Reseña: Midori no Hibi



Sinopsis

Seiji Sawamura, alias "Perro Salvaje", es un gamberro temido entre los chicos más problemáticos de la ciudad. A pesar de estar orgulloso de su fuerza y renombre, su actitud intimidante y la frecuencia con la que se mete en peleas han provocado que cualquier chica evite acercársele. Así, nuestro protagonista sostiene un récord de 20 rechazos seguidos que parece no tener fin. Una situación que Seiji detesta, ya que está desesperado por tener novia y experimentar su primer amor como cualquier otro chico de su edad. Su desesperación es tal que está dispuesto a dejar de pelear. Este ofrecimiento, sin embargo, es escuchado: su "mano derecha del demonio" es sustituida por una joven en miniatura llamada Midori. Esta le confiesa que siempre le ha amado, aunque no fue capaz de decirlo hasta este momento. En otras circunstancias, Seiji se sentiría feliz, pero ahora debe buscar la forma de regresar a Midori a su estado normal y evitar que nadie se entere del secreto. ¿Será capaz de hacerlo o fracasará en el intento?

Trama y Desarrollo

Kazurou Inoue, ¿os suena? Su nombre no era desconocido en la primera década del XXI, aunque solo para los fans de aquellos mangakas cuya dedicación era suministrar comedias románticas a un joven público masculino. Algunos títulos suyos como Ane Comi (2008-2012) y Mahou no Iroha (2009-2011) terminaron prematuramente, con apenas un par de tomos. Mayor suerte tuvo Ai Kora (2005-2008), publicada en la prestigiosa Shounen Sunday y recopilada en 12 tomos. Todos ellos, sin embargo, no lograron igualar el éxito de su primer manga: Midori no Hibi (2002-2004). A pesar de su mayor brevedad, en relación al anterior, este manga consiguió una adaptación al anime producida por Studio Pierrot que le puso en el radar de muchos fans del género. Aquí no vamos a pronunciarnos mucho sobre el anime porque, a grandes rasgos, son la misma obra, pero en el caso animado nos presentan una adaptación abreviada, más reducida en contenido aunque no falta de escenas y secuencias que mejoran al original. Veamos sus virtudes y defectos.

El planteamiento de Midori no Hibi recurre a la clásica figura de la magical girlfriend, es decir, un arquetipo de personaje femenino que se caracteriza por ser una hermosa joven de naturaleza y cualidades especiales que se enamora y convive con un chico sin atributos espaciales ni suerte en el amor, cambiando su monótona vida para siempre. Alienígenas, diosas, vampiras, chicas virtuales y un largo etcétera. Kazurou Inoue, sin embargo, optó por retorcer más las posibilidades: la novia mágica del protagonista debería ser su propia mano derecha. Para muchos esta idea, sobre el papel, suena de lo más pervertida y marciana. Algo que solo podría emerger de la mente desquiciada de un mangaka. Paradójicamente, y aún con sus pinceladas de erotismo, el título fue más inocente, encantador y divertido de lo que cabría esperar. 

Antes de ir con ello, estoy obligado a presentar a la pareja principal: Seiji Sawamura y Midori Kasugano. Por un lado, Seiji Sawamura se aproxima al chico problemático que se mete en peleas todo el rato. Sin embargo, él no busca imponer su ley o destacarse en la ciudad porque actúa solo cuando cuando le molestan y en favor de sus amigos y aquellos que lo requieren. Otro hecho relevante de este joven malhumorado y de trato grosero es  la falta de honestidad con sus sentimientos, expresándose con dificultades y mucha vergüenza cuando se trata de asuntos románticos y sentimentales. Algo similar le ocurre con el sexo femenino, poniéndose nervioso al ver a una mujer desnuda o interactuar con chicas guapas (su debilidad). Con todo, Seiji aspira a ser como el actor Shou Aikawa, su ideal de masculinidad. Por otro lado, Midori Kasugano exhibe dos caras: la Midori chiquita, que se caracteriza por ser cariñosa y honesta al punto de lo empalagoso; y la Midori auténtica, dominada por una inseguridad que le pone trabas al relacionarse socialmente y que le impide declararse a su amado. Ambas coinciden en su empeño en el estudio y el hogar, es decir, Midori es una estudiante responsable y una ama de casa ideal.


