Análisis: Ataque a los Titanes S1


  • Año: 2013
  • Capítulos: 25
  • Estudio: Wit Studio
  • Género: Acción, Drama, Fantasía, Terror

El contraataque de la humanidad

Sinopsis

Hace mucho tiempo los seres humanos vivían en paz, pero la llegada de unos seres llamados titanes cambió todo. En muy poco tiempo eliminaron a la mayor parte de la humanidad, pero gracias a la construcción de unos enormes muros pudieron sobrevivir dentro de ellos. Un siglo después, un gran titán aparece de improvisto y hace un enorme hueco en la muralla más externa. Como consecuencia, empiezan a entrar numerosos titanes que devoran a la población. Una de sus víctimas es la madre de Eren Jäger, el cual tiene que presenciar como su progenitora es devorada por uno de ellos. Debido a este hecho, no tarda mucho en alistarse al ejército y tomar la decisión de exterminar a su enemigo a toda costa.

Introducción: un gigante con todo un mundo a sus espaldas

El manga de esta historia empezó a publicarse en la revista Bessatsu Shōnen Magazine en 2009. Su obra de origen ya fue receptora de numerosas menciones, ganándose al lector japonés, pero su despegue en cifras (36 millones de volúmenes circulando en Japón, 2014) se lo debe a la serie animada. En mi opinión, la fama que reúnen algunas series es injustificada. Tales ejemplos valdrían para Sword Art Online (2012), Tokyo Ghoul (2014) o Re: Zero kara Hajimeru Isekai Seikatsu (2016). En cambio, no considero que Ataque a los Titanes esté en el mismo grupo que los anteriores porque, en conjunto, sus cualidades destacan más que sus defectos. Algunas de ellas fueron proporcionadas por el gran trabajo de Wit Studio y el famoso director Tetsurō Araki (Death Note, 2006-2007; y Highschool of the Dead, 2010).

En comparación a otras obras de la década actual, Ataque a los Titanes es de las pocas obras niponas que ha generado interés en extraños a este medio. Esta rapidez de pasar desde la esfera del fan especializado hasta el público más general a nivel internacional ha sido asombrosa. Un mérito que solo animes como Full Metal Alchemist (2003) o Death Note (2006) lograron en su tiempo. Parte del mérito también se debe a la generalización de Internet, pero otra de sus proezas ha sido apuntar a un público amplio que incorpora tanto a hombres como a mujeres de un espectro juvenil y adulto. Además de ello, un hecho que resulta valioso es su premisa, que nos lleva a un escenario apocalíptico. A día de hoy este tipo de historias siguen existiendo,  aunque en un grado mucho menor respecto a los años 80 o 90 debido al éxito del anime de carácter festivo y relajado lleno de niñas bonitas. Es una suerte que Hajime Isayama evitara las excentricidades y el moe.


Hablando de mundos apocalípticos, detengámonos en el de Ataque a los Titanes. El universo está diseñado con mucho esmero. Me gustaría dividirlo en mundo exterior y mundo interior para referirme a lo que hay tras los muros y lo que hay fuera de ellos, pero es imposible porque ambos están conectados por un elemento común: los titanes. El funcionamiento del territorio interior en sus aspectos económico, religioso, militar, entre otros muchos se explica a partir de la existencia de estos monstruos. Véase las murallas, que están ahí como principal método de protección. Pero también podríamos hablar del culto religioso, que considera los muros como una estructura sagrada; de las organizaciones militares, donde las Tropas de Guarnición y el Cuerpo de Exploración tienen funciones relacionadas con la defensa de los tres muros o el estudio de los titanes; y la tecnología armamentística, que sobresale por la utilización del Equipo de Maniobras Tridimensionales como la principal herramienta para entablar combate con ellos.

