Reseña: Yu-Gi-Oh! GX


Sinopsis

En el mundo de Duel Monsters, una nueva generación de duelistas espera su turno para conseguir el título más grande: El Rey de los Juegos. Como un aspirante a duelista, el optimista Jaden Yūki se matricula en la Academia de Duelos, una reputada institución encargada de formar a potenciales aspirantes. Sin embargo, en su primer día, la actitud relajada y descuidada de Juudai le hace llegar tarde a su examen de ingreso. Allí, tropieza con una figura misteriosa que le confía la carta Kuriboh Alado, una carta que se convierte en el nuevo compañero de Jaden. Una vez pasa su prueba de admisión, derrotando al elitista del Dr. Crowler, Jaden se convierte en Slifer Rojo. Aquí tendrá que enfrentar a numerosos duelistas, destacando entre ellos Chazz Princeton, pero contará con el apoyo y la amistad de otros duelistas como Syrus Truesdale, Alexis Rhodes y Chumley Huffington.

Trama y Desarrollo

Hoy en día es imposible no conocer Yu-Gi-Oh! porque desde finales de los años 90 ha ido convirtiéndose en una marca relevante donde se reúnen juego de cartas, manga, serie de animación, filmes, videojuegos y un largo etcétera. Uno de los productos más importantes de esta franquicia multimedia lo son sus series de animación, iniciando por la archiconocida Yu-Gi-Oh! Duel Monsters (2000-04) y acabando en la reciente Yu-Gi-Oh! Sevens (2020-22). Aquí voy a prestarle atención a Yu-Gi-Oh! Duel Monsters GX (2004-08) porque, junto a la primera serie, fue la que más me gustó en su época. Esta producción fue realizada una vez más por Gallop, acumulando un total de 180 episodios cuya dirección le correspondió a Hatsuki Tsuji, director, animador y artista de storyboard que se ha especializado en series de televisión y largometrajes de target infantil como Pokémon, Detective Conan o Cardfight!! Vanguard. Sin embargo, mi intención es abordar únicamente la primera temporada de la versión de 4Kids Entertaiment, ya que nunca he estado en contacto con la versión japonesa y no quiero alargar demasiado esta reseña. Veamos qué nos ofrecen.

La primera mitad de esta temporada de Yu-Gi-Oh! Duel Monsters GX, formada por 26 episodios, se centra básicamente en la introducción de la Academia de Duelos: los duelistas principales, las nuevas mecánicas del juego de cartas, el funcionamiento de la escuela, las rivalidades entre alumnos, las dinámicas entre dormitorios, entre otras cuestiones menores. La fórmula básica del arco introductorio es la presentación de historias autoconclusivas ―cuya duración oscila entre 1 y 2 episodios― donde Jaden se enfrenta a diferentes estudiantes de la Academia por acción de las artimañas del Dr. Vellian Crowler, el cual pretende expulsarlo de la institución tras su humillación en la prueba de admisión. Por lo general, esta fórmula hace cierto énfasis en la continuidad entre episodios, exceptuando aquellos que van desde el 13 al 20. A partir de ahí la continuidad regresa con el arco del duelo interescolar entre la Academia de Duelos central y la del Norte. Tristemente, el status quo es una constante, siendo por ejemplo evidente en los intentos frustrados del Canciller Sheppard de promover de rango a Jaden y Bastion. 

La función principal de esta introducción es pararnos en el grupo protagónico: Jaden Yūki, Syrus Truesdale, Chumley Huffington, Alexis Rhodes, Bastion Misawa, Zane Truesdale, Chazz Princeton y el Dr. Crowler. El problema de este grupo es que estamos ante personajes muy planos, cuya caracterización se limita a un par de rasgos y sin muchas facetas que explotar. Ni siquiera exudan mucho carisma, aunque los monólogos y diálogos de la versión de 4Kids incidan en el humor y el sarcasmo. El protagonista es un caso algo preocupante, ya que Jaden se define fundamentalmente por su pasión por los duelos, mostrando una actitud optimista y confiada en todo momento. Sus otras características son un compendio de rasgos muy comunes entre los protagonistas de la demografía shōnen, actuando incluso como un héroe al salvar y ayudar de manera desinteresada a aquel que lo necesite. La única excepción tiene lugar en el capítulo 34, donde tras sus malas experiencias con los Jinetes de las Sombras desarrolla cierta inseguridad que se expone en su duelo contra Kaibaman.


