Análisis: Takarajima

A la búsqueda del tesoro

Sinopsis

Jim Hawkins es un niño de trece años que vive en el pueblo inglés de Black Hill Cove ayudando a su madre con el negocio familiar. Una noche de tormenta, sin embargo, llega un pirata con un cofre misterioso que desea hospedarse durante una larga temporada. Durante su estancia mantiene una actitud sospechosa, temeroso de que “el hombre de una sola pierna” y los suyos le encuentren. La razón de su miedo es que el cofre esconde un mapa del tesoro que indica el lugar donde se halla el tesoro del capitán Flint. Sin embargo, Bill Jones muere y el mapa es heredado por Jim, quien decide embarcarse junto con los señores Trelawney y Livesey para encontrar la famosa Isla del Tesoro.

Introducción: Una historia de aventuras dirigida por Dezaki

Cuando nos referimos a piratas asociados con Japón nos vienen a la cabeza nombres como Space Pirate Captain Harlock (1978-1979) u One Piece (1999). La década de los 70, no obstante, dio lugar a diversas adaptaciones de la historia de piratas por excelencia: La Isla del Tesoro (1883). El clásico literario de Robert Louis Stevenson fue una de las muchas obras de la literatura europea que terminaron en manos de los estudios japoneses de aquella época dominada por los robots gigantes y las adaptaciones de clásicos europeos. La fiebre literaria fue atendida principalmente por Nippon Animation, quien sobresalió con obras como Heidi (1974) o Ana de las Tejas Verdes (1979). Sin embargo, la adaptación de la Isla del Tesoro, Takarajima (1978-1979), fue elaborada en conjunto por Tokyo Movie Shinsha y Madhouse. 

El director elegido fue el legendario Osamu Dezaki, que ya había firmado la soberbia Remi, el niño de nadie (1977-1978), adaptación de la novela de Hector Malot. Por desgracia, Takarajima no forma parte de sus mejores trabajos en términos de animación y dirección. Si en Remi pudimos contemplar hasta donde llevaba su técnica de fondo multicapa, en Takarajima su trabajo es menos ambicioso y más austero. El director no renuncia a su estilo distintivo, empleando sus características postcard memories, repeticiones y otros recursos habituales en el repertorio. Sin embargo, Dezaki no alcanza en ningún momento la excelencia con excepción de algunos momentos puntuales como la pesadilla de Jim, donde el muchacho sufre el ataque de unos cuervos flechados y un perro agresivo. La banda sonora de Kentaro Haneda (Macross, 1982-1983) tampoco contribuye positivamente al resultado por su escasa memorabilidad y, en ocasiones, débil correspondencia.

A diferencia de otros clásicos literarios de la época, Takarajima no se interesa por las penalidades y adversidades que surgen en la vida diaria de los huérfanos del siglo XIX europeo. Por el contrario y al igual que los conocidos Viaje al centro de la Tierra (1864) o La vuelta al mundo en 80 días (1872), estamos ante una historia perteneciente al género de aventuras. Aunque ausente de hechos fantásticos, el anime relata las aventuras extraordinarias que vive el joven Jim Hawkins y sus aliados. Desde el encuentro con Billy Jones hasta el enfrentamiento con los piratas liderados por John Silver. Este peligroso viaje, sin embargo, persigue una meta semejante a cualquier otra obra de la época: la adquisición y consolidación de unos valores (valor, honor, generosidad, compañerismo, etc) a través de la experiencia. De igual manera, la obra también hace una crítica del modo de vida y los valores de los piratas, que se contraponen con los que representan los héroes.

Desde un punto de vista global, Takarajima puede ser dividida en dos partes según el lugar donde ocurren los hechos: Black Hill y la Isla del Tesoro. De igual forma, hay que señalar que el punto que marca la transición de la primera a la segunda parte es el descubrimiento de la traición del cocinero John Silver. La primera parte abre con la llegada de Billy Jones y su relación con Jim. Desde aquí ya podemos observar un primer aspecto relevante: su tono infantil. Los elementos que nos conducen a esta afirmación son evidentes. Véase los diseños de personaje sencillos con formas redondeadas, la inclusión de una mascota —Benbow, el cachorro de leopardo—, la contraposición entre los valores de héroes y villanos o el carácter pueril de Trelawney. En general, este tono está presente en todas las adaptaciones literarias aunque aquí ligeramente más acentuado. Lo que no impide, por supuesto, que el anime aborde hechos y temas difíciles como la muerte, la traición o el alcoholismo.