Refiriéndome a los peligrosos colosos del mundo de Isayama, estos son unos seres de lo más curiosos. Tal vez lo que más llama la atención la primera vez que los conocemos es su apariencia, que puede resultar tanto ridícula como terrorífica. Sin duda, esta combinación es lo que los hace tan atractivos en un inicio. Pero hay mucho más de lo que hablar. A través de formación militar, enfrentamientos y misterios revelados nos vamos enterando de todo lo que concierne a los titanes. Comportamiento, tamaño, puntos débiles, capacidad física, poderes especiales, etc. A pesar de que en esta primera temporada estamos lejos de descubrir la verdadera naturaleza y secretos de los titanes no es poco lo que aprendemos de ellos. Tal vez lo más interesante no sea ni su tipología ni el misterio que encierran sino el hecho de que se erigen como la principal amenaza para la supervivencia de la humanidad. Es decir, son un enemigo programado para la destrucción exclusiva del ser humano. Hecho que se recalca hasta el punto de que este discurso en contra recuerda al de las naciones de Europa en el pasado, con ese nacionalismo que busca un enemigo exterior para justificar sus acciones. Pero de esto se hablará en un futuro.


En general, el mundo de Ataque a los Titanes resulta muy atractivo, con mucho que explorar en numerosos ámbitos. Incluso en aquellos aspectos que delatan menor profundización como la economía y la cultura hay unas cuantas pinceladas allí y allá que te permiten hacer una idea rápida de cómo son o funcionan. En parte porque la serie tiene por costumbre utilizar las cortinillas de mitad de episodio para introducir información de carácter complementario. Quizás el mayor problema con este mundo esté relacionado con la exposición del mismo. Al igual que muchos shōnen de acción y aventuras (Naruto, 2002-2007; Hunter x Hunter, 2011-2014) abusa del diálogo como forma de exponer su worldbuilding. Una parte de la información podría ser omitida, sin necesidad de conversaciones ni un experto que comunique su discurso. De cualquier manera, la participación en el campo de batalla y la realización de diversas actividades sirven para poner en práctica aquello que se puso en palabras.

La humanidad en jaque

A partir de aquí voy a dejar de referirme al universo porque cualquiera puede consultar la wiki de Ataque a los Titanes para informarse de aquello que más le interese. En vez de ello mejor nos centramos en el terror de los titanes, que implica enfrentarse a un enemigo prácticamente invencible contra el cual la humanidad no tiene apenas posibilidades de ganar. Esta impotencia se debe a varias realidades. Desde su extenso número, que se puede cifrar en miles de monstruos; hasta el hecho de que sus capacidades son muy superiores al ser humano común gracias a su fuerza, regeneración y escasos puntos débiles. Ni siquiera la posesión del equipo de maniobras, que ofrece las condiciones necesarias para matarlos, elimina esta desigualdad en el campo de batalla. Peor aún cuando se trata de los especímenes únicos como el Titán Hembra o el Titán Acorazado, los cuales son más peligrosos por sus capacidades intelectuales y sobrenaturales.

No obstante, lo que he contado simplemente es la parte racional de esta cuestión. El miedo irracional es la otra cara de la moneda. Como ejemplo está la primera vez que Eren y Mikasa ven a un titán de cerca, provocándoles un gran temor. Incluso cuando llega Hannes, un miembro de las Tropas de Guarnición, es incapaz de enfrentarlo porque se queda paralizado ante la visión del gigante. Un miedo similar también lo experimentaron los cadetes en la defensa de Trost, donde fueron testigos de la masacre de sus compañeros. En ambos casos, el anime fija su atención en el estado psicológico y anímico de los personajes. De esta mirada extraemos el pánico que sufren así como su intento por sacar fuerzas de donde sea necesario. Una realidad dura que explica que la principal motivación de muchos soldados sea unirse a la Policía Militar para huir lo más lejos posible de ellos. "Vivir dentro de los muros es lo más seguro".


Tarde o temprano tendrán que tragarse su miedo para hacer frente a un enemigo que desconoce todo sobre la compasión. Si quieren proteger a sus seres queridos o evitar una futura guerra civil donde esté en juego el pan, el territorio y las vidas humanas tendrán que pelear. Los personajes tienen que asumir que la única manera de sobrevivir es luchar porque, en caso contrario, un día llegarán y se los comerán. Y eso que pelear no implica necesariamente vencer. Tal como se recalca, la victoria de la humanidad solo se podrá lograr a través del sacrificio de cientos y miles de vidas, sin garantías de éxito por parte de nadie. Pero aquellos que lo hagan podrán aspirar a algo. Un mensaje que contrasta mucho con el optimismo y el elogio al esfuerzo de la mayoría de nekketsu, que consideran la determinación como la fórmula mágica a todos los problemas.

