Reseña. Dirty Pair: Project Eden


Sinopsis

Tras detener a un grupo de contrabandistas, la Dirty Pair es enviada a una misión en Agerna, un planeta rico en un mineral indispensable para los viajes espaciales: el Vizorium. La causa del problema radica en los misteriosos ataques a las plantas de refinamiento de Uldas, dando lugar a que las relaciones diplomáticas entre las naciones que explotan el Vizorium (Uldas y Edia) de Agerna hayan empeorado notablemente. Su investigación acerca de la identidad del culpable les lleva a toparse con Carson D. Carson, exmiembro del grupo de contrabandistas. Sin embargo, antes de que puedan terminar su interrogatorio, todos son atacados por un grupo de monstruos alienígenas. Estas formas de vida parecen ser la creación del Dr. Wattsman, un científico loco empeñado en impulsar la evolución biológica. En esta situación, la Dirty Pair y Carson D. Carson forman una alianza para pararle los pies. Sin embargo, ¿serán capaces de hacerlo o terminarán como parte de los experimentos del científico?

Trama y desarrollo

Como muchos saben, la conclusión prematura de la serie de TV Dirty Pair (1985) no supuso el fin de la franquicia iniciada a partir de las novelas escritas por Haruka Takachiho (Crusher Joe, 1977) e ilustradas por Yoshikazu Yasuhiko (Venus Wars, 1986). De hecho, la situación de la franquicia en su ámbito animado mejoró inmediatamente gracias al mercado OVA. De esta manera, fueron apareciendo más títulos que contaban nuevas aventuras del dúo: Dirty Pair: Affair of Nolandia (1985), producto que salió días antes de que la serie fuera cancelada; Dirty Pair: With Love From the Lovely Angels (1987), los dos episodios que no fueron transmitidos en televisión; Dirty Pair OVA (1987), una continuación formada por diez episodios; y Dirty Pair: Flight 005 Conspiracy (1990), historia secundaria cuyo título se refiere obviamente al agente secreto más famoso de la ficción cinematográfica. 

Sin embargo, antes de la resurrección perpetrada por Dirty Pair Flash (1994), la franquicia de Sunrise hizo su aparición en el ámbito cinematográfico con Dirty Pair: Project Eden (1987). Este largometraje de 81 minutos no contó con la implicación de buena parte de los miembros de la serie, desembarcando en el proyecto un nuevo director: Kōichi Mashimo. El animador es conocido por su rol en la fundación de Bee Train y por la dirección de las series televisivas (Noir, 2001; y .hack//Sign, 2002). Los próximos integrantes a citar son Hiroyuki Hoshiyama, guionista del capítulo 2 de la serie; Katsuyoshi Yatabe, un nuevo colaborador en calidad de director de unidad; Tsukasa Dokite, parte esencial de Dirty Pair como diseñador de personajes y director de animación; Kazutaka Miyatake, diseñador mecánico que seguiría participando en las OVAs; Mitsuharu Miyamae, director de arte acreditado exclusivamente en el filme; y Kenzou Shiguma, efímero compositor musical en el mundo del anime. El proyecto tuvo su estreno en cines el 14 de marzo de 1987 y el lanzamiento en VHS y Betamax fue el 1 de mayo del mismo año. 

Dirty Pair: Project Eden sigue la línea marcada por su predecesora televisiva: es decir, es una comedia de acción que enfatiza la dimensión paródica para referenciar títulos y géneros cinematográficos, así como satirizar elementos de la cultura popular de la década de 1980. Una de las opciones escogidas en esta ocasión fue la sátira política, ridiculizando la Guerra Fría a través del enfrentamiento entre Edia y Uldas. La identificación de Estados Unidos como Edia y de la Unión Soviética como Uldas resulta más que evidente al contrastarlos en términos políticos, económicos y demográficos. Un ejemplo muy poco sutil son sus respectivas banderas, que mantienen los patrones de color y forma de cada nación. La cuestión es que la película satiriza la desconfianza obsesiva de ambos rivales, con el representante de Uldas emitiendo quejas de sabotaje a su homólogo todos los días de la semana en un tono agresivo. Y, de la misma forma que en la vida real, la competencia se debe a los intereses económicos y estratégicos de ambas potencias respecto de la extracción de un recurso natural tan importante como es el Vizorium.