Crítica a los piratas: Vicios, muertes y sueños

Estas cuestiones, como hemos dicho, se agrupan en torno a una fuerte crítica hacia el modo de vida y los valores de los piratas. ¿Y qué es un pirata? Para resumirlo rápido, es una persona dedicada a asaltar embarcaciones para robar, esclavizar o secuestrar a los individuos a bordo. Es decir, se trata de criminales. Sin embargo, la crítica se dirige a sus defectos morales: violencia, cobardía, traición, alcoholismo y, sobre todo, avaricia. Por esa razón, Takarajima va a ser dura con ellos. Si bien nos vamos a sentir mal por su destino. En la primera parte, los males se manifiestan en la figura de Billy Bones. Billy fue el primer hombre del capitán Flint, un pirata despiadado que acumuló una inmensa fortuna y la enterró en un lugar desconocido. Tras su muerte, Billy se hace con el mapa y busca un refugio en el cual cree que no le encontrarán nunca. Lo que no sabe es que está caminando hacia su perdición. Sus principales pulsiones serán la bebida y el miedo. Billy se dedicará a emborracharse, botella de ron tras botella de ron, hasta el punto en que causa espectáculos bochornosos donde se vuelve violento y molesto con todos aquellos que le rodean.

Sin embargo, el miedo que siente hacia el “hombre de una sola pierna” se empieza a volver el motor de su exceso. Al inicio, se dedica a vigilar los alrededores con su catalejo y la ayuda del muchacho. La desconfianza también le hace estar cerca del cofre, abrirlo de vez en cuando y cerrar con llave el cuarto. Pero la llegada de Perro Negro y el Ciego Pew le devuelven a la realidad, multiplicando su temor. Esto le lleva a una espiral de degradación en la que su salud física y mental van empeorando por los efectos perjudiciales del alcohol, castigándolo con pesadillas, alucinaciones y desmayos. Así hasta llegar a la muerte por apoplejía. Un final desgraciado que impacta al chico e inspira lástima en el público, concienciando sobre el vicio de la bebida y el precio de la avaricia.

Las mismas faltas y un final semejante se repetirán más tarde en otros piratas como el Ciego Pew o Hands. Los subordinados de Silver son víctimas de un aciago destino a causa de las inseguridades propias de los piratas. La imagen clásica de un pirata es la de un hombre duro y tosco, pero Dezaki exhibe su debilidad interior: desconfianza, superstición, etc. La inseguridad tiende a manifestarse de forma violenta como en la locura desatada en el barco, aunque también por medio de las constantes rebeliones y traiciones en contra de Silver. Esta imagen de fragilidad junto a las terribles muertes que sufren inspiran cierta compasión en nosotros por mucho que hablemos de rufianes. No hay duda de que el director intenta ir más allá de una caracterización negativa.

De Billy Bones, sin embargo, no podemos decir que solo cometió errores. Aquí entra Jim Hawkins, el protagonista. Jim es un chico que, en un principio, aspira a ayudar a su madre con la posada tras la muerte de su padre. Él es un joven repleto de cualidades: obediencia, diligencia, autosuficiencia, honestidad y, sobre todo, valentía. Solo hay que ver cómo intentó defender la posada o la ausencia de reparos para acusar al cocinero de ser el jefe de los piratas. Más importante aún, no obstante, es su carácter soñador. Este despierta por acción de Billy Bones, quien le inspiró no solo por el mapa legado sino por esa necesidad suya de volver al mar, manifestada en sus últimos momentos. La serie expresa que el anhelo del hombre es hacerse a la mar para poder vivir aventuras y ver mundo. Un sueño que, por cierto, compartía su fallecido padre. Hasta sus aliados y enemigos tienen tal espíritu aventurero.

