Reseña Manga: Dragon Ball - Saga del Rey Demonio Piccolo

Una vez más, Goku no logra coronarse como vencedor del Gran Torneo de las Artes Marciales. No obstante, peor que esa decepción es el hecho de que Krillin es asesinado repentinamente. Ante la muerte de su amigo, Goku se enfurece y persigue al asesino, quien resulta ser un demonio a las órdenes de Piccolo Daimao. Hace mucho tiempo, Piccolo Daimao fue el responsable de instaurar un reinado de terror que solo terminó tras ser sellado por Mutaito, el maestro de Mutenroshi. ¿Podrá Goku salvar al mundo de este diablo y devolverle la vida a Krillin?

La saga del Rey Demonio Piccolo constituye, por varias razones, uno de los arcos argumentales más atractivos para el análisis por las novedades que trae consigo. Como punto de partida, el asesinato de Krillin implica un giro de 360º en la narrativa. Mientras que Dragon Ball fue adquiriendo progresivamente mayor gravedad, en especial a la hora de retratar los combates, la saga actual presenta eventos importantes que ponen en peligro la continuidad del mundo como la muerte de compañeros, la obtención de la juventud eterna por Piccolo Daimao o la aniquilación de Shenron. Es decir, el enfoque y el tono difieren increíblemente de la comicidad y relajación de arcos previos. 

Un cambio igual de perceptible lo encontramos en la premisa, que está más en sintonía con los argumentos de los JRPG como Dragon Quest (1986) y la fantasía medieval de la época. Hablamos, por supuesto, de un mal sellado tiempo atrás, que vuelve para amenazar el mundo. Un cambio acertado, considerando que la búsqueda de las Esferas del Dragón y los torneos ya estaban un poco quemados. Más adelante, repetiríamos la premisa de un mal sellado en la saga de Majin Boo, pero lo que se quedó para siempre fue una idea más básica: la de un enemigo desconocido capaz de destruir el mundo —o el universo— con un poder que sobrepasa al de los héroes. Sin embargo, la construcción de la amenaza es más convincente que en ocasiones posteriores. No solo Goku es quien recibe una derrota humillante —la paliza suele recaer en los secundarios— sino que el villano da la orden de matar a todos los grandes luchadores —entre ellos Yamcha, Chaoz y Tenshinhan— y la posibilidad de resucitar a los caídos queda descartada.

 
Con tales factores en juego la saga presente prometía como ninguna otra lo había hecho hasta el momento. Sin embargo, el arco se vuelve irregular debido a varios inconvenientes. Más allá de la simpleza narrativa, común a todo DB, el problema principal está relacionado con la superioridad del antagonista. Tal es su fuerza que hizo patente por primera vez dos defectos. Por una parte, está el abuso del plot armor para mantener con vida al héroe. Goku no debería haber sobrevivido cuando sufrió ciertos ataques mortales, en especial la onda explosiva que recibió de lleno y solo le generó una incapacitación temporal. Por otra parte, se presenta a un villano demasiado superior a los héroes en términos de poder, haciendo que efectivamente se incremente la tensión pero que tenga pésimas consecuencias a largo plazo. Esta mecánica de elevar la amenaza invalida los resultados obtenidos por un luchador, afectando principalmente a los personajes secundarios que quedan en un segundo plano al no ser competentes para afrontar la situación. Todos, a excepción de Mutenroshi, terminan condenados al fracaso o la irrelevancia. El ejemplo ideal es Tenshinhan, campeón del último torneo. Todas sus acciones quedan en meros intentos, sin poder siquiera utilizar el Mafuba para sellar, por ejemplo, una parte del poder de Piccolo.

Una cuestión relevante concierne a la creatividad, que sobresale en algunos aspectos mientras que en otros decae. La introducción de los nuevos personajes bascula entre ambas opciones. Por una parte, Yajirobe es un personaje poco aprovechado. Al igual que el Krillin inicial, este constituye un contraste con Goku por ser un glotón que solo piensa en su seguridad y estómago. Sus acciones se limitan a derrotar un subordinado y llevar a Goku a la cima de la torre, sin hacer nada más en contra de Piccolo. Por otra parte, Piccolo Daimao es de los mejores villanos de Dragon Ball a pesar de que la vara no está muy alta. La diferencia básica radica en que es el primer villano sin ningún rasgo cómico, aproximándose al modelo clásico de soberano del mal que aspira a dominar el mundo. Su caracterización también es más completa, destacando el desprecio y temor hacia los practicantes de artes marciales, por su temor al mafuba; y su creencia en la superioridad de los demonios, a los que puede engendrar él mismo. El antagonista también se beneficia de un trasfondo funcional, acerca de sus fechorías pasadas; y sus acciones viles, al asesinar por su propia mano o a través de secuaces a muchos personajes conocidos.