Como se puede observar, nos hallamos ante un dúo protagónico muy sólido en lo relativo a su caracterización. Su relación, sin embargo, es lo que me ha impulsado a hablar de alegría, calidez e inocencia. Por lo general, su interacción y dinámica son un placer a nuestros ojos. El comportamiento afectuoso y voluntarioso, aunque un tanto falto de sentido común, de Midori provoca situaciones en las que ella intenta hacer algo romántico como tejer una bufanda a mano, hacer un almuerzo en forma de corazón, expresar su amor alegremente, entre otras circunstancias habituales. Como cabría esperar, la reacción masculina está coloreada de rojo, es decir, de un fuerte sonrojo y vergüenza con un ligero enojo. Sus cortocircuitos suelen ser mayores cuando la propuesta de Midori involucra algo que le cuesta hacer. De ejemplo está la vez en que le pide decir "Te amo". Con todo, la relación se manifiesta hermosa por el esfuerzo que hacen el uno por el otro en las ocasiones más complicadas, especialmente por los obstáculos de su simbiosis. Véase aquellos momentos donde el joven protege a Midori frente a los daños o la exposición pública, aunque hay otros más íntimos como Midori cuidando la casa o Seiji tratando de curar su resfriado.

Tampoco debemos olvidar que esta relación se convirtió en el terreno apropiado para su desarrollo personal. Ambos parten de unos problemas individuales que a lo largo del corto recorrido y a partir de las experiencias vividas juntos les sirven para resolverlas. Del lado del gamberro, el protagonista se encontraba en una posición incómoda por su carácter solitario, tendencia a meterse en peleas e irresponsabilidad. La influencia positiva de Midori, no obstante, le ha permitido disfrutar cada día en compañía, volverse más cumplidor con sus estudios y las tareas del hogar, ganarse el interés romántico de otras chicas y hacer que los compañeros de clase dejen de tenerle miedo. Del lado femenino, la inseguridad y timidez de Midori eran las grandes trabas para su felicidad. La irrupción mágica en la vida del delincuente parecía la solución, pero en realidad no era un cambio real y su situación estaba causando problemas a su familia y amigos. Afortunadamente, la convivencia le permitió darse cuenta de que este sueño no podía ser para siempre, por lo que si quería ser feliz con Seiji para siempre debía confesarse siendo ella misma.


Una circunstancia especial de su relación —importante para la narración— es la necesidad de evitar que nadie descubra el secreto de Midori mientras buscan una solución al problema. Si alguien lo supiera la continuidad de su vida común tendría un fin doloroso, convirtiéndose en objeto de interés mediático y fenómeno paranormal. En teoría, este hecho genera cierta tensión porque los dos pueden cometer un simple error que les conduzca a revelar su extraña situación. Al margen de los métodos diarios para ocultarla, el manga expone con frecuencia situaciones donde ambos tienen que fingir que es una muñeca o distraer la atención de lo que oculta en la mano derecha. Algunos personajes como Shirou Makinoha, el científico loco, buscan activamente destapar el pastel, aunque sin éxito. Con todo, la realidad es que la situación de Midori es relativamente segura. Individuos como Shuichi, Kouta y Rin son conscientes de ello, pero no son una amenaza real o no piensan decir nada a corto plazo. 

Mientras transcurre la nueva vida de la parejita nos encontramos con una serie de personajes recurrentes que forman parte de su entorno como compañeros de clase, matones, familiares y demás. Sus roles difieren, siendo testigos de rivales amorosas, amigos en apuros, amenazas, entre otros. Un elenco diverso que resalta más, sin embargo, por sus peculiaridades y las situaciones en las que se involucran. De la misma forma, todos obtienen alguna conclusión en esta aventura, sea estrechando lazos o madurando a nivel personal. Entre ellos tenemos a Osamu Miyahara, gran amigo y admirador de "Perro Salvaje", pero siempre está en problemas por lo que el jefe tiene que ir a salvarlo; Shuichi Takamizawa, un estudiante cuya gran pasión es el coleccionismo de figuras anime y muñecas; Kouta Shingyouji, el compañero de clase de Midori, debilucho e ingenuo, cuyo amor hacia Kasugano termina desplazado por la "admiración" hacia Sawamura; Rin Sawamura, la temida y cruel hermana mayor de Seiji, quien expresa su afecto fraternal molestándolo desde crío y dándole problemas innecesarios; o Shiori Tsukihima, una niña pícara que ama platónicamente a Seiji, aunque él ignora todos los intentos por lograr su atención al verla como una hermana menor. 

