famoso soldado de Zeon, Anavel Gato, quien logra robar un nuevo prototipo de Gundam equipado con armas nucleares. En este contexto, se sitúa Kou Uraki, un soldado del ejército de la Federación Terrestre que acaba de terminar sus prácticas con Mobile Suit. Debido a la muerte de uno de sus compañeros y el intento frustrado de impedir la fuga del nuevo Gundam que roba Zeon, Kou toma la decisión de perseguirle y participar en este nuevo conflicto del cual aún falta mucho por ver.

Trama y Desarrollo

Al igual que MSG F91 (1991), la obra en cuestión también era un proyecto muy ambicioso por parte de Sunrise. No por nada ambos títulos gozan de una animación esplendorosa, por encima del nivel de la época. Tanto en lo relativo a películas como a series OVA. Por otro lado, ambas forman parte de la misma línea temporal, la Universal Century. En el caso que nos ocupa, este spin-off ocurre cuatro años después del final de la primera serie. A diferencia de MSG 0080: War in the Pocket (1989), este hecho plantea algunos problemas porque se trata de un conflicto a gran escala, que obviamente tiene sus repercusiones en la historia. Por ejemplo, Zeon provoca la destrucción de 2/3 del ejército de la Federación. No obstante, en Mobile Suit Zeta Gundam (1985) estos hechos parecen no haber existido. Al menos, tratan de crear un nexo con lo que ocurre después al introducir en segundo plano algunas de sus organizaciones como los Titans y Axis. Aún así habría sido mejor situar el conflicto en otro momento porque se evitarían dudas innecesarias e incoherencias.

Dejando eso a un lado, MSG 0083: Stardust Memory es el segundo producto de la franquicia que no fue dirigido por Yoshiyuki Tomino. Aquí los directores son Mitsuko Kase (Ristorante Paradiso, 2009) y Takashi Imanishi (Blue Comet SPT Layzner, 1985). Ambos profesionales son más cercanos al estilo del creador de Armored Trooper Votoms (1983), lo que equivale a un drama de guerra más pesado y oscuro. De hecho, algunos opinan que no capta el espíritu del verdadero Gundam, pero esto es falso. La serie posee las características fundamentales que definen esta franquicia: temas, tramas, tipos de personaje, modelos de robot, universo, etc. De hecho, el punto de partida es similar: uno de los bandos decide robar un nuevo prototipo de Mobile Suit y un joven inexperto comienza a brillar. Y no es como si fuera el caso infame de Macross (1982) donde el mensaje acerca del papel de la música fue malinterpretado por aquellos que le siguieron. En vez de entender la música como representante de la cultura humana se comprendió que la música era un instrumento bélico. En fin, ver para creer.



Siguiendo con el asunto que nos concierne, MSG 0083: Stardust Memory no es prácticamente igual a los trabajos de Tomino. Algunos elementos de sus historias han desaparecido y, siendo sincero, es una fortuna que así sea. Hablo de sus personajes bipolares, la contraposición entre adolescentes virtuosos y adultos corruptos o la presencia de los Newtype. Si bien el tema de la discriminación personificada en la figura de los Newtype era un aspecto meritorio. Pero... ¿qué aportan los nuevos responsables? En primer lugar, está un enfoque más militar y técnico a la hora de abordar las batallas y plantear las características de los Mobile Suit. Por ejemplo, el ejército da mucha importancia a las pruebas de los prototipos, dando un papel relevante a los ingenieros. En los combates hay un mayor énfasis en las tácticas y el plan general que siguen. En este sentido, los combatientes son un poco más ingeniosos y tienden a aprovechar el escenario a su favor. Tristemente, esta óptica se pierde avanzada la historia a cambio de una mayor espectacularidad.

De forma más breve realizan un acercamiento a los prejuicios y el odio que existe entre los bandos de la guerra. La idea de que la facción enemiga carece de principios y atenta contra la libertad y la paz es común en la ficción. Aquí no van lejos con este punto, dejándonos solo el mensaje de que ambos son incapaces de entenderse. En cambio, se hace un mayor hincapié en lo referente al sufrimiento físico y mental de los pilotos. Durante prácticamente toda la guerra, el protagonista pasa por experiencias que están lejos de ser placenteras. En el primer episodio sufre pánico y nervios al participar en su primera misión real. Observamos cómo le cuesta responder a las dificultades. Más tarde, enfrenta la pérdida de algunos compañeros y se horroriza con la destrucción causada por el bando contrario.

