Análisis: Yu Yu Hakusho - Saga del Detective Espiritual (Parte 1)


Sinopsis

Yusuke Urameshi es un estudiante de 14 años conocido entre sus compañeros por ser uno de los mayores gamberros del instituto. Sin embargo, a pesar de su naturaleza problemática, no es un mal chico. De hecho, sus buenas intenciones le salvan la vida a un niño a punto de ser atropellado. Por desgracia, Yusuke no tiene la misma suerte y se convierte en un fantasma. Cuando pensaba que ya había llegado su hora, Botan, una shinigami encargada de guiar las almas de los muertos, le informa que aún puede volver a la vida. No obstante, este favor no será completamente gratis porque desde el Más Allá le exigen que, a cambio, se convierta en investigador espiritual. Su trabajo no será nada fácil porque, junto a un grupo de compañeros, tendrá que hacer frente a monstruos y demonios que amenazan el mundo humano.

Introducción

Al igual que Saint Seiya (1986) y Dragon Ball Z (1989), Yu Yu Hakusho (1992) es la adaptación de un manga de la Shonen Jump creado por el autor Yoshihiro Togashi. La responsabilidad de su transformación al medio animado no correspondió a Toei Animation sino a Studio Pierrot. A día de hoy, se puede apreciar que la intervención de este estudio implicó una producción más sólida y una calidad de animación que estaba por encima del estándar televisivo de la época, sin tener que cometer una tropelía similar a la hecha por Toei. Me refiero a no estirar artificialmente el argumento con arcos inventados para asegurar la emisión continua. Para el espectador que ha dejado de ser un niño esta decisión se agradece.

Yu Yu Hakusho, no obstante, es un nekketsu que posee muchos elementos en común con ambas. Desde el poder sobrehumano de sus personajes —y la manifestación de esta enorme fuerza en el combate— hasta el empleo de la lucha como medio para plantear los conflictos y resolverlos. Pero temáticamente también hablamos de un género en la que priman valores como la amistad, el valor, la voluntad humana o, generalmente en esta época, la masculinidad. Kazuma Kuwabara es un ejemplo de estos valores masculinos, que saca a relucir en sus encuentros. Con todo la obra de Togashi, aún sin llegar al nivel que alcanzaría con Hunter x Hunter (2011-2014), resulta poco convencional por su uso del ingenio en el combate, la subversión de las expectativas y las peculiaridades de sus personajes. 

En esta primera entrega, sin embargo, mi intención es exponer mi valoración acerca de los primeros veinticinco episodios de la serie. El conjunto de capítulos, a diferencia de las posteriores sagas, está formado por varios miniarcos que abarcan de tres a ocho episodios. Cada uno de los arcos, aunque mantienen la idea de que Yusuke y su grupo están encargándose de casos espirituales para proteger el mundo humano, carecen de una fuerte conexión entre ellos. Los antagonistas cambian (los tres ladrones, Rando y las Cuatro Bestias Sagradas), así como el objetivo (recuperar los Artefactos de la Oscuridad, evitar la obtención de los secretos de la maestra Genkai y destruir la Flauta Parásito). Al igual que otras obras del estilo, Yu Yu Hakusho fue víctima de una evidente falta de planificación. No solo por la ausencia de conexión sino otros errores que comentaremos. Por fortuna, tuvo la suerte de establecer un grupo de personajes carismático que fue creciendo y dotar a la obra de recursos frescos como sus habituales conclusiones anticlimáticas donde la victoria no tiene lugar o sucede de una forma heterodoxa.

Arco de la resurrección de Yusuke

Como punto de partida, la adaptación comienza con el arco de resurrección. Aquí el protagonista, Yusuke Urameshi, muere y debe buscar la forma de resucitar con ayuda de aquellas personas que le aprecian. Sin duda, la idea resulta chocante y anticlimática para un primer arco. El capítulo inaugural transmite a la perfección este desconcierto porque a los pocos segundos, mientras las imágenes nos situaban en el escenario, un vehículo arrolla sin previo aviso a Yusuke. En este momento pensamos que sobrevivió al accidente porque aparece un plano repleto de personas que observa el cuerpo del chico. Este plano se caracteriza por su punto de vista subjetivo, el encuadre nadir y el leve efecto de giro. Es decir, nos proporciona la idea de que aún está vivo y la cabeza le está dando vueltas. Y, de hecho, abre los ojos, pero... ¡sorpresa! Yusuke está flotando en el cielo mirando hacia abajo. Hasta el narrador hace burla de este hecho diciéndonos «Yusuke Urameshi, 14 años. Se supone que iba a ser el protagonista de esta historia, pero... ¡acaba de morir!».


A esta apertura atípica le seguirían personajes y situaciones imaginativas como la escasa seriedad de la shinigami Botan, la madre alcohólica o el «príncipe besado por la princesa». Con todo, este arco sirve primariamente como una introducción de algunos conceptos y personajes de este universo. El más importante es el Reino Espiritual, una dimensión a donde van las almas de los muertos para ser juzgadas por Enma, la deidad que gobierna los Infiernos y controla el ciclo de vida y muerte. Como ocurría con El Más Allá de Dragon Ball Z, aquí nos topamos con una visión burocratizada de este lugar y personajes de la mitología oriental. De este lugar no sabremos mucho más, dejándonos con un retrato superficial de su organización y funcionamiento. Hablando de personajes, Enma no tiene presencia en la historia porque lo representa su hijo Koenma. 

A diferencia del terrible dios, el heredero es un joven con la apariencia de un bebé. Koenma tiende a ser un mandón, pero revela su lado más infantil cuando está preocupado de que su padre no tenga constancia de sus errores o lentitud al resolver casos importantes. Los ogros que le sirven tienden a recordarle sus errores, pero nunca les hace caso o les reprende. En un rango inferior encontramos al shinigami, el encargado de guiar a las almas de los muertos hasta el Reino Espiritual. Únicamente conocemos a un shinigami: Botan. Como era de esperar, no la identificamos con la imagen tétrica de la mitología japonesa sino con la de una mujer alegre, bien intencionada y torpe. Habla por los codos, por lo que es un poco charlatana y cotilla. Junto a una apariencia atractiva, Botan resulta en un personaje encantador para la audiencia. Sin embargo, al igual que Bulma, no es una peleadora. Botan sirve de personaje de apoyo y alivio cómico, ayudando más adelante a los héroes mediante información de sus misiones, curación, entrega de objetos, etc.

Volviendo al mundo real, parémonos en el trío de personajes relevantes: Yusuke Urameshi, Kazuma Kuwabara y Keiko Yukimura. De manera competente, la adaptación logra proporcionar un retrato apropiado de cada uno de ellos: carácter, relaciones, aspiraciones, modo de vida, sentimientos, etc. Como ejemplo está el primer capítulo en que nos presentan a Yusuke Urameshi. La presentación de su personaje, al igual que la de la nobleza de Kuwabara en el tercer episodio, son muy notables. De partida, Yusuke es mostrado como el clásico delincuente juvenil japonés: un tipo solitario, violento, de mal carácter y muy fuerte. A menudo este gamberro de cabello engominado se expresa de malos modos, sin ser respetuoso y gritando. Parte del profesorado lo detesta y sus compañeros lo temen. En vez de estudiar se dedica a hacer el vago y pelearse con otros macarras. Sin embargo, Yusuke no es un mal chico tal como lo demuestra al aconsejar y salvarle la vida a un niño pequeño.

El siguiente de la lista es Kazuma Kuwabara, el autodeclarado mayor rival de Urameshi. Él también es un gamberro, pero las diferencias entre ambos son apreciables. Kuwabara es un chico testarudo, orgulloso y poco brillante —académicamente es un desastre— cuyo mayor objetivo es derrotar al protagonista porque nunca ha sido capaz de hacerlo en más de ciento cincuenta ocasiones. A pesar de ello, se sigue declarando el delincuente número 1 de su instituto. Su carácter presumido y torpeza le suelen traer problemas, recibiendo golpes y disgustos. Una parte de ellos, sin embargo, son culpa de su debilidad hacia las mujeres. A poco que ellas muestren su lado débil o lindo queda prendado. Pero siguiendo su ideal de hombre también se mete en problemas para ayudar a sus amigos. Como ejemplo está el tercer capítulo en el que decide no involucrarse en peleas durante una semana para que su amigo conserve su permiso de trabajo.


Keiko Yukimura en cambio supone un contraste con ambos delincuentes porque es una estudiante modélica. Como delegada de clase, Keiko es una alumna que destaca en lo académico, deportivo y social. Sin embargo, desde muy pequeña Keiko ha sido amiga de Yusuke y de las pocas personas capaces de ver sus cualidades. También posee sentimientos amorosos hacia él —correspondidos— que se traducen en una fuerte dedicación a él, sea sermoneándole o cuidándole. Es una lástima que Togashi odie tanto a su personaje, dando lugar que a partir de la finalización de este arco se vuelva el material de rapto de los próximos enemigos sin mucho más que aportar a la trama. Con todo, su papel resultó más favorecido que el de Atsuko, la madre de Yusuke. A diferencia de Keiko, ella es un personaje que no sigue el modelo de madre habitual: soltera, alcohólica, mala ama de casa, ... Desafortunadamente, su rol es mínimo y no exploramos demasiado su relación maternofilial.

Pese a que estamos ante un arco introductorio, el proceso de resurrección del protagonista no supone, ni mucho menos, un paseo. El proceso implica cumplir varios requisitos —conservar su cuerpo, por ejemplo—, pero para lograrlo necesita de la ayuda de sus seres queridos. Un trabajo que no resulta fácil en su estado, teniendo que comunicarse mediante sueños o poseyendo el cuerpo de alguien con un gran poder espiritual. Tanto los esfuerzos de Yusuke como los problemas diarios del resto de personajes son un buen entretenimiento, pero podemos observar problemas evidentes en la repetición de la misma fórmula en cada tarea —es decir, pruebas con límite de tiempo— y una modificación indebida de las normas establecidas —por ejemplo, se establece que si tira el huevo al fuego salvará a Keiko, pero no podrá resucitar para después contarnos que en realidad este dilema era para ponerle a prueba y se niega el efecto de su decisión—. No cabe duda de que esto fue producto de la improvisación.

Calificación: 6

Arco de los Artefactos de la Oscuridad

A partir de este momento, la obra deriva totalmente hacia la vertiente de acción con la conversión del protagonista y su grupo en Detectives Espirituales encargados de resolver casos relacionados con criminales demoníacos que amenazan el mundo humano. Un nombre que, por cierto, se ajusta muy poco a lo que verdaderamente hacen nuestros protagonistas: luchar contra villanos poderosos. De investigar prácticamente nada, a excepción de algún trabajo que hacía Botan como asistente del grupo. En este sentido, introducen una serie de objetos especiales como lentes para ver lo oculto o brújulas para medir la energía espiritual, pero su uso por el héroe desaparece tras el arco de entrada como si fueran una idea descartada. Por esta razón me pregunto: ¿Por qué no llamarlos Guerreros Espirituales? La denominación encajaría mejor. Vamos, más coherente y menos problemática.

Con todo, esta falta de correspondencia no importa tanto como el hecho de que la fórmula vigente consiste en proteger a la humanidad de las acciones de los Yōkai. Siguiendo una vez más con el folclore japonés y la mitología oriental, el anime declara a estos monstruos sobrenaturales como la fuente de problemas y el enemigo a vencer. Mientras que la exploración de su naturaleza no tendrá lugar hasta más adelante la energía de este universo, el Reiki, al menos supera esta insustancialidad. Y no lo digo por la breve explicación que nos transmiten, que obviamente da para muy poco, sino por las características (poder, habilidad, cantidad, etc) y las aplicaciones de la misma a través de la pruebas de Genkai. Aunque de ello hablaremos más adelante, tenemos de ejemplo el Rei-Gun, una técnica que aprovecha el poder espiritual para concentrarlo en el dedo índice y dispararlo como si fuera una pistola; o la Espada Espiritual, que consiste en materializar una espada —a veces, usada como un bate—. Igualmente esta exploración no resulta muy profunda, aunque es una mejora.


Expuestos los conceptos fundamentales, pasemos al trío de antagonistas: Goki, Hiei y Kurama. Más allá de que los tres son Yōkai no existe ningún vínculo entre ellos fuera de su interés personal por los Artefactos de la Oscuridad. Como era de esperar, Goki es el menos interesante por ser un bruto de inteligencia limitada que ve a los seres humanos como alimento. Hiei es un demonio más ambicioso, ya que desea obtener los tres objetos para gobernar el Reino Espiritual. Su lema es «el fin justifica los medios». Por esa razón, rapta a Keiko para conseguir su propósito. Fuera de su inteligencia y ambición, sin embargo, Hiei sigue siendo un villano malvado, arrogante y cruel aunque mejor usado que sus compañeros. La sorpresa final del grupo es Kurama, que es un antagonista que robó el tesoro no por egoísmo personal sino por ayudar a alguien: su madre. En el pasado era un Yoko, un zorro demoníaco especializado en deshacerse sellos y robar tesoros, pero un día fue herido y para sobrevivir se hizo pasar por el hijo de una pareja de la cual se encariñó. Por tanto, el único objetivo de este chico amable, pacífico, sereno, responsable y educado es curar la enfermedad de su madre.

Aunque prometía por ser la primera misión de Yusuke, la realidad es que este arco tiene un gran problema: su construcción apresurada y superficial. El tiempo dedicado era insuficiente para edificar adecuadamente un conflicto de mayor magnitud, dándose una serie de problemas. Uno de ellos es la mala exposición, que está mal ubicada inicialmente y en el caso de los Artefactos de la Oscuridad vuelven a repetir la información acerca de estos objetos. Un segundo problema es lo precipitado de mandar a Yusuke a un caso tan difícil por primera vez, sin experiencia de ningún tipo en el uso de la Energía Espiritual. De hecho, el inconveniente se mantendrá porque Koenma seguirá enviándolo a misiones peligrosas que están teóricamente muy por encima de su nivel. Tal parece que el soberano carece de personal para arreglar los asuntos de su jurisdicción, sobreexplotando a los de siempre. Un tercero está relacionado con Kurama, quien era el antagonista con más potencial por su historia personal, pero le conceden la mitad de un episodio para presentar y finalizar su conflicto. Literalmente, es imposible tratar adecuadamente su historia personal con un tiempo tan limitado.

Para finalizar, está la cuestión de las peleas, una caja mixta de aciertos y desaciertos porque se mezclan ingenio moderado y nula inventiva. Desde la resolución de los combates de Goki y Hiei, buscando la parte débil del cuerpo y usando la capacidad de reflexión del espejo respectivamente; hasta los deus ex machina como Goki retirándose por alguna razón pobre, Kurama salvando la vida porque el espejo valoró el acto de Yusuke —ignorando la regla de que el deseo tomaría su vida— y Yusuke siendo capaz de golpear a Hiei usando su supervelocidad a pesar de que no tenía forma de pillarlo. Al menos, todos le ponen contra las cuerdas y las vidas implicadas en juego (los niños, la madre de Kurama y Keiko) sirvieron para formar una mentalidad más preocupada por la justicia y los problemas del Reino Espiritual.

Calificación: 5

¡Hasta la próxima entrada!

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6 Comentarios

  1. Oh no sabía que tu intención era reseñarlo en su totalidad por arcos, sabía que tenías planificado el Torneo Oscuro pero no los demás, que agradable sorpresa.

    No había caído en cuenta sobre la desconexión de su planificación, viéndolo en perspectiva entiendo a que te refieres. Respecto a está primera parte no tengo mucho que comentar, excepto lo pulido que me fue todo la primera vez que lo vi. Los colores, dirección, detalles, no entiendo porqué hay quienes piden un remake, la serie sigue viéndose increíble.

    Estaré atento a los consecuentes, tengo mucho interés a lo que reseñes en el Capítulo Negro y el Torneo de los 3 Reyes. Seguramente demorarás tu tiempo más valdrá la pena.

    Saludos!

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    1. Buenas tardes,

      Al principio, quería reseñar solo el Torneo Oscuro pero acabé haciendo reseñas de las dos primeras sagas. Si veo que tiene aceptación haré también de las dos que me faltan. La desconexión entre arcos, sin embargo, me recuerda un poco a Dragon Ball, aunque la verdad a partir de la saga del Torneo Oscuro hay pequeños elementos unos arcos con otros aunque sea débilmente. La serie sigue siendo una joya por el esfuerzo y la pasión que le pusieron en su tiempo. Tampoco considero que haga falta un remake.

      Saludos

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  2. Una de mis series favoritas, excelentes personajes, mucha acción y aventuras fantásticas <3 . Lo del Torneo Oscuro ya no recuerdo como termina, pero fue el fin de mi "infancia", tendría que pegarle una mirada y ver si aguanta el paso del tiempo. Saludos

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  3. Una de las obras que más me gusta de Togashi, incluso esta por encima de HxH; para la epoca de su estreno era practicamente impensable que el protagonista de un shounen sea asesinado en su primer episodio. Y si bien es cierto la propuesta introductoria era más que atrayente, el desarollo del mismo tiene muchos momentos que palidecen el camino de la historia que decide inclinarse por un camino algo más fácil y repetitivo, que lo hace predecible pero entretenido

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    1. Buenas, la introducción está bien aunque va despegando a medida que va ir desarrollándose tal como muestra la siguiente parte de este análisis que