La otra opción es su inspiración en varias sagas cinematográficas, destacando en esta ocasión a James Bond y Alien. La primera no constituye ninguna sorpresa porque la propia Dirty Pair son una especie de agentes enviadas a todas las partes del universo por su organización para resolver los graves incidentes que se presentan. En particular, aquí actúan infiltrándose en las instalaciones de Uldas y el laboratorio del Dr. Wattsman para investigar su rol en los ataques de los monstruos y detener sus actividades. Sin embargo, la inspiración más importante es la saga Alien, ya que los monstruos alienígenas que crea el Dr. Wattsman a partir del Vizorium son una versión evidente del Xenomorfo con rasgos parecidos a los de los vedims de Fight!! Iczer-1 (1985). Además, el científico cree que los extraterrestres comparten la misma adaptabilidad genética del Xenomorfo al pensar que asimilan la información genética que hay a su alrededor. Su protagonismo en el largometraje introduce cierto componente de terror, ya que se trata de seres de aspecto desagradable que habitualmente acaban destripados en las trifulcas que involucran a nuestras protagonistas.

De otra parte, la faceta cómica de Dirty Pair se vio favorecida por el protagonismo de los personajes nuevos: Carson D. Carson y el Dr. Wattsman. En el primer caso, Carson D. Carson es un ladrón que transita entre ser un aliado y un rival para los Lovely Angels. Su interacción cómica es notable, ya que cuestiona la profesionalidad de la pareja por su manera tan particular de hacer las cosas. Su agilidad y su astucia le permiten escapar de las hordas de enemigos y burlar el campo de iones, demostrando que no es mera fachada. Sin embargo, los roces terminan por incidir más en su relación con Kei, quien cae en las redes del amor. Aquí ambos tienen problemas para entenderse, ya que el ladrón no es un sensible con la muchacha y Kei tampoco ayuda con su habitual rudeza. Lo interesante del personaje es que el sermón sobre la profesionalidad no es más que una crítica a sí mismo por su fracaso al robar el Chateau Lafitte General de Gaulle. Por esa razón, él busca restaurar su orgullo como ladrón al intentarlo por segunda vez.

En el segundo caso, el Dr. Wattsman es un viejo extravagante que cae en el modelo del ‘mad doctor’. Su obsesión como biólogo y genetista es romper el muro entre especies con el fin de impulsar la evolución definitiva, creando un organismo artificial que supere a la raza humana y al resto de seres naturales. Su personaje no interactúa mucho con el resto de los caracteres, ya que se trata de un individuo que interpreta la realidad a través de máquinas y pantallas que le muestran los resultados de sus experimentos. Ni siquiera presta atención a la preocupación de su fiel mayordomo Bruno. Por lo general, la gracia consiste en cómo parlamenta consigo mismo a partir de extensos monólogos donde expresa sus delirios científicos y su frustración por fallar en los experimentos. La interpretación actoral del experimentado Chikao Otsuka y la expresividad de su actuación corporal (sobre todo, centrada en las manos y la utilización de los terminales de fibra óptica) lo convierten en uno de los científicos locos más divertidos del anime.


Otro aspecto es es la cuestión sexual, con varias aristas a comentar. El punto de partida son los diseños de Kei y Yuri, que presentan un uniforme donde la parte inferior del bikini perdió tela y el escote se hizo más abierto. A excepción de los colores, los diseños se mantienen en Dirty Pair OVA. No obstante, el fanservice sexual también se ha multiplicado notablemente en términos de situaciones picantes. Por supuesto, no solo hablo del baño de burbujas donde nos enseñan sus largas piernas y Kei es manoseada por Carson D. Carson. La pareja corretea y pelea durante la mayor parte de la cinta con un conjunto improvisado que deja mucha piel a la vista. No obstante, un servidor está enamorado del enredo en el que Kei, Yuri y su aliado se involucran para evitar llamar la atención del Dr. Wattsman. Por accidente, Carson D. Carson se ve obligado a sujetar a ambas chicas en un ejercicio de fuerza imponente, pero que no evita la incomodidad de que Yuri está exponiendo parcialmente su trasero al ladrón. Una situación eróticamente sugerente, pero también hilarante para el espectador.

