Reseña: Record of Lodoss War


  • Año: 1990-1991
  • Capítulos: 13 (OVAs)
  • Estudio: Madhouse
  • Género: Acción, Aventura, Drama, Fantasía, Magia

Una epopeya con altibajos

Sinopsis

Hace mucho tiempo, los dioses eran los verdaderos gobernantes de este mundo, pero este reinado divino llegó a su fin. Un día, las fuerzas de Falis, diosa de la luz, se enfrentaron con las de Falaris, diosa de la oscuridad. Esta batalla interminable provocó todo tipo de catástrofes y calamidades. Finalmente, el propio poder de los dioses provocó su destrucción. Cuando el enfrentamiento llegó a su fin, una nueva tierra había nacido, separada del resto de los continentes. Esta tierra se conoce con el nombre de Lodoss, la isla maldita. 

Durante muchos años esta isla encontró cierta paz y estabilidad, pero en el presente la guerra parece que está azotando de nuevo su furia en esta tierra. El causante en esta ocasión es Beld, el emperador de Marmo, quien con su ejército de monstruos y la Espada Demoníaca busca conquistar Lodoss. Afortunadamente, un grupo de héroes dirigidos por el joven Parn se ha puesto en marcha para detener el conflicto y vencer a las fuerzas malignas que hay detrás de él.

Trama y Desarrollo

Record of Lodoss War fue una franquicia cuya etapa de esplendor se sitúa fundamentalmente en los años 90. La obra fundadora, con evidente influencia de Dragones y Mazmorras, fue el conjunto de novelas ligeras con el mismo nombre que se publicaron entre 1988 y 1993. El triunfo de la obra permitió al autor, Ryou Mizuno, el poder incursionar en otros ámbitos como el manga, con un total de cinco cómics publicados entre los que está Record of Lodoss War: The Lady of Pharis (1991-2001); o el anime, con la serie de TV de 1998 y la serie de 13 OVAs a la que nos vamos a referir. Esta serie, producida por Madhouse, fue un proyecto que implicó a varios directores a la vez aunque el director jefe fue Akinori Nagaoka, un hombre cuyo nombre sorprenderá a muchos porque siempre ha estado asociado a títulos humorísticos como Dr. Slump (1981-1986) o Sore Ike! Anpanman (1988). Veamos cuál fue el resultado.

Record of Lodoss War pertenece al género de la fantasía heroica en tanto exhibe todos los rasgos clásicos de esta categoría: héroes, viajes, batallas, tiempos pasados, criaturas fantásticas, magia, etc. Esta descripción, en apariencia, se adecúa a muchas series y películas anime del período. Todas ellas, sin embargo, difieren de la obra analizada en lo que respecta a su tono épico. Por lo general, lo épico está ligado a hechos grandiosos y poco comunes, pero también se rodea de un aura de solemnidad que dota de gravedad a la misión encomendada a nuestros héroes. Un estilo que contrasta con la fantasía heroica de carácter desenfadado y cómico, protagonizada por aventureros egoístas cuya pretensión es obtener un jugoso botín. Es decir, estamos ante una rara avis del medio japonés sin mucha conexión con obras como Slayers (1995).


Este espécimen particular también ha logrado convencernos de dicha imagen gracias a la presentación visual. La introducción donde se nos relata el pasado mítico de Lodoss, recurriendo a un conjunto de pinturas murales a modo de narración, es una excelente muestra de lo que vamos a encontrar a partir de ahora. Por una parte, la grandiosidad de sus imágenes pictóricas tendrá su correspondencia en la ilustración y trabajo artístico de la serie. El esfuerzo profesional no solo es perceptible en los numerosos individuos (humanos, trasgos, elfos, etc) que pueblan Lodoss sino en las múltiples localizaciones de su mundo: castillos, templos, bosques, islas, campos de batalla y otros tantos. Las imágenes se caracterizan por su minuciosidad, pero la ambientación de los distintos lugares es inolvidable por el papel de elementos atmosféricos y meteorológicos como la densa niebla, los fuertes relámpagos o las abundantes nubes. Por otra parte, la promesa del primer episodio que aseguraba una animación de primer orden pronto renuncia en el siguiente episodio a valores relacionados con el dinamismo, la fluidez y semejantes.