Uno de los personajes más recurrentes —y de los más queridos— es Takako Ayase, la principal rival amorosa de Midori. La delegada de clase es una mujer directa, estricta, responsable y trabajadora que se define por sus fuertes principios morales. De hecho, intenta materializar su código moral mediante acciones activas como su rechazo a la violencia juvenil. Por ese motivo, odiaba a nuestro héroe, pero sus sentimientos se transforman en amor al ver cómo no utiliza la violencia en su beneficio. Irónicamente, a partir de aquí presenciamos otra faceta de Ayase muy distinta a la habitual. En vez de ser igual de honesta, Ayase intenta enamorar a su crush ideando elaborados planes de conquista que, mediante la creación de situaciones románticas, le ayuden a que el joven la mire de otra forma y ella pueda confesarse. Por desgracia, Sawamura es un despistado que ni consideraba románticamente a Ayase. Para más inri, sus planes acaban en un accidente "sucio" que la enfada y avergüenza, teniendo que repetir la jugada en otra ocasión. Más tarde, la guapa extranjera Lucy Winrad se convierte en una rival que complica aún más sus proyectos. No obstante, los continuos fracasos y el carácter abierto de Lucy le hacen darse cuenta de que el gran problema es su falta de honestidad y decide confesarse sin temer el rechazo. No logra su meta, pero Ayase destaca como uno de los personajes más notables gracias a los esos momentos causados por su obstinación y esfuerzo por conquistar a Sawamura.


Otra cuestión que me gustaría abordar es el propio recorrido del manga. Muchas son las víctimas del mal que perjudica a los mangas exitosos: la popularidad. Midori no Hibi no forma parte de este grupo de damnificados con apenas ocho tomos en su haber, aunque hay que matizar. Al igual que en otras love comedies, el manga de Inoue no tuvo un desarrollo muy lineal, plagado de eventos fundamentales para su progresión. No obstante, su fórmula permitió distintas posibilidades que fueron aprovechadas sin reiterar demasiado los mismos escenarios. Y, por si fuera poco, se permitió ir construyendo el crecimiento personal de los distintos personajes. Una pega, sin embargo, fue que abusó del capítulo conclusivo en vez de elaborar historias más largas que permitieran una construcción argumental —sobre todo el aspecto dramático— de mayor factura. Con todo, en los últimos dos tomos observamos una edificación más sólida encaminada a concluir bien la senda de los distintos secundarios y sirviendo sus experiencias de catalizador para la ida final de Midori. En particular, quisiera recordar la bonita confesión de Ayase, quien recuerda y admite todos los errores que cometió. Sin duda, el empujón que requería Midori para materializar el cambio.

En conclusión, Midori no Hibi es una comedia romántica con toques picantes que debería estar en el catálogo de los aficionados al género. El planteamiento sugiere excentricidad y la ilustración del autor no promete unos diseños de personaje atractivos, pero el título inmediatamente nos conquista con lo ocurrente de sus historias y la simpatía de sus personajes. Del grupo destaca la pareja protagonista cuya caracterización e interacciones resultan entretenidas, sobre todo por el contraste entre el arisco Sawamura y la cariñosa Midori. Igualmente, tampoco se desatiende a los demás, que crecen y concluyen esta parte de sus vidas. El mayor inconveniente, sin embargo, reside en mejorable construcción de sus distintas historias. En general, Midori no Hibi no alcanzó la brillantez intelectual de otros obras, pero Kazurou Inoue reunió los elementos y los mecanismos necesarios para tallar una pequeña joya que personalmente seguiré admirando.

Calificación: 7

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