Jim Hawkins y John Silver: Admiración, traición y enfrentamiento

Tras el hallazgo del mapa, Jim se convierte en mozo de camarote de La Hispaniola y parte hacia la aventura. No obstante, una vez más desenvuelve una relación con un pirata: John Silver. El “hombre de una sola pierna” se convierte irónicamente en una persona importante para él ya que desenvuelve una especie de vínculo paternofilial. Antes de nada hablemos de Silver, quien muestra una dualidad muy chocante. En un primer momento, solo sabemos lo que nos cuentan terceras personas sobre él y, al igual que Jim, imaginamos a alguien terrible. Sin embargo, cuando hace acto de presencia, nos topamos con un individuo diferente: amable, agradable y educado. A pesar de la desconfianza de Jim, el dueño de la taberna se gana pronto al niño tras darle una paliza a Perro Negro y ofrecerle su hombro como apoyo. La celebración en la taberna y la posterior borrachera constituyen el inicio de esta amistad.

Una vez en la Hispaniola, el cambio de pensamiento de Jim es sustancial porque pasa de caerle bien a ser un modelo a seguir. Vamos, para él es un hombre ejemplar que parece tener siempre la razón y ser capaz de hacer lo que se proponga. A pesar de su discapacidad, Silver es un héroe a sus ojos y le admira profundamente. Algunos hechos que contribuyen a crear esta imagen poderosa son las hazañas que protagoniza para superar los peligros de la travesía: el motín de Arrow, la captura del pez espada, el enfrentamiento con los traficantes de esclavos o el incidente del barco fantasma. Sin embargo, el cocinero también es un hombre experimentado y bastante culto que sabe toda clase de anécdotas e historias sobre el mar que encienden su interés. Véase tesoros hundidos, remedios para el mareo, fenómenos meteorológicos, pesca en alta mar, entre otras que amplían sus conocimientos del mundo. Agrada, por cierto, la complicidad con Jim, al que demuestra que es digno de confianza.

Por desgracia, el vínculo que une a esta pareja inseparable se rompe tras conocer por casualidad la traición que estaba a punto de suceder. Un suceso más impactante de lo que parece a simple vista. No, por supuesto, porque no supiéramos quien era el responsable. Si solo tenemos un sospechoso no hay lugar para dudas. La cuestión es emocional porque nadie, incluso nosotros, quería creer que Silver era el antiguo contramaestre de Flint y cabecilla actual del grupo. La traición se percibe muy real, como si fuéramos el propio Jim, pensando que si bien era el culpable por lo menos se sentiría arrepentido. Los lazos entre individuos cuando son tan fuertes duelen al romperse. Podría jurar que es una de las puñaladas más dolorosas del anime. John Silver, en realidad, es un pirata pirata astuto y ambicioso con dotes de estratega y orador. Su objetivo es obtener el tesoro a cualquier precio, castigando si es preciso a los traidores que cuestionan su autoridad y amenazando a sus rivales.

A pesar de todo el cocinero es infrecuente entre los de su clase. A diferencia de sus compañeros de tripulación, los rasgos del capitán no encajan en el modelo de pirata habitual. Véase que anhela riquezas, pero no es de los que derrochan; le gusta el alcohol, pero no emborracharse; o conoce las reglas pirata, pero no siempre las sigue. Tampoco es supersticioso porque no cree en la existencia de seres superiores o sobrenaturales; ni tampoco es un vulgar asesino que disfruta con la matanza, buscando la rendición si ello acorta la ruta al tesoro. Es un pirata, pero no se comporta ni piensa exactamente como uno.