Durante el transcurso de esta primera temporada, sin embargo, reparé en ciertos defectos apreciables. Uno de ellos está relacionado con lo machacón que es el autor al reiterar su mensaje desesperanzador sobre las dificultades que tiene que afrentar la humanidad para ganar esta guerra. No es que se limite a volver sobre el mismo punto una y otra vez, ya que hay múltiples ideas que le sirven para construir su discurso, pero de la misma forma que muchos nekketsu puede resultar cargante. Soy de los que piensan que el silencio también es necesario, aunque se corran riesgos. De otro lado, el haber insistido tanto hace más grave el cambio en la narrativa a favor de la conspiración humana. Con ello no me refiero a que el cambio de rumbo sea negativo porque evidentemente da mucho juego, pero fue a expensas de eliminar gran parte del horror que causaban los titanes comunes. Debido a los poderes sobrenaturales —a los cuales pueden acceder los héroes— y a la superioridad del Cuerpo de Exploración los titanes anteriores se quedan en un segundo plano —su gran número ahora es el mayor problema— el plot armor de los protagonistas se eleva. Con todo aún hay una gran amenaza que no augura un futuro fácil a los abanderados de la libertad.

Espectáculo acrobático en el aire y misterios que desentrañar

Cuando preguntas qué aspecto de la adaptación consideras soberbio es evidente que la respuesta está relacionada con la acción. El enfrentamiento con los titanes y los militares, especialmente el Cuerpo de Exploración, es épico y alucinante. Las coreografías aéreas de los mejores soldados son dignas de alabanza por su capacidad acrobática y arte para despedazar monstruos de múltiples formas. Gracias al equipo de maniobras son capaces de ejecutar todo tipo de operaciones en el aire, como si fueran mejores que cualquier pájaro experimentado. Veloces y hábiles. El tope de sus posibilidades los vimos con el equipo de Levy y Mikasa, que aprovechan esta herramienta para atacar algo más que la nuca del titán: cegar,  cortar tendones, seccionar extremidades, etc. Sin duda, el autor supo ir más allá del simple "atacar el punto débil".

Más allá de las virguerías de Levy y Mikasa, Eren también nos trae la posibilidad de ver combates entre titanes. Un hecho que expande la acción a otros terrenos: luchas cuerpo a cuerpo en que los rivales humanos pelean a escala colosal. Aquí el enfrentamiento con la Titán Hembra se lleva la palma por cómo los dos se destrozaban el uno al otro a puñetazo limpio mientras se cargaban una parte de la ciudad. Sea entre titanes y titanes o humanos y titanes la acción se caracteriza por su brutalidad, con una buena dosis de sangre y cuerpos aplastados o devorados. Con los titanes esto es aún más pronunciado porque cabezas o brazos pueden salir volando. Con todo, la violencia no es muy gráfica. De haber nacido en los 80 no se habría cortado en exhibir vísceras o muertes horripilantes con todo lujo de detalles como en Hokuto no Ken (1984-1986).


Con lo que he dicho, parece que solo elogio el trabajo del autor, pero el mérito de representarlo con tanto arte corresponde al anime. De partida, los responsables apostaron por invertir todos sus esfuerzos en la acción y los eventos relevantes, por lo que el resultado visalmente es magnífico. Solo apreciad el movimiento, el uso de la cámara y otros detalles. Un conjunto que se completa con unos buenos efectos de sonido y la banda sonora compuesta por Hiroyuki Sawano que resuena en el espectador por su epicidad. La sentimos, la vivimos. Logra que salte de la silla de la emoción, con tantas ganas que me planteo repartir golpes a diestro y siniestro. Muy icónica. Me falta la mención a Tetsuro Araki cuya dirección brilla en las obras adrenalínicas como esta al conjugar el factor visual y sonoro además de incorporar al anime ciertos detalles no presentes en el manga y que en animación ganan más como el impacto de los golpes del Eren titán que recuerdan a una descarga eléctrica recorriendo el cuerpo.

Una descarga es quizás lo que merezco por olvidarme de otro aspecto fundamental de la serie: el misterio de los titanes. A partir de la defensa de Trost, la obra va introduciendo diversas incógnitas como la identidad de los gigantes cambiantes, el contenido del sótano de la casa de Eren o la existencia de titanes colosales en las murallas. En esta temporada accedemos a pocas revelaciones en torno a estos misterios, ya que las acciones de los antagonistas impidieron que los héroes saciaran su curiosidad. Una cuestión que, desde mi punto de vista, resulta negativo por la insistencia del autor de la obra original de ocultar sus secretos. Por mucho que insista en las dificultades de la empresa de la humanidad resulta molesto hacer tantos sacrificios para obtener casi nada a cambio.