El problema es que Jaden ocupa un lugar demasiado prominente en la obra, dejando normalmente al resto de miembros del elenco en una posición de espectadores cuando no combaten con él. Jaden participa en, nada más y nada menos, que 17 de los 20 duelos disputados. Uno de los damnificados es Alexis Rhodes,  que tras el duelo con Jaden su papel se reduce a ser un personaje de fondo que acompaña a Zane o ser objeto del interés romántico de Syrus y Harrington. Bastion Misawa podría incluirse sino fuera porque el personaje deja una buena impresión en los únicos dos duelos que participa, sobre todo al poner contra las cuerdas a Jaden al descubrir la importancia de Polimerización en su mazo. Además, su caracterización de genio matemático y analítico difiere de otros “cerebritos” al tener un perfil más atlético que encuentra diversión fuera de un aula o una biblioteca.

Su mejor apuesta fue Chazz Princeton, aunque en un inicio dejara la imagen de ser un Seto Kaiba menos carismático, con su caracterización de niño rico y vanidoso enemistado a muerte con Jaden. Sin embargo, su marcha de la Academia supuso un giro inesperado para el personaje, quien aprende que la forma de ser un mejor duelista radica en sacar partido a las cartas que tiene y no gastando millones de dólares y del que sabemos que su frustración es parcialmente fruto de la presión que ejercen sus hermanos mayores sobre él para obtener éxito. Este arco de personaje se completa en el cap. 35 cuando vence a sus familiares con un mazo de monstruos con menos de 1000 puntos de ataque, siendo fiel a su aprendizaje y alabando la unión filial que existe entre el trío Ojama.

Otro que sale medianamente bien parado es Syrus, ya que si bien su inseguridad y miedo son reiterados en exceso, al menos, tiene una instancia de crecimiento en el duelo de etiqueta contra los Hermanos Paradoja. Un arco que, a propósito, habría sido mejor sino fuera porque Zane no es juzgado negativamente por actuar como un pésimo hermano mayor al contribuir a su inseguridad en el pasado. Por último, personajes como Chumley y el Dr. Crowler son totalmente olvidables, sea porque el primero no tiene más que ofrecer que una actitud floja y un gag monótono sobre el queso fundido o sea porque el segundo es un villano patético cuyos pretextos para expulsar a Jaden se vuelven más peregrinos. Por supuesto, los duelistas de capítulos autoconclusivos no merecen atención porque la mayoría no aporta nada a la construcción de mundo o los temas de la obra, siendo ridículos por el propio concepto (el mono duelista y la parodia de Tarzán) o por conflictos infantiles como fruto de una derrota.

La segunda mitad de la temporada, formada también por 26 episodios, cambia inmediatamente el foco a la primera amenaza real que debe enfrentar el grupo de héroes: el resurgir de las Bestias Sagradas, un trío de cartas selladas bajo la Academia de Duelos cuyo despertar provocaría la destrucción del mundo. La trama está inspirada en los arcos argumentales del primer Yu-Gi-Oh!, sobre todo la Saga de Ciudad Batallas con las Bestias Sagradas teniendo como modelo a los Dioses Egipcios y la organización de los Jinetes de las Sombras compartiendo rasgos con los Cazadores Raros. Si bien el arco argumental no cae en la imitación, desechando la idea de un torneo; y hace mucho énfasis en la continuidad argumental, sin historias autoconclusivas vacuas ―con la anomalía de los capítulos 38 y 42―; está lejos de ser perfecto.