A continuación, la cuestión de la creatividad nos trae a la etapa de entrenamiento. En realidad, dicha etapa no existe porque el adiestramiento consiste únicamente en pasar una prueba: beber un agua divina que extrae todo el poder latente del peleador. Esta prueba demuestra nulo esfuerzo creativo por parte del autor, pero no tanto por la sencillez de la idea sino por el pobre retrato que hace del sufrimiento de Goku ante el veneno que le está matando. Al menos, el anime le obligó a hacer frente a una ilusión, dando la impresión de que el desafío entraña mayor dificultad. Por último, la inventiva reaccionó de forma contrastada en los enfrentamientos. Mientras que los subordinados fueron una decepción, el combate entre Goku y Piccolo Daimao forma parte de los mejores del manga.

Desde un punto de vista argumental, se trata de la primera batalla que decide el destino del mundo y donde Goku, por última y única vez, es un héroe más clásico que busca vengar a sus amigos caídos sin ofrecer a su enemigo oportunidad alguna de rendirse. Una actitud sensata que no volveríamos a contemplar, con sus enemigos aprovechándose de su compasión. Sin embargo, el enfrentamiento en sí mismo es lo más increíble. Hablamos de un encuentro igualado en el que, a pesar de la confianza del villano, intercambian ataques casi al mismo nivel. El tono es grave, sin humor alguno, manejando una brutalidad más acusada en comparación a los vs con Tao Pai Pai y Tenshinhan. Ambos intentan acabar el uno con el otro mediante golpes peligrosos (rodillazos, codazos, ataques de energía, etc.) a zonas delicadas como la cabeza, la nuca o el plexo solar. La impresión de peligro es aún mayor al contemplar la diferencia de tamaños, por lo que cada vez que Piccolo aterriza un golpe abarca una mayor área del cuerpo de Goku. La habilidad ilustrativa de Toriyama también mejora la experiencia considerablemente, ya que su composición de viñetas se ha vuelto más dinámica y la descripción de la acción más precisa en los movimientos. Por último, los últimos compases del enfrentamiento final aprovechan ingeniosamente muchos de los recursos clásicos del protagonista como la Nube Kinton, el Báculo Mágico o el Kamehameha con el fin de paliar las desventajas sufridas durante la batalla.

Un último aspecto polémico es la incorporación de Kami-sama. Por una parte, explican el origen de Piccolo y el papel de Dios en la creación de las Bolas de Dragón. Un hecho que contribuye a la expansión del universo de Dragon Ball. Por otra parte, su aparición perjudica la conclusión de la saga por el acto de resucitar a los compañeros caídos y los  incómodos interrogantes sobre sus funciones divinas. Una de estas funciones debería ser la protección de la vida en la Tierra, pero Kami-sama y Mr. Popo a pesar de su fuerza superior no hicieron nada por derrotar a Piccolo y volver a sellarlo. Mr. Popo argumenta que Kami-sama tiene sus razones y Dios no puede intervenir en los asuntos de los mortales porque quiere que construyan el mundo por sí solos, pero el argumento se cae tan pronto te das cuenta de que la responsabilidad de su contraparte maligna le corresponde únicamente a él. En la próxima saga, contemplaremos cómo esta ambigüedad se vuelve contradicción.

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4 Comentarios

  1. Aquí me ataca la nostalgia, ciertamente no me creo capaz de lograr objetividad cuando se trata de Saint Seiya, Dragon Ball y sus contemporáneos. Me gusta mucho la manera como describes cada punto negativo y positivo con respecto a esta saga, que es de mis favorita.
    ¡Un abrazo!

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    1. Buenas, es cierto que cuesta ser imparciales y objetivos a la hora de hablar de estas series pasadas, pero hay que hacer un esfuerzo jaja.

      Saludos

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  2. Para mi este arco es un 8 o 7xD, lo del agua es para darle más apuro al momento ya que ponerse a entrenar mientras un tipodestruye tido es muy duro la verdad, yo creo que es por eso o no se. Los ayudante Piccolo aportaron lo suyo pero Goku estaba muy por encima de todos ellos solo podía enfrentar Piccolo.

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    1. Buenas noches, no estoy muy de acuerdo la verdad. Entiendo que un entrenamiento en esas circunstancias llevaría su tiempo y precisamente Goku no tenía mucho, pero Piccolo Daimao no iba a destruir inmediatamente el mundo. Solo una de sus áreas. Cierto es que el sentimiento de urgencia se debilitaría, pero le daría mayor coherencia a un arco que aunque fuerte en buenas ideas tomó decisiones apresuradas. Los ayudantes de Piccolo es que son poco más que minions que estorban o no según le conviene al autor, lo que habla mal de lo precipitado de sus decisiones. Podrían aportar de otras formas como ser obstáculos para los compañeros de Goku como Tenshinhan o darle ayuda en el combate a Piccolo. En fin, había muchas formas. Tal vez sí se merezca esta parte un 7, pero más por lo rupturista del arco respecto a los anteriores.

      Un saludo

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