A pesar de ello, no podemos negar que estos misterios generan un fuerte interés en la obra y que desde la irrupción de la forma titán de Eren y la indagación del Cuerpo de Exploración nos vamos enterando de un buen número de datos importantes que nos permiten ir construyendo diversas hipótesis sobre la identidad de los titanes y los instigadores del ataque de hace cinco años. De ejemplo está Annie, de quien obtenemos los indicios suficientes para estar seguros de que entre la Tropa de Reclutas 104 ella es la culpable, ya sea por el parecido físico, la forma de luchar o que es la única del grupo ausente entre los exploradores. Si bien con los restantes, que serán expuestos en la siguiente temporada, no hace un gran trabajo. En particular, me gustaría que se dejara de tanta señal y trajera más evidencias sólidas para el espectador que pueda descubrir por sí mismo.

A más de uno esto que voy a decir le constará como un defecto menor, pero el ritmo de esta serie en varios tramos es de los que mata las pasiones. La acción principal pocas veces fluye adecuadamente por culpa de diversos tropiezos que la ralentizan o la congelan. Estos inconvenientes son mayormente achacables al anime porque sus nuevas aportaciones consisten en nada de valor. Muy de vez en cuando agregan más acción o un personaje se beneficia gracias a una caracterización reforzada y experiencias nuevas —véase Marlowe—, pero la mayor del tiempo nos ofrecen información conocida o breves subtramas insustanciales —véase Jean escapando de un titán—. Al igual que el manga también es muy amigo de los flashback que saltan cada rato y los del anime, por supuesto, no aportan nada y congelan más la acción. Cuanto habría agradecido que los evitaran en la mitad de los conflictos, por cierto. A estos defectos también se suman los resúmenes iniciales de capítulo, con los cuales podríamos llenar casi dos episodios de la serie; y la abundancia de la animación estática, que causa más sensación de lentitud. El peor exponente de lo que he dicho sería la segunda parte de la defensa de Trost porque todos estos males se juntan a la vez y en la mayor cantidad posible.

Personajes

-Eren Jäger: Su personalidad es la propia de cualquier chico shonen, es decir, idealista, valiente y sin talento, añadiéndole la categoría de vengador. Siempre está repitiendo frases como “exterminaré a los titanes” o “me vengaré”. Normalmente las dice gritando o bien se muestra enfadado con el resto por no compartir sus ideas. Durante la primera temporada hasta la mitad sus diálogos estaban compuestos por este tipo de frases o bien dando discursos hacia sus compañeros. Puede decirse que es un personaje bastante plano.

-Mikasa Ackerman: Al igual que Eren, Mikasa no es un personaje complejo. La razón de su existencia es Eren y solo él, hasta el punto de que casi le daba igual morir cuando creyó que había muerto. Un punto que podrían haber aprovechado, pero han seguido la misma línea desde entonces. Ella básicamente se encarga de protegerlo y de que no cometa estupideces. La mayoría de su encanto reside en que es una máquina matando monstruos. No tiene mucho más que ofrecer. Las interacciones entre ambos dos son casi todo el rato igual y no hay química porque no se escuchan el uno al otro. Uno suelta el mismo discurso de matar titanes, mientras la otra solo le dice que lo protegerá.

-Armin Arlert: Su personalidad es la propia de un chico tímido e inseguro, pero valiente en momentos determinantes. En comparación a los otros dos del trío protagonista, Armin es un poco mejor. Realmente es de los pocos que muestran algo de materia gris. Nadie tiene buenas ideas, menos él y algún personaje más. Sus interacciones con el resto del grupo no pasan de lo correcto, siendo Eren y Mikasa con quien más se relaciona.