Este tipo de eventos puede que sean comunes, pero la forma en que los retratan es el punto clave que lo diferencia de otros trabajos. El espectador nota el cansancio, la agresividad, la desesperación y la tensión a la que están sometidos los pilotos. Más de una vez me sentí agobiado al ver al protagonista tan agotado y atormentado. Además, esta clase de sensaciones y estados de ánimo están fuertemente empujados por el apartado audiovisual. De ahí que en determinados momentos la atmósfera sea sombría y grávida, cargada de ideas negativas. Sin embargo, a partir de la segunda mitad, comete el error de hundirse más de lo necesario en lo negro de la guerra. Por culpa de un cambio de tonalidad demasiado brusco, el drama y la tensión se desbordan de forma repentina. Hasta la música refleja crueldad con el destino de los personajes. Habría sido más adecuado hacer el cambio de forma progresiva, sin tratar de forzar el tono con semejante imposición.



Más de un lector se habrá dado cuenta de que la segunda parte es un tanto polémica. La verdad es que están en lo correcto. La principal razón que fundamenta este pensamiento es el hecho de que aquí se producen los giros argumentales más relevantes. ¿Cuál es el inconveniente? El fracaso de los mismos, principalmente la revelación del anterior romance de Nina y la traición de Cima. En ambos casos hay indicios que anticipan su concreción con posterioridad, pero se desvelan insuficientes por la falta de un trasfondo que justifique sus actos. Sé que existe un audio drama donde exponen el pasado de Cima pero no sirve de pretexto. El trasfondo del personaje es una cuestión de primer orden para entender el porqué de sus acciones, no puedes dejarlo aparte en otro material. Lo de Nina es peor porque montan un drama de telenovela y lo hacen sin tener en cuenta que hay un error: Nina ni Gato se reconocen en el primer capítulo cuando este último roba la segunda unidad. Y aún obviándolo, ella no dedica ni un pensamiento al hecho de que están persiguiendo a su exnovio. Es decir, fue un giro pensado a mitad de serie, que como era obvio pasó a ser un fallo estrepitoso.

Puede que los giros inesperados arruinaran parte de la diversión, pero la segunda parte sigue siendo el escenario del gran plan de Zeon. Sin duda, se trataba de un proyecto muy bien ideado que seguí con interés porque Zeon estaba pasándole la mano por la cara a la Federación con sus tretas. La capacidad de los héroes se mostraba insuficiente para pararles los pies, aunque hubo varios momentos donde el fin de sus anhelos estuvo cerca. No obstante, la Operación Polvo de Estrellas también fue apasionante por la acción. Visualmente, es un producto casi inmejorable, de lo mejor de los 90. La calidad de la ilustración y la fluidez del movimiento son extraordinarios. Dejando de lado que el protagonista tiene cierto nivel de plot armor, los combates no tienen fallos notorios a nivel narrativo. Por ello uno puede disfrutar al máximo de la lucha entre mechas, que hacen gala de sus capacidades superiores. La pelea que mejor representa lo que he dicho es la segunda pelea entre Gato y Uraki. Se trata de una lucha intensa y pareja que continúa sin apenas interrupciones durante un tiempo extenso.

En la dirección acertada, MSG 0083: Stardust Memory es un conflicto gris, incluso más que algunos de sus hermanos. Ambos bandos han tenido líderes y oficiales autoritarios e incompetentes, dejando a los personajes más humanos en posiciones secundarias. A veces, Zeon se perfila más como un villano y otras veces la Federación, pero mantienen cierta correspondencia. Aquí, sin embargo, el espectador está mas a favor del enemigo. Los miembros de Zeon presentados, a excepción de Cima y los suyos, son un grupo retratado de manera más idealista. Tanto líderes como subordinados comparten un ideal que hacer realidad. Un ideal puede ser terrible, pero ellos desean hacerlo realidad por el bien de sus compañeros caídos y la liberación de los spacenoids. ¿No os parece suficiente motivo para al menos no odiarlos?