Uno de los damnificados por esta decisión fue, sin lugar a dudas, la acción. Este factor no es despreciable en un título donde los protagonistas participan en múltiples duelos de espada, choques entre ejércitos y batallas con grandes hechiceros. La presentación visual de las contiendas está exenta de la espectacularidad que otorga el dinamismo general, el character acting, los movimientos de cámara y otros recursos necesarios. Record of Lodoss War narra sus luchas haciendo uso de abundantes imágenes estáticas y pausas dominados por un ritmo pausado. De vez en cuando entrega contiendas más activas y enérgicas, pero no en la medida que nos gustaría. Con todo, la presentación amenazadora de los enemigos y la selección de melodías que gritan peligro y tensión minimizan en parte los problemas anteriores.

Otro rasgo de este título es el ritmo pausado y sosegado, que recuerda a la narración de un cuento o historia oral. El uso del narrador o de paneos descriptivos son evidencia de ello. Un rasgo que, en una animación tan ambiciosa y rica en trasfondo, habría sido apropiada para una serie de 26 o 39 episodios pero no para los 13 actuales. Un mal común que habita en las obras en formato OVA de los 80 y 90, pero con la diferencia que la mayoría no gasta tanta parsimonia. Así comprobamos que el contenido de las light novels resulta inabarcable en tan corto espacio, sin la posibilidad de abordar con paciencia los distintos eventos narrados. Ejemplo de ello es la falta de oposición del ejército de Marmo, conquistando los pequeños reinos en tiempo récord hasta chocar con Valis y Flaim; o el salto de tiempo tras la victoria contra Karla, donde apenas disponemos del tiempo preciso para describir el estado en que se encuentra Lodoss y el grupo de héroes.


A pesar de la brevedad de los acontecimientos, Record of Lodoss War logra sugerir la existencia de un vasto universo rodeado por leyendas y mitos del pasado. Desde tiempos antiguos donde las divinidades estaban en pugna unas con otras, pasando por la caída del Reino de la Hechicería, hasta el pasado más reciente en el que seis héroes similares a los actuales tuvieron su propia aventura heroica. Algunos olvidados por el tiempo, otros cantados por los trovadores. Curiosamente, los protagonistas de aquellas acciones y los efectos de las mismas siguen teniendo diversos papeles en la trama actual aunque no haya tiempo material para exponer sus historias pretéritas. De hecho, una cuestión interesante es que, a pesar de ser el relato del héroe Parn, la obra se permite el lujo de fragmentar la atención en múltiples focos dando relevancia a las metas y preocupaciones de una multiplicidad de individuos. Una diversidad de rostros que participan en un ciclo interminable de guerras que azota Lodoss desde su fundación.

Personajes

Para la recta final corresponde ocuparnos de su extenso y heterogéneo grupo de personajes. Hablamos de una reunión de individuos cuyos modelos son un clásico dentro de los juegos de rol o los RPG: el caballero, el clérigo, el enano, el hechicero, el ladrón, el conquistador, el hechicero malvado, etc. En base a su profesión, afiliación, clase social, raza o poderes, el espectador que consume videojuegos puede identificar su posición en el equipo, su personalidad o sus motivaciones. Este grupo tan amplio, sin embargo, no brilla mucho en términos de carisma o conflictos personales. Con la mayoría se conforman con un par de pinceladas de caracterización y algún grado de participación. El grupo de héroes sale mejor parado al gozar de mayor tiempo en pantalla y siendo testigos de sus interacciones. Lamentablemente, si descontamos a la pareja principal y Ghim, quien viaja para pagar una deuda, del resto se hace un acercamiento más bien superficial.