-Levi Ackerman: Capitán del Cuerpo de Exploración que estaba encargado en un principio de la supervisión de Eren mientras estaba bajo sospecha. En el pasado era un famoso matón de los bajos fondos, pero cambió cuando conoció al comandante Erwin. Levi se caracteriza por ser un hombre con mal genio, violento y de trato difícil. Esto no le impide preocuparse por sus hombres como el que más, aunque lo oculta bien. Una faceta simpática de Levi es su obsesión por la limpieza. Sin duda, tiene algo de carisma y un carácter que encanta a las mujeres, así que se trata del personaje más popular de la serie. Sin embargo, tiene un problema básico: la falta de humanidad. Algunos dirán que no, pero sus reacciones frente a las muertes de sus compañeros de escuadrón y la forma que tiene de hablar con sus subordinados para consolarlos indica una falta enorme de emociones. Prácticamente no tiene ninguna respuesta. No porque el mundo sea cruel tú tienes que actuar como alguien sin emociones todo el rato.


Alrededor de ellos hay muchos personajes revoloteando, sobre todo sus compañeros de promoción. Pero al ser tantos y no centrar el foco en unos cuantos, ninguno de ellos tiene suficiente cámara para que nos importe lo que hacen. Realmente que mueran o vivan es poco importante porque no son importantes para la trama. De haber aprovechado mejor el tiempo de entrenamiento como cadetes para reforzar lazos entre Eren y sus compañeros, centrándose especialmente en algunos ahora podrían ser importantes. Pero en vez de eso dedicaron la mayor parte del tiempo de uno de los dos episodios a ver como Eren conseguía superar una prueba.

Algunos mencionarán a Sasha Brauns, pero simplemente es un personaje de alivio cómico. No hace nada relevante y solo está ahí para provocar risas con su obsesión con la comida. El único que de verdad le conceden un papel secundario sólido es Jean Kirstein. No tiene una caracterización muy buena, pero no está mal. Además hasta tiene un pequeño desarrollo durante la primera temporada. Pasa de ser un tipo algo engreído que se preocupa solo por sí mismo a ser un líder interesado en el bienestar de sus compañeros tras la muerte de su mejor amigo que creía que podría ser un buen líder. Por encima, también es de los pocos que utilizan la cabeza como Armin.

Otra de las razones por las cuales los personajes no importan mucho en esta obra es la tendencia a presentar algunos y luego matarlos u olvidarse de que existen. Uno sería el comandante Pixis, un oficial excéntrico, pero sensato y de mente abierta. Con gusto por el buen licor. Por desgracia, desaparece poco después de aparecer. Otros personajes que pudieron ser potencialmente interesantes son los miembros del Cuerpo de Exploración que no son Levi, Erwin o Hanji. Ejemplo sería el escuadrón de Levi, quienes fueron presentados en el capítulo 15. Todos ellos terminan muriendo a pesar de ser valiosos miembros en la lucha para los titanes por las ansias del autor en matar a todo elemento que encuentra. Y eso que servirían como parte del mundo de la serie, pero los eliminan a casi todos y la organización ya no importa un pimiento.

Otro error que comete el autor es abusar del factor shock para dar a entender cómo es de cruel y despiadado su mundo. Este abuso consiste en matar constantemente personajes –sean importantes o no– y ver como sufren muchos de ellos. En una historia de este tipo es normal que mueran personajes y que sufran por supuesto, pero al autor constantemente está haciendo esto sin un control adecuado. Hasta el punto en que uno ya no siente ningún tipo de interés por ellos y resulta cansino ver como saca personajes solo para matarlos o gastar tiempo en las sensaciones de personajes que no conocemos.

Los diseños de personaje tienen su aquel por varios motivos como  estar dibujados con un trazo grueso muy curioso. En anatomía, todos son muy similares porque son flacos y de estatura similar, pero hay mucho detalle en los rostros. Los ojos sobre todo resaltan cuando hacen algún plano detalle. 

Conclusión

En resumen, su éxito se debe a su ambicioso planteamiento inicial, la calidad de su producción, la amplitud de sus miras en cuanto al público objetivo y el respeto y homenaje a la obra original y la dimensión adquirida.

Sin embargo, está muy lejos de ser perfecta porque no son pocos los problemas que carga encima como un elenco de personajes con diversas debilidades, un universo poco explotado, una falta de sutileza en la expresión de sus temas e ideas, etc. Sin duda, será del gusto de cualquier adolescente, pero aquellos que busquen obras más intelectuales y pulidas probablemente lo descarten.


Calificación: 7

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