Afortunadamente el plan es parcialmente frustrado por Jim, quien se alía con el Capitán Smollet, el Dr. Livesey, Mr. Trelawney y otros hombres como el lanzador de cuchillos Gray para desbaratar los planes de Silver y encontrar el tesoro antes que los piratas. El enfrentamiento definitivo se produce en la Isla del Tesoro donde las principales hostilidades se producen alrededor del fuerte en el que se refugian los héroes. Mientras que los antagonistas cuentan con ventaja numérica, mayores recursos bélicos y el liderazgo y cerebro de Silver los protagonistas tienen la superioridad defensiva. Es decir, la lucha se presenta muy pareja. Silver intenta hacerlos salir de su guarida recurriendo a toda clase de planes interesantes como el bombardeo desde el navío, el envenenamiento del pozo o la treta del cañón falso. No obstante, el protagonista y los suyos logran desbaratar cada uno de ellos, siendo un toma y daca constante en el que van cayendo hombres de un lado y de otro. El único pero radica en la buena fortuna que juega en favor de los héroes, destruyendo injustamente las maquinaciones más elaboradas del capitán pirata. Con todo, el conflicto es una muestra de inventiva y dinamismo.

Desde la revelación de la traición hasta el fin de la batalla en el fuerte, Jim Hawkins sufre un cambio importante respecto a Silver. Tras procesar la decepción, el chico enfurece y rompe vínculos con el pirata, como si nunca hubiera significado nada para él. Abandona ese papel pasivo y observador que implicaba imitar y obedecer al pirata en todo para llevar un rol activo en el que toma la iniciativa en la guerra contra los amotinados. De ahí que veamos a Jim más competente y resuelto que nunca, desempeñando algunas acciones cruciales como la revelación de los planes de Silver, el hallazgo del cañón falso y el corte de los amarres del barco. No obstante, hay sentimientos encontrados. Si bien manifiesta rechazo y ganas de darle su merecido, es incapaz de hacerle daño cuando tiene ocasión. También cada vez que el destino de Silver es incierto, sea cuando cae al mar o sus hombres intentan amotinarse en su contra, Jim grita su nombre e intenta ayudarle. Es decir, al protagonista le importa lo que le ocurra porque en el fondo le sigue considerando su amigo.

Durante el enfrentamiento, sin embargo, la relación entre Jim y Silver se reconstruye. La casualidad hace que ambos se junten, teniendo que colaborar para evitar el hundimiento del barco y siendo el rehén del grupo. Aquí el lado cruel del rufián deja paso a otras de sus facetas ante las que el chico se muestra desconcertado. Una de ellas es su relación con el mozo de camarote. Uno pensaría que si constituye un estorbo le eliminaría, pero siempre le ha protegido. Desde un principio, favoreció al chaval hasta en las cuestiones más triviales y arriesgó su seguridad en situaciones de vida o muerte. Pero la más importante es su determinación, declarando que encontrará el tesoro sin importar que pruebas deba superar. Ello incluye la rebelión de sus hombres, la malaria o la dificultad del acertijo de Flint, que por cierto es estupendo por como obliga al grupo a devanarse los sesos. Silver dedica toda su energía a aquello que ansía, aún cuando no está seguro de si aquello por lo arriesga todo es lo que le dará la felicidad. Una actitud que genera la admiración de toda la tripulación, incluyendo a su rival Gray. No obstante, esta forma de ser marca a Jim y vuelve a reconocer que es su verdadero amigo. La amistad con Silver y la experiencia en la isla son el gran tesoro que obtiene de su viaje.

Conclusión

En resumen, Takarajima es una versión nueva de la Isla del Tesoro que no solo es bastante fiel a la historia original sino que también realiza sus propias aportaciones de forma magnífica. Esta interpretación no es una más en la larga lista de versiones hechas en animación u otros medios. Mientras que no tiene al mejor Dezaki al timón como sí ocurrió en Ashita no Joe (1970-1971) el director nos ofrece una revisión del clásico literario donde sobresale una excelente crítica a los valores y al modo de vida de los piratas que conmociona al espectador por los efectos devastadores que sufren sus víctimas. Sin embargo, también nos enseñan acerca de un joven en pleno crecimiento que acaba admirando a un pirata carismático e inusual cuya naturaleza ambivalente nos obligará a reflexionar tiempo después de acabar la serie.

Calificación: 8