Reseña: Prince of Tennis (manga)


  • Año: 1999-2008
  • Autor: Takeshi Konomi
  • Género: Spokon 
  • Tomos: 42

“Pretty boys” luciéndose en un torneo interminable 

Sinopsis

Ryoma Echizen, un genio extranjero del tenis, acaba de entrar en el instituto de secundaria Seishun Gakuen, famoso por su club de tenis. Tras pasar una durísima prueba de selección, Ryoma logra convertirse en titular del equipo. Algo insólito porque un alumno de primer año nunca había logrado tal hazaña. Sin embargo, el verdadero reto será vencer, junto a su equipo, a los distintos rivales que se les presentarán durante el torneo.

Trama y Desarrollo

Antes de que Kuroko no Basket (2008) existiera, Prince of Tennis era un manga muy popular. Ambos se suelen comparar debido a que comparten elementos similares. Desde el elenco de personajes compuesto prácticamente de bishounen hasta las habilidades sobrenaturales que despliegan durante los partidos. Sin embargo, suelo darle más mérito al manga de Takeshi Konomi por ser el primero. ¿A qué méritos me refiero? Pues a atraer a masas de hombres y mujeres casi igual. Unos se quedaban por los enfrentamientos llenos de adrenalina, mientras que las segundas tenían la posibilidad de escoger a los chicos guapos que más les gustaban. Slam Dunk (1990) tenía una capacidad similar, pero este spokon de los 2000 logró dicho propósito de forma más clara.

Cuando se trata de mangas de temática deportiva no importa el año en que te encuentres, las premisas tratarán casi siempre de lo mismo. Y efectivamente Prince of Tennis es el enésimo caso de un club escolar que intenta ganar un campeonato nacional (de tenis). También podría ser sobre un chaval que busca ser el mejor en X deporte, pero eso está igual de visto. Al menos, agradezco que el autor tratara de enfocar el relato hacia el entretenimiento. Es decir, su prioridad fue crear un elenco de personajes carismático y centrar su atención en los partidos. Una pena que el resultado no fuera tan bueno. Para empezar, el desarrollo de la trama no podría ser más lineal: nuestro equipo de tenis participa en una competición deportiva y avanza cada vez más arriba a medida que ganan contra distintos adversarios. No hay más. Ni siquiera se da la ocasión de que pierdan contra algún equipo, aunque un par de veces estuvieron cerca de la derrota. El autor pudo hacerles perder en algún punto sin que eso supusiera su expulsión del torneo, pero al final no. Esto hizo, en parte, algo plano y poco interesante el recorrido, aunque el autor no escatimara en recursos para crear tensión.


A pesar de que el itinerario está bien definido, la extensión es desproporcionada. ¡Hablamos de 42 tomos para narrar un simple torneo! Podría comprenderlo en el caso de que estuviera desarrollando otras subtramas no relacionadas con el deporte, pero las páginas fueron generadas a raíz de decenas de partidos entre escuelas y en el crecimiento de los jugadores. En estos casos uno debe omitir, pero ya vimos como el torneo nacional duró alrededor de 13 tomos. Me temo que las ventas del manga le obligaron a continuarlo. Hasta el mismo autor admite, por ejemplo, que la popularidad del Hyotei fue el factor principal de la inclusión del equipo en el torneo nacional, a pesar de que habían sido descalificados. En consecuencia, el manga se convirtió en algo cansado de seguir.

¿Y qué hay del resto? Hablemos de los enfrentamientos entre escuelas. En cada ocasión, ambos oponentes hacen gala de su habilidad en el tenis, que tiende a traducirse en una exhibición de técnicas especiales, estilos de juego y estrategias que oscilan entre el nivel profesional y lo imposible. Un buen punto es que cada jugador tiene sus propias técnicas y estilo de juego. Por ejemplo, el estilo de Kaido consiste en agotar a su rival para luego rematarlo. En ese sentido, su técnica especial, “La Serpiente”, es clave porque obliga al rival a correr de un lado a otro de la pista. Otro caso sería Inui, quien se basa en el análisis de los datos del rival para conocer su juego y poder predecir sus jugadas. Como resultado de tanta variedad las contiendas son muy distintas. 

Visualmente, el dibujo resulta un apoyo importante porque expresa e ilustra de manera atractiva esta demostración de poder y destreza. Tal vez no haya inventado la pólvora, pero creo que el autor es competente en el uso de viñetas y líneas cinéticas. Además, se notan las mejoras en el dibujo, el cual va progresando desde el primer tomo. Tristemente los partidos, en su basta mayoría, dejan de valer la pena antes de llegar a la segunda mitad. Las virtudes que he mencionado no desaparecen, pero sí se acumulan varios errores que dejan en nada lo anterior. Desde el principio, algunos de ellos estaban ahí. Eso es innegable. Sin embargo, como era de esperar aumentan en número e importancia hasta que en las finales todo parece una ridiculez.


