Reseña: Sweat Punch (Comedy)


Desde la aparición de Robot Carnival (1987) el anime ha engendrado varias antologías de cortometrajes. Su periodicidad ha sido irregular y su surgimiento se debe, en gran parte, a los esfuerzos de unos cuantos estudios como Studio 4ºC o Madhouse y animadores peculiares como Koji Morimoto. En la primera década del siglo XXI, sin embargo, brotaron con regularidad multitud de relatos. Una de estas antologías fue Sweat Punch (2002-2006). Se trata de una producción en formato OVA formada por cinco cortometrajes, cada uno de ellos dirigido por un autor distinto. El responsable de la producción es, por supuesto, Studio 4ºC. Desde su fundación, la vasta mayoría de sus obras han sido en su mayoría proyectos originales bajo la forma de cortometrajes. 
 
Sin embargo, pretendo hablar únicamente de un relato. Sintiéndolo muchísimo, Sweat Punch es una de las antologías de cortometrajes más flojas que he visto. Es normal que haya cortos más flojos que otros, como en cualquier antología, pero aquí el nivel fue más bajo de lo habitual. Afortunadamente, hay una excepción: Comedy (2002). Mientras que las demás basculan entre ser piedras de escaso valor y metales que merecen estar en manos de un orfebre, Comedy es una roca preciosa cuyo potencial fue debidamente aprovechado. Dirigida por Kazuto Nakazawa, quien normalmente ocupa las posiciones de animador clave o director de animación. Si bien, de vez en cuando, toma las riendas de algún proyecto de corta duración. Recientemente, se ha animado con una serie completa llamada B: The Beginning (2018).
 
Comedy es un cortometraje de diez minutos sobre una niña que intenta salvar a su familia y aldea de los ataques de las tropas inglesas. Para ello, pide ayuda a un misterioso espadachín que mora en un viejo castillo, situado en un lugar conocido como el “Bosque Negro”. Sin embargo, sus servicios no pueden pagarse con monedas de oro. Solo acepta libros antiguos, en concreto los que le dejan complacido. La protagonista, que a su vez es nuestra narradora, nos cuenta la historia quince años después de que tuvieran lugar los hechos relatados. Esta historia fue una experiencia única para la joven, ya que conoció personalmente al espadachín y sus hazañas. De hecho, la recuerda tras escuchar otro relato que resaltaba el poder de los libros en el pasado. Justo el objeto que le permitió protagonizar la aventura que nos va a narrar.


A nosotros, por otro lado, probablemente la historia nos recuerde a un relato oscuro, próximo a la ficción gótica y los mitos del pasado. De esos ligados a un lugar y sus gentes, contados oralmente durante siglos. Sin embargo, el estilo de la narración adopta un carácter literario por el lenguaje culto y elaborado que utiliza la protagonista para exponer la historia. Desde la descripción del caballero negro hasta la manifestación de sus sentimientos personales. La elegancia y belleza de las palabras también es correspondida, como resulta obvio, visual y musicalmente. 
 
De una parte, hay una clara preferencia por el negro y el blanco, presente en prácticamente todo: ropajes, paisaje, etc. En particular, llama la atención la blanca tez de los personajes que resulta casi fantasmal. No obstante, la ambientación lúgubre y neblinosa es lo verdaderamente llamativo. Con luces débiles de candil y una luz solar escasa por la niebla omnipresente. Como resultado, la atmósfera del cuento es misteriosa y mágica. De otra parte, el Ave María de Schubert y el Erlkönig son las piezas musicales que suenan durante el transcurso del cortometraje. Ambas compuestas por el compositor Franz Peter Schubert, quien inspiró al animador con la segunda. Sin embargo, la primera es la que permanece mayor tiempo con nosotros. Se trata de una composición sencilla, con una voz femenina y acompañamiento de piano. Al ser una melodía religiosa le otorga un carácter místico y espiritual que combina muy bien con el estilo literario y la atmósfera oscura y enigmática. Casi diría que nos transporta al lugar y el tiempo de la narración.
 
Las cuestiones de forma son acompañadas por los encantos góticos de la narración: la muerte y la naturaleza sobrenatural del espadachín. Ambas relacionadas como en el poema de Johann Wolfgang von Goethe, que fue adaptado musicalmente por Schubert. Mientras en la versión antigua nos topamos con la tragedia que resulta de la lucha entre un padre y el rey del elfos, por la vida de un hijo, aquí estamos ante otro conflicto en el que está involucrado un individuo sobrehumano, asociado a un menor, que le trae la muerte a alguien aunque esta vez no a un ser indefenso. La muerte está en ambas, pero aquí se presenta desde la escena de apertura mediante una advertencia. Mejor dicho, una amenaza de muerte ante la revelación de un secreto. Dicha amenaza es, por supuesto, aquello que el caballero le susurra al oído de la niña una vez finalizado su trabajo. Sin embargo, la chica, a diferencia del hijo, obedeció sus palabras. De ahí que continúe con vida a pesar de haber lidiado con un demonio. Si bien nunca se menciona, ya que revelarlo despejaría la niebla del misterio y la razón de su encanto, la fuerza sobrehumana, la desaparición de los cuerpos y otras pistas delatan qué es realmente.

Calificación: 8

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