Como punto de partida, hablemos de Parn. El protagonista encarna los valores básicos que encontramos en cualquier aprendiz de héroe: bondad, entrega, valentía, potencial, etc. Su meta es transformarse en un caballero semejante a su padre, quien abandonó el hogar para servir al rey como un Caballero Sagrado. Con el apoyo de sus compañeros y la dirección de su mentor, el rey Kashue, consigue avanzar hacia esta meta. El desarrollo del personaje, no obstante, resulta en parte insatisfactorio en lo que respecta a su progresión con la espada. El director comunica muy mal su evolución, limitándose a una carga frontal e impulsiva con la espada el 90% del tiempo. Cerca de él está Deedlit, una elfina cuyos poderes mágicos se relacionan con el control de las hadas. Bella, pícara y con cierto carácter. Este atractivo personaje gira en torno a Parn, de quien está enamorado. Sus intentos por obtener su atención suelen fracasar, ya que el joven está más interesado en pelear por la justicia y no en corresponderla. ¿De verdad hay necios en este mundo incapaces de apreciar los esfuerzos de Deedlit?

Hablando de antagonistas, Record of Lodoss War no se reduce a un solo enemigo. Su caracterización tiende a ser escasa, aunque el trasfondo personal es impresionante. En primer lugar, está Beld. Él es el soberano de Marmo, isla al sur de Lodoss. Representa al emperador conquistador cuya ambición lo mueve en su empresa. Le habría sumado mucho profundizar en sus vínculos con el rey Fahn y saber las razones de su transformación de héroe a villano. Una mejor antagonista es Karla, la bruja legendaria que controla Lodoss desde la sombra. Debido a la destrucción de su reino ha desarrollado un profundo resentimiento contra aquellos que pretenden conquistar y unificar Lodoss. El poder debe repartirse entre múltiples propietarios para evitar la destrucción de la isla. A pesar de este cometido loable, Karla comete el error de manipular y utilizar a los demás como peones en sus planes. Un personaje notable en comparación a los restantes. Por un lado, Ashram es un hombre obsesionado con materializar el propósito de Beld: unificar Lodoss. Su arco de personaje consistiría en hacerle ver esta obsesión por medio de su relación con Pirotessa, pero su lazo es tratado superficialmente. Por otro lado, el personaje de Wagnard se corresponde con el hechicero malvado y obsesionado con resucitar un dios oscuro que le controla. 

Antes de poner punto y final, debo que señalar que los diseños de los personajes son muy atractivos. El arte de Yutaka Izubuchi —también ilustrador de la novela— es una maravilla. Te puedes encontrar diseños de personaje de toda clase que expresan diferentes edades, alturas, rasgos faciales, etc. Algo importante porque hablamos de personajes de diversas razas como humanos, trasgos, enanos o elfos. Pero creo que es aún más impresionante la cantidad de ropajes, complementos y objetos que llevan encima como diademas, pendientes, joyas, capas, vestidos, enormes armaduras, espadas enjoyadas, etc. 

Calificación: 6

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6 Comentarios

  1. Tiene una pinta increíble. Me lo llevo anotado.
    ¡Un abrazo!

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    1. Tal vez no te llene del todo, pero creo que apreciarás sus puntos positivos.

      Saludos

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  2. Excelente blog que acabo de descubrir.
    Lodoss War es una serie de OVAs que a mi me dejo bastante frio en aquellos lejanos años 90, aunque hay que reconocerle su preciosismo y sus diseños de personajes, obra del siempre interesante Nobuteru Yuki, diseñador de personajes de la OVa de Alita también.
    Un clasico de los 90.
    slaudos

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    1. Gracias por comentar. Me alegro que te gustara este blog.

      Saludos

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  3. Otro de mis eternos pendientes. Te comento brevemente que soy de Perú y que cuando llegue a saber de Record of Lodoss War, fue alla entre 1999-2001 ya que compraba revistas que venían de españa y alli le daban extensas reseñas a esta franquicia.

    No he tenido la oportunidad de verla pero creo que sería interesante darle una oportunidad ya que la tomo como una suerte de animes primigenios que abarcan este tipo de conceptos RPG - tan prostituido en estas fechas-. Espero poder visualizarla y cuando lo haga tomare en cuenta tus recomendaciones.

    Saludos amigo.

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    1. Otra cosa que no comenté es que bebe más directamente de los juegos de rol al estilo Dragones y Mazmorras. Es una lástima que yo no tuve oportunidad de leer alguna revista cuando estaban de moda estos animes.

      Saludos

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