Un primer aspecto es el worldbuilding que rescata muchos elementos procedentes del primer Yu-Gi-Oh! (Juegos de las Sombras, el Ojo de Anubis, el pasado del Antiguo Egipto, etc.), pero cuya construcción es deficiente. Un ejemplo son los Amuletos de las Sombras, que son una versión muy inferior de los Artículos Milenarios. Aunque es comprensible que no tengan un trasfondo, apenas sirven como forma de identificar visualmente a los Jinetes de las Sombras y sus poderes no tienen aplicaciones reales con excepciones com. la Gargantilla de Cámula. Un segundo ámbito a valorar es la dificultad del reto que afrontan los duelistas de la Academia, que en un principio les exige mucho por el agotamiento de Jaden contra Velo Nocturno y las derrotas seguidas del Dr. Vellian Crowler y Zane Truesdale. No obstante, la introducción de antagonistas de cariz humorístico ―Don Zaalog y Abidos Tercero― y la presencia de capítulos desenfadados provoca que la amenaza se desdibuje bastante hasta recuperarse en su tramo final con Amnael. Con todo, el riesgo está presente porque los Juegos de las Sombras les obligan a jugarse el alma en sus duelos.


Como remate, una última dimensión a considerar está relacionada con el papel de los héroes en la segunda parte. Una vez más Jaden sigue acaparando el protagonismo absoluto, siendo el que se ocupa de vencer a los Jinetes de las Sombras que sus amigos son incapaces de derrotar. No obstante, en esta ocasión logran que una sección de sus compañeros abandonen su posición entre el público, por lo que no solo derrotan a algunos de los enemigos sino que hasta protagonizan varios de los episodios de relleno. Aquí los que salen mejor parados son Chazz Princeton, cuya faceta gruñona con Jaden y los Ojamas resulta muy divertida y que triunfa al vencer a Don Zaalog; y Alexis Rhodes, redimida en su faceta de duelista al vengarse de Titán y ayudar a su hermano mayor. En cambio, Bastion y Zane son injustamente tratados. Con Bastion el anime trata de explorar su faceta emocional, lejos de la lógica científica que le caracteriza, sacando a relucir una debilidad por las mujeres en su relación con Tania. El problema no fue tanto su derrota como el trato que recibió luego, siendo humillado sin revancha y convertido en un cursi enamorado del que se hacen chistes. De otro lado, uno se pregunta cuál era la intención de elegir a Zane si al final cayó vencido por una trampa cuyo propósito parece que fue retirarlo hasta su duelo de graduación. Desde una visión positiva, al menos, su decisión de salvar a su hermano menor expuso mejor su vínculo fraternal en comparación al capítulo 8.

Una cuestión en la que merece realizar hincapié es el retrato de la Academia como institución educativa. Si bien uno entiende el tono infantil de Yu-Gi-Oh!, el mensaje en contra del elitismo académico se encuentra muy simplificado hasta el punto en que el worlbuilding relacionado con el funcionamiento de la Academia parece hecho sin ganas. Un buen ejemplo es la clasificación de los estudiantes en Slifer Rojo, Ra Amarillo y Obelisco Azul, rangos que en la práctica no demuestran clasificar a los estudiantes según su desempeño académico. Ejemplos los tenemos con Bastion, que es transferido a Ra Amarillo a pesar de ser estar muy por encima de la media de los Obeliscos Azules; o Dimitri, que según cuentan perdía todos sus duelos por imitar otros mazos, pero seguía en Ra Amarillo en vez de Slifer Rojo. Asimismo, la jerarquía por rangos es incongruente porque los alumnos no reciben una educación diferenciada, asistiendo a las mismas clases y otorgando mayores recursos (alimentación, alojamiento, instalaciones, etc.) a los que más tienen en vez de a los que más lo necesitan. Hasta la caracterización de los grupos es pobre, dando lugar a que la actitud de estudiantes genéricos de Ra Amarillo y Obelisco Azul sea idéntica en relación a su trato discriminatorio y comportamiento desagradable con los alumnos de Slifer Rojo (véase el cap. 21 donde aparece Gerard).