Os preguntaréis como llega a ese nivel de ridículo... no es fácil explicarlo. Para empezar, las técnicas cada vez se asemejan más a poderes sobrenaturales que a tenis. Algunas como el “Twist serve” o “La serpiente” tenían cierta base porque eran golpes que existían en este deporte. Después había otras como “La bola borrosa” o “El punto”, que eran inverosímiles, pero que necesitaban de ciertas condiciones para ser eficaces o solo servían en determinadas situaciones. Hasta las explicaciones de Inui las hacía algo creíbles, pero lo que vino en el torneo de Kanto y los nacionales fue vergonzoso. Me refiero a las técnicas de aura como el Muga no Kyochi, a los imitadores de Kabaji y Nio (este último imitó a Shiraishi sin siquiera estar presente en su partido con Fuji, buen plot hole), el Modo Diablo de Kirihara y Kaido (este último lo aprende en un enfado) y más chorradas.

Como es de esperar, los partidos resultan un cachondeo. En vez de ver un partido de tenis parece que estoy presenciado una pelea de Dragon Ball Z (1989). Si antes los partidos eran más ajustados, con menos diferencias en los marcadores, ahora la ejecución de una técnica o la adopción de un estilo de juego determinado sentencia la contienda. Por lo tanto, si el protagonista no quiere ser derrotado deberá encontrar otra que supere a la primera o la iguale. De esta manera, el partido se volverá un aburrido intercambio de técnicas que termina cuando la bolsa de trucos se vacía. En su noble intención de sorprendernos, logró cargarse cualquier atisbo de verosimilitud.

Uno de los primeros disparates fueron las palizas. ¿En qué clase de mundo un árbitro permite que un jugador golpee a pelotazos a otro por pura diversión? Esto ocurría con frecuencia contra el Rikkaidai. Y no solo es inverosímil sino que contradice la actitud mostrada por los árbitros en los preeliminares y el torneo prefectural. Ellos trataron de sancionar la actitud de Kaido y Akutsu, ¿por qué ahora no? En vez de tenis deberían llamarlo boxeo. Otro recurso habitual del mangaka son las lesiones. Al igual que el anterior sirve para aumentar la tensión, pero es mucho más adecuado. El principal problema es el abuso del mismo. En casi todos los partidos alguien resulta lesionado. Desde el corte en el ojo de Echizen, pasando por la lesión en el codo de Tezuka, hasta el pelotazo en la cara a Yanagisawa. En un principio, resultaba plausible, pero luego parecía una broma. ¡Si hasta se lesionaban cuando no había un partido! Véase el caso de Oishii o la amnesia de Echizen. Esta última de lo más imbécil posible, con el único propósito de ganar tiempo y crear tensión. 


Para terminar, está lo del aprendizaje de técnicas en medio del partido. Ya sabéis, lo típico de dominar técnicas supercomplicadas en un par de juegos. ¿Quién no lo ha hecho unas cuantas veces durante un torneo? Mirad a Echizen, que jugando con Yuta no solo consiguió imitar sus rising shots sino que también aprendió una nueva técnica: el Drive B. Más tarde, no solo era él. Todos los demás eran capaces de hacerlo. Y sino era cuando jugaban se lo preparaban con anterioridad, ignorando que necesitarías días o semanas para lograrlo. Y paso de explayarme con los cambios de compañero en dobles. Es tan estúpido ver como emparejan a Momoshiro y Kikumaru, dos jugadores ofensivos y ganan en la primera ocasión que los juntas que... mira, yo paso. Por mucho que el manga busque más ser “estilo que sustancia”, necesitas mantener cierto nivel de verosimilitud en tu relato.

Por último, quizás debería tocar los capítulos de descanso. Aparecen entre torneo y torneo y el autor se lo toma con bastante calma. Aquí suele presentar nuevos personajes y escuelas, retomar las interacciones entre miembros del Seigaku, revelar algún aspecto nuevo de ellos (relacionado con el tenis), dedicarlo a entrenamientos, etc. En estos momentos de relajación, el humor también abunda. Y la verdad me encantan algunos episodios como el de la carne asada o las vacaciones con el Rokkaku. Lo malo es que me doy cuenta de que son mejores episodios que los regulares porque explotan el nivel de absurdo de la obra. Lástima que estos sean los menos porque en realidad lo que tenemos son episodios donde Echizen se luce al machacar algún abusón. Las tres primeras veces hacía gracia, pero lo repite y repite cada vez que tienen un descanso, dejándonos claro lo guay que es. Parece que no le llegó con hacerlo en las primeras competiciones oficiales.

