- Año: 1991
- Duración: 90 minutos
- Estudio: Mushi Production
- Género: Bélico, Drama
Lejos de la guerra, pero no del dolor
Sinopsis
Tokio, 1940. Japón se encuentra en plena guerra contra China, intentando ocupar su enorme país con su fuerza. En ese contexto, seguimos los pasos de Kayoko, una niña de ocho años, que vive apaciblemente con su numerosa familia en un barrio de Tokio. A medida que pasan los años, la niña crece, pero... ¿hay crecimiento que pueda superar la pérdida de casi toda una familia?
Trama y Desarrollo
Tras Hadashi no Gen (1983) y La Tumba de las Luciérnagas (1988), los dramas de guerra con un niño y su familia por protagonistas se hicieron populares en el anime. En particular, la primera mitad de los años 90 tiene bastantes de estos trabajos. Ninguno tan sobresaliente como el último mentado, pero son valiosos por lo que enseñan. Aquí sobresale Seiji Arihara, quien no solo dirigió esta película sino también otros muchos filmes de temática bélica. Veamos cómo, en esta ocasión, trata de abordar dicha temática.
La propuesta de Arihara es un drama bélico que difiere de las películas dirigidas por Mori Masaki e Isao Takahata por varias razones. Estamos ante una historia más costumbrista sobre una familia en época de la II Guerra Mundial. El centro de la narración, sin embargo, lo ocupa el crecimiento de la más pequeña, que debe hacerse mayor a marchas forzadas por la incidencia del conflicto en su vida. A diferencia de otras obras de corte bélico, este largometraje nos muestra la guerra como algo más lejano. Está ahí, por supuesto. No obstante, esta no tiene un efecto explícito y directo como en otras. En vez de exponer todo el horror, en forma de muerte y destrucción, prefiere prescindir de él. Opta por alejarse del epicentro del conflicto, dejándonos solo al final con el dolor de la protagonista y su hermano al ver cómo se quedan sin familia y sin hogar al que regresar.
La elección resulta desconcertante porque la mayoría de filmes bélicos siguen vías más seguras para explotar el drama que supone la guerra: familias destrozadas, soldados cayendo ante una ráfaga de balas, escuelas y hospitales en llamas, bombarderos aniquilando toda una ciudad, etc. Sin embargo, a veces pecan de falta de sutileza al cubrir de elementos dramáticos cada instante. Todo ello con la intención de lograr una respuesta emocional por parte del espectador. Y a veces no les importa forzarla. En cambio, aquí hay un drama más contenido, donde los elementos referidos a la guerra se van introduciendo paulatinamente en la vida de la niña y su familia, mientras avanzamos en el tiempo, año a año.
En un principio, la obra se sitúa en el año 1940. Es decir, Japón aún no había entablado combate con Estados Unidos y el resto de países de la esfera de los aliados. Simplemente estaba en guerra con China. Sin embargo, una vez se consume la mitad del metraje, podemos ver cambios significativos en la familia y la población debido a las victorias y a la guerra oficial con Estados Unidos. Podemos ver como los japoneses están cada vez más implicados en la victoria del ejército japonés, así que les apoyan entregando parte de sus posesiones, que serán convertidas en material bélico. En particular, aquí hubo un par de detalles perfectos. El primero sería la cesión de la olla de sukiyaki, que al inicio fue usada para comer un plato exquisito, pero que ahora representa el comienzo de las privaciones. El segundo lo constituye el diálogo entre el marido y la esposa, al revelarse que los juguetes serán donados serán transformados en explosivos.
En fin, nadie duda de las palabras del emperador, que afirma que los japoneses saldrán victoriosos. De esta forma, todos se sienten confiados sin pensar en lo que ocurrirá después. Hasta puedes ver a los niños entusiasmados, luego de que en el colegio y en la radio se hable constantemente de ello. En ocasiones, hasta gritan banzai para mostrar su apoyo al país. Más tarde, el empeoramiento del conflicto provoca que algunas familias se muden y otras tengan que hacer más esfuerzos. Pero lo peor llega cuando nuestra protagonista tiene que oír de boca de su hermano lo sucedido con sus padres y el resto de la familia. Esto demuestra que no son necesarias grandes escenas de muertes y destrucción para lograr que el espectador se sienta conmocionado por las desgracias que ocurren en una guerra y, por ende, que afectan a todo tipo de personas.