Sin lugar a dudas, Dirty Pair: Project Eden cumple en términos de humor, pero también hace mucho énfasis en la acción como era de esperar. Sus secuencias de acción probablemente no son muy conocidas entre los fans del anime, pero la película tiene para dar y regalar desde el principio hasta el final con la supervisión de Tsukasa Dokite. En particular, su mayor baza se encuentra en la animación de personajes gracias al naturalismo del movimiento y el realismo anatómico. Además, los personajes importantes como Carson D. Carson y el Dr. Wattsman se caracterizan visualmente a partir de un movimiento propio que refleja su carácter. Un ejemplo sobresaliente es el duelo entre el ladrón y el mayordomo, animado por Satoru Utsunomiya y comentado por Matteo Watzky. Las bases del encuentro estriban en la legibilidad y el ritmo, con una perfecta comprensión del carácter del personaje aliado que se refleja en la forma en que se comporta su cuerpo al reaccionar a los ataques y lanzar los suyos propios.

Como remate, hay que señalar que la película se encuentra a medio camino de la fórmula del videoclip a pesar de su metraje. Esta circunstancia puede resultar extraña, pero desde inicios de la década de 1980 el fenómeno de los vídeos musicales empezó a popularizarse. En Japón, dicha tendencia dejó huella en la forma de títulos OVA como Machikado no Märchen (1984), Genesis Climber Mospeada: Love, Live, Alive (1985) o Macross Flash Back 2012 (1987). La naturaleza musical del presente filme, en cambio, queda patente en aquellas secuencias que no involucran la interacción de personajes: los despliegues tecnológicos de Wattsman, las contiendas con las hordas de monstruos, la destrucción del laboratorio, el baile de Yuri, entre otros muchos. La dirección musical da prioridad a los temas musicales cantados por la letrista y la cantante Miki Matsubara, entre los que se encuentran el opening “Safari Eyes”, el ending “Pas de Deux” y la insert song “Over the Top”. Sin embargo, e incluso si no se trata de piezas cantadas, se subraya el factor musical en conjunción con unas imágenes que destacan por su creatividad visual.

En conclusión, Dirty Pair: Project Eden es uno de los mejores títulos dentro de la franquicia iniciada por las novelas de Haruka Takachiho. Esta comedia de acción sigue fiel a su estilo, satirizando la Guerra Fría e involucrando a una versión del Xenomorfo de la saga Alien en un experimento evolutivo fallido. Sus nuevos integrantes, Carson D. Carson y Wattsman, fueron todo un acierto en términos de carisma para una franquicia donde los personajes secundarios suelen pasar más desapercibidos fuera del gag de turno. Por supuesto, y al igual que ocurre en otros largometrajes del período como Ranma ½: La isla de las doncellas (1992), la tendencia a incrementar la porción sexual se manifiesta en el diseño de los uniformes de Kei y Yuri y la introducción de situaciones picantes que alegren la vista al público. La acción tampoco no se deja de lado, ya que de inicio a fin encontramos secuencias de acción excelentes como el duelo entre Carson D. Carson y Bruno. Por otro lado, Dirty Pair se aproxima al fenómeno del videoclip subrayando su naturaleza musical a partir de los temas cantados de Miki Matsubara y potenciando el aspecto visual gracias a piezas animadas como el opening realizado por Koji Morimoto. Si buscas comedias de acción al estilo de Project A-ko (1986) o títulos de acción más desenfadados como Space Adventure Cobra (1982), te recomiendo echarle un vistazo.

Calificación: 8

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