Otra constante en Yu-Gi-Oh! Duel Monsters GX es recuperar conceptos o personajes de la anterior serie de Yu-Gi-Oh!. Algunos ejemplos que vemos en el anime son las apariciones de un falso Rompecabezas, el Juego de las Sombras, el mazo en acción del Rey de los Duelistas, los Hermanos Paradoja, Kaibaman o la Chica Maga Oscura. En general, este recurso no tiene una importancia crucial en el desarrollo de la trama, con muchos de los episodios donde se acude al pasado sin repercusiones significativas. De hecho, muchas participaciones son indirectas a través de personajes nuevos como Dimitri, que imitaba a Yugi Muto con su mazo robado; y Kaibaman, quien es un Espíritu de Duelo que copia el mazo de Seto Kaiba. La excepción son los elementos que sirven para edificar el lore de los Jinetes de las Sombras y las Bestias Sagradas. En mi opinión, el propósito fue apelar a la nostalgia del público que previamente había visto Yu-Gi-Oh! Duel Monsters porque la intertextualidad entre ambas series es limitada al punto de solo aporta detalles con una mínima trascendencia.


Finalmente, hay que subrayar el aspecto clave que es responsable del encanto de Yu-Gi-Oh!: los duelos. Si algo nunca falta en un episodio es un juego de cartas, tendiendo a durar cerca de la mitad del capítulo y en algunas ocasiones alargarse hasta la conclusión del siguiente. Si bien esto explica la delgadez de la trama y la falta de dimensionalidad de los personajes, los duelos por sí mismos son un poderoso aliciente para los espectadores. Un factor es la diversidad de mazos, personalizados según el duelista a enfrentar. Véase por ejemplo el mazo de Bastion, que refleja su interés por las ciencias físicas con monstruos como Dueterion, Hydrogeddon u Oxygeddon. La mayoría tiene un as en la manga que sirve como rostro principal del mazo, como el Dragón Armado LV7 del tercer mazo de Chazz Princeton, el cual invocan a partir de una serie de sacrificios y recuperándolo a partir de cartas como Resurrección de Monstruo. Además, los mazos se van actualizando para evitar la monotonía, sobre todo con Jaden quien va presentado nuevos tipos de Héroe Elemental.

Otro factor son las mecánicas, nuevas o antiguas, donde somos testigos de las nuevas cartas de hechizo o trampa así como de los nuevos efectos que tienen los monstruos. Si alguien no está muy familiarizado con Yu-Gi-Oh! se sorprenderá de la cantidad de combinaciones que pueden surgir. Desde mazos que destacan por monstruos con muchos puntos de ataque de base hasta aquellos que los obtienen gracias a la fusión o el uso de potenciadores. Todo es posible. No obstante, esto sería insuficiente sino fuera por una dirección dinámica y efectista, donde el ritmo de las jugadas es veloz y los duelistas optan por el dramatismo cuando anuncian un efecto desconocido, levantan una carta trampa o caen de rodillas al recibir un ataque directo. Una última “virtud” es el hecho de que Yu-Gi-Oh! Duel Monsters GX intenta respetar las reglas del juego real, aunque siga habiendo cartas exclusivas para el anime y los monstruos en posición de defensa sigan sin estar boca abajo cuando son invocados. Tal vez mi mayor queja sea que los duelos siguen un esquema que se repite en la mayoría de ocasiones y que las explicaciones de Jaden se vuelven monótonas por la enorme cantidad de veces que le hemos visto jugar las mismas cartas.

En conclusión, la primera temporada de Yu-Gi-Oh! Duel Monsters GX es una decepción para cualquiera que aspire a algo más que disfrutar de los numerosos y espectaculares duelos protagonizados por Jaden Yūki. La mayoría de sus nuevos personajes, salvo Chazz Princeton, no tienen la planta necesaria para sustituir a grandes personalidades como Atem, Seto Kaiba o Joey Wheeler. La ausencia de rivales interesantes entre los capítulos 13 a 20 y la muy deficiente construcción de la Academia de Duelos tampoco ayudan a mejorar el conjunto en general. Si algo salva los muebles es la edificación de la amenaza y el mayor rol de los personajes secundarios que tiene lugar en la saga de los Jinetes de las Sombras, con una mejora sustancial en la calidad del contenido a pesar de que la nota predominante continúe siendo la superficialidad.

Calificación: 4

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