Respecto a esto, admito que la película no aprovecha todo su potencial como drama de guerra. No en el sentido de que necesitaba añadir una masacre sino de incidir más en las penurias del tiempo en que están. En cómo sus efectos devastadores influyen más agresivamente en los personajes y, sobre todo, en el crecimiento de la niña. Hasta bien pasado el primer tercio del filme no podemos siquiera decir que la necesidad de madurar sea fruto del conflicto sino de una época más dura que la actual, sin ignorar las circunstancias específicas del momento. Desde mi punto de vista, no debería haberse enfrascado tanto en la etapa anterior a la entrada de Japón en la II Guerra Mundial porque aún no eran tan visibles los citados efectos.
Sobre nuestra protagonista, Kayoko Nakane, puede decirse que sigue un desarrollo muy coherente. Es decir, sigue siendo una niña al terminar la película, pero observamos los cambios que sufre. Para empezar, ella es una niña que catalogaríamos de alegre, obediente y buena. Entre su familia tiene un apego especial por su madre, a quien siempre acude cuando necesita resolver un problema. Véase, ir acompañada al baño de noche. Cuando no logra encontrar una respuesta tiende al llanto, algo que es inconveniente para una niña que pronto se convertirá en hermana mayor. Sin embargo, no diría que es una niña mimada como afirmaba la abuela. Simplemente es de aquellas personas que necesitan esforzarse más para valerse por sí mismas, ya que Kayoko no es muy brillante en lo que se propone. Tampoco es muy guapa y al comparar con sus hermanos, parecen tener más claro lo que van a ser.
En cualquier caso, el apoyo de su madre y las dificultades de la guerra le hacen crecer, aprendiendo a aguantar las lágrimas y dedicándose más a las tareas del hogar. Es decir, se convierte en alguien más responsable y madura. Sin duda una evolución satisfactoria que culmina con la aceptación de la muerte de sus padres y hermanos. Respecto a los otros personajes, no creo que sea interesante tratar individualmente con ellos. Como en muchas películas, aquí importa la protagonista. Sin desmeritar a nadie, porque la verdad están mejorar elaborados que los de Hiroshima, lo que nos importa es su relación con la protagonista. Pero si tuviera que nombrar a alguien me quedaría con la madre porque posee dos virtudes: ser cariñosa y comprensible. Pero la familia al completo genera empatía en la audiencia, por mucho que los personajes no sean interesantes a nivel individual. Un problema que comparten casi todos las historias que buscan una imagen más realista de la vida.
Sin embargo, eso no impidió que afloraran los sentimientos porque la cinta se esforzó en establecer un vínculo entre nosotros y esta familia. En este sentido, tanta preparación resultó efectiva a la hora de golpearme emocionalmente en escenas como la despedida de Kayoko o la recepción de la noticia que tanto nos temíamos: la muerte de la familia. Personalmente, la primera fue más potente porque se notaba que el lazo entre madre e hija era muy fuerte. No solo la niña necesitaba de la madre sino que la madre también precisaba de estar con ella. Cómo no, era su niña querida. Como punto final, quiero aclarar que el ritmo lento nunca constituye un inconveniente dado que ayudó a la gestación de las principales virtudes del filme.
Calificación: 8
4 Comentarios
(ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧ Holaaa!!!
ResponderEliminarCon solo ver el dibujo de esta película ya sé que esta llena de temas de ese tipo, realmente me recordó mucho a la tumba de las luciernagas, la verdad no conocía la película pero no me cierro a la posibilidad de verla en algún momento, gracias por compartirla :D
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穛 S4Ku SEK4i®
Buenas,
EliminarPues a mí sinceramente el trabajo de ilustración y diseño de personajes no me indica mucho los temas a tratar, aunque supongo que tendrás buena intuición. Yo le daría una oportunidad a la película.
Saludos
Se me hizo fácil por 2 cosas la primera la tumba de las luciernagas tenía un dibujo similar, y lo otro es lo que tu mismos nos cuentas es por ello que lo he mencionado. :D
EliminarNo la he visto, pero la animación luce muy buena. La tendré que ver, ahora que ando viendo casi todas las de Ghibli, y la ilustración es similar.
ResponderEliminar¡Un abrazo!