Personajes

Sin acercarse a las cifras de otros Gundam, la serie en cuestión va sobrada de personajes. La mayoría, no obstante, carecen de participación significativa por mucho que tengan un nombre. Por esa razón, me voy a centrar en el trío protagonista. Su aventura demostró que ninguno fue una maravilla. Todos ellos tenían algún problema grave, aunque el resultado fue desigual. En primer lugar está Kou Uraki. Probablemente uno de los protagonistas menos carismáticos de la franquicia. A diferencia de Amuro, quien sobresale dentro del grupo heroico y se sitúa casi a la par con Char, nuestro protagonista es un tipo algo soso e introvertido. Uno de sus mayores intereses son los Mobile Suit, siendo muy capaz de ejercer tareas de mecánico o ingeniero. Pero su mayor pasión es Nina, la mujer de quien se enamora tras prometerle el regreso del prototipo robado.



A partir de aquí puedo señalar dos aspectos de signo contrario. Por un lado, su evolución como piloto es de las más creíbles. Parte de una experiencia previa como piloto en prácticas. Más tarde, pasa a ser un verdadero soldado al participar en batallas reales en la Tierra. En ellas no lleva la voz cantante, ya que hay otras personas con mayor experiencia que él. Por esa razón el asesoramiento y consejos de su instructor son importantes. Después en el espacio realiza mayores hazañas, convirtiéndose en uno de los mejores, aunque falla en alguna ocasión. Otros protagonistas no lograban transmitir tan bien esta evolución porque eran Newtypes capaces de hacer cualquier cosa.

Por otro lado, su rivalidad con Gato es decepcionante. Aparte de la primera vez que se topan cara a cara, Gato ni siquiera le dio importancia y se olvida de él hasta que llega el segundo choque una vez estamos en medio de la Operación Polvo Estelar. Tampoco existe una química entre ellos porque falta una creencia que rivalice con el ideal de Gato. Sin duda, Kou cree estar en el bando correcto mientras que Gato representa una amenaza a la paz actual, pero esto se extrae más del subtexto que de algunos de sus diálogos. Además, la obsesión con su enemigo es irracional. Parece que asume que Gato es la causa de todos los males por ser la cara visible de Zeon y haberle menospreciado en la primera lucha cara a cara. Por otro lado, la necesidad de validación por parte de su círculo me resulta enfermiza. Sé que está sometido a cierta presión por pilotar el Gundam, pero es un poco exagerado.

El personaje de Nina Purpleton tampoco es de los más queridos por su carácter arrogante, infantil y con tendencia al melodrama. Ella es la ingeniera responsable del Gundam. En un principio, Nina es una mujer que solo tiene ojos para su prototipo, tanto que al desaparecer se arriesga a perseguir a los culpables. Su postura cambiaría a raíz de la promesa de Kou, así como su aptitud y sacrificio a la hora de pilotarlo. La primera vez que coincidieron no le agradaba el chaval porque pensaba que no tenía la capacidad necesaria y pensaba que solo quería jugar con la máquina, pero supo demostrar que no era solo un chiquillo. Hasta la mitad de la historia el romance estaba bien construido. Desgraciadamente, se saltan varios pasos en la relación y los guionistas insisten demasiado en emparejarlos por medio de los comentarios de su círculo.

Esto último no habría sido tan malo si luego el romance no se volviera una dinámica que consistía en Nina pidiéndole a Kou que abandone el conflicto y él negándose a ello. Pero el lío empeora más aún cuando meten en la ecuación el antiguo noviazgo con Gato, dando lugar a un triángulo amoroso mal construido que termina al final en fracaso. Y ya que estamos, pasemos el turno a Anavel Gato. Este héroe de Zeon, a diferencia de los personajes anteriores, es alguien carismático a ojos del espectador y de sus propios hombres. No solo es un piloto excepcional sino alguien capaz de guiar a los suyos gracias a su carisma, competencia, ideales y liderazgo. Su levantamiento contra la Federación resulta atractivo por la gran convicción que emana de él, es decir, se nota que está centrado en lograr cumplir su misión a como de lugar.

Sus acciones están justificadas en base a la experiencia vivida en la Guerra de Un Año, donde cientos de sus compañeros murieron y él tuvo que abandonar el campo de batalla porque la derrota era una realidad inevitable. Su grandeza seguiría elevándose sino fuera por un par de problemas. En primer lugar, el personaje no recibe mucha atención de la narración para el rango que ocupa, habiendo una cantidad mucho menor de momentos dedicados a este que a Kou. En segundo lugar, no se profundiza lo suficiente en su personalidad porque ni siquiera se molestaron en ofrecernos un flashback que reflejara mejor su sufrimiento durante la guerra. No creo que resultara muy difícil elaborar alguna relación especial con un personaje de su pasado que habría muerto en esa batalla. 

Calificación: 6,5