Personajes

De sobra es conocido que los spokon poseen un elenco de personajes muy amplio. No solo el protagonista es importante sino también el equipo que participa junto a él en los torneos y las demás competiciones en que jueguen. Pero el asunto no termina ahí porque los jugadores de otros equipos suelen ganar una posición de secundario medianamente relevante al convertirse en rivales. Es muy posible que aparezcan dos o más veces a lo largo de la historia. Y de esta manera el número de personajes empezará a crecer de forma descontrolada. Prince of Tennis no es una excepción. Peor aún, diría. Como la obra se compone de 42 volúmenes y tiende a concentrarse tanto en los partidos, el número de personaje supera fácilmente los sesenta. 

¿Es esto terrible? Planteo la pregunta porque mucha gente tiende a señalar como un problema la amplitud del elenco. Sin embargo, no creo que lo sea. La razón está en que el manga es tan largo que le sobra tiempo para caracterizar de forma competente a casi todos esos personajes. Para empezar, la mayoría están dotados de cierta gracia o atractivo. No solo porque estén diseñados como bishōnen sino por otros factores como tener una personalidad llamativa, alguna clase de actitud o manía, una frase característica y, por supuesto, su estilo de juego y técnicas. Además, la pluralidad de personajes es tal que el lector puede sentirse atraído por uno o más de ellos. Casi como tener un catálogo a tu disposición. Veamos un ejemplo.


Tampoco quiero olvidarme de que los propios equipos de cada instituto constituyen casi un personaje en sí mismo. Digamos que cada uno se ha forjado una identidad a partir de su historia, los objetivos fijados y los vínculos entre los miembros del equipo. No todos llegan a tener una personalidad o identidad marcada como el St. Rudolph o el Yamabuki, pero otros como el Seigaku, el Fudomine, el Hyotei o el Rikkaidai sí tienen esa suerte. Por ejemplo, el Fudomine era un club que durante la competición se ganó el apodo de “equipo revelación”, ya que nunca en su historia habían pasado del preeliminares. El líder del equipo es Tachibana, quien hace de capitán, entrenador y mánager a la vez. Desde que llegó al instituto, hizo todo lo posible por apoyar a los miembros del equipo. Por ese motivo los demás le ven como un hermano mayor e intentan cumplir con sus expectativas. Se podría decir que hay vínculo especial que los une.

Otro punto que quería sacar sería la evolución de los personajes. No me refiero al desarrollo de su personalidad, porque esta se mantiene durante su largo recorrido, sino a su evolución como jugadores y miembros del equipo. Al igual que otros spokon, solo importa el deporte. De vez en cuando, en los capítulos de descanso, podemos verlos fuera de las pistas, pero rara vez es para saber algo fuera de su vida como jugadores. Como resultado no conocemos otras facetas suyas. Si bien no es muy grave porque el manga apunta a ser solo entretenimiento. Al menos, sí podemos ser testigos de como mejoran su juego y añaden más técnicas a su repertorio. Por ejemplo, Momoshiro aprende la técnica del Jacknife. En particular, inciden mucho en el crecimiento de Echizen como futuro pilar del Seigaku. Eso no significa que en algún momento se olviden del resto. De hecho, todos aportan algo al equipo, por lo que su posición se mantiene.

En mi opinión, la ausencia de otras facetas y la falta de desarrollo están compensadas con las interacciones entre miembros del equipo. Señalo principalmente al Seigaku porque al fin y al es el equipo protagonista. A medida que pasan los tomos se establecen más relaciones entre ellos o vamos conociendo más de las ya existentes. Por ejemplo, Inui y Kaido. El primero prepara los entrenamientos del segundo para ayudarle a mejorar y, más tarde, llegan a formar pareja para dobles, compenetrándose bastante bien. Otro ejemplo sería Kikumaru y Oishii. Ellos son grandes amigos, pero también la pareja de dobles oficial del equipo. A diferencia de los primeros esta pareja ya tenía un vínculo establecido. Por esa razón lo que se nos enseña son las razones de porque se compenetran y juegan tan bien juntos.

Calificación: 5

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7 Comentarios

  1. Yo ya había hecho un revisión de Prince of tennis, lo hice en el 2017, aunque yo me ceñí a lo ofrecido por el anime - no el manga-. Y si bien es cierto lo abarque de una forma mucho más simple que la tuya si coincido contigo en el hecho que la historia se hecha a perder porque al menos en el anime los primeros diez episodios - o quizá veinte- nos muestra la historia de un chico que tiene mucha experiencia y habilidad en el tennis que tiende a callarles la boca con su juego a los miembros del Seigaku, CON JUGADAS CREIBLES (Prestese atención especial a las mayusculas), quienes tenían siempre esa actitud algo altiva que me hacían acordar por momentos a los caballeros de oro de saint seiya.

    Sin embargo al momento que Ryoma logra entrar al equipo la serie se va a ir poco a poco yendo al carajo por esa monotonía del personaje principal que llega a aburrir, un gary stu desde mi humilde punto de vista, en donde si es derrotado, pierde no porque no tenga la capacidad sino por circunstancias cómicas o porque en su revancha regresara mucho más poderoso y fuerte - situación que pasó en su enfrentamiento con Tezuka Kunimitsu.

    El segundo elemento ridiculo fueron justamente lo que dices, las jugadas, en un inicio parecían creibles o posibles de hacer pero poco a poco la concepción del deporte se fue por la borda ofreciendonos a un ryoma ssj o sino la famosa Tezuka Zone o los saltos de más de cuatro metros de distancia que puede hacer Kintarou o los cien hyadokkyus (o como se escriba) que tiene que comerse Kawamura, saliendo volando por los aires en las nacionales cayendo por el poder de la bola afuera de las bancas del estadio.

    Finalmente esta ese decurso lineal - lo que lo hace más predecible aún- que aparece un "nuevo "villano" superpoderoso que derrota a equipos supuestamente poderosos que enfrentaron y dieron muchos problemas al seigaku para luego de dos matchs o quiza un entrenamiento superintensivo lograr superarles. Además de eso esta el fanservice a favor de ciertos personajes como Shiraishi, Atobe e incluso el propio hermano de Ryoma Echizen, que fue relleno en el anime apariciendo a modo de pelicula (en esa donde tezuka con un raquetazo sacaba dinosaurios y a toda la era cuaternaria) para iempo despues este sea insertado como personaje canonico de los 10genius en las ultimas ovas de POT.

    En fin, dejando de lado ello, algunas escenas shonen ai que sobran creo que el producto hace tiempo perdio su brillo, teniendo a Ryoma igual de pequeño que Ash Ketchum (aunque ganando "liigas") con otros personajes de su edad quienes se han mantenido como porristas a lo largo de la serie a pesar de los intensos entrenamientos de Ryuzaki sensei), llega a ser cierto punto entretenido, aunque ahora más nostalgico que entretenido.

    Si deseas revisar mi reseña te comparto la dirección

    https://sekai-nostrum.blogspot.com/2017/11/the-prince-of-tennis-la-historia-de-un.html

    Un abrazo amigo y mada mada dane!

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    1. Buenas, yo hice esta revisión porque Prince of Tennis fue mi spokon favorito durante muchísimos años, incluso lo tuve colocado entre mis 10 mangas favoritos. Hoy por hoy aún debe serlo porque no he leído mucho manga deportivo (tal vez Slam Dunk no ande lejos de esa posición), ya que suele aburrirme muchísimo por las razones comentadas acerca de su nula innovación y el desarrollo lineal que siguen el 99%. En cambio, en animación Ashita no Joe y Ping Pong the Animation los tengo mucho mejor valorados.

      Tal como tú y yo comentamos las jugadas imposibles, la absoluta invencibilidad de Ryoma (el cual incluso se recalca lo genial que es en los capítulos de descanso despachando abusones), etc al final arruinaron el relato. A pesar de que, sin embargo, creo que los personajes están muy bien definidos y sus interacciones son entretenidas, pero claro una historia no puede sostenerse solo con ellos sino en conjunción con el resto de elementos.

      Saludos

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  2. Es un análisis muy completo de un viejo amor mio, la verdad es que nunca tuve la curiosidad completa de verlo. Es decir, solo veia episodios que pasaban de cuando en cuando en Animax. Luego de ello, me perdí totalmente de su historia. A estas alturas, dudo que la vaya a ver pronto pero la tendré en lista.
    ¡Un abrazo!

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    1. Hola, yo no te recomiendo ver el anime porque proporciona ningún aliciente respecto al manga (animación, ritmo, bait para fujoshis, capítulos de relleno, banda sonora poco memorable, etc). Si lees el manga, sin embargo, estás advertido de sus defectos (y sus virtudes) jaja.

      Saludos

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  3. Esta serie me recuerda al Kuroko No Basket y su inverosimilitud de hacer todo un mega Power, no necesitamos eso en un spokon, no.

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    1. Buenas tardes, estoy de acuerdo con tu opinión. Desde mi punto de vista, el uso de poderes sobrenaturales es un error porque convierte al deporte de turno en algo totalmente diferente, algo que no es verdadero deporte. Puede que otorgue espectacularidad, pero a un precio muy alto.

      Saludos

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  4. Whooo busque una reseña para ver si se le quitaba eso de los mega power que empece a notar desde el cap 21, pero al parecer apenas esta empezando, rayos. Me gusta mucho la naturaleza del tenis, tal vez si decido seguir viéndolo sea para ver a donde llegan los personajes porque la verdad si te encariñas con ellos, pero ya no disfruto el tenis así, porque siento que no es tenis. para bueno, esperare la segunda temporada de hoshiai no sora para poder ver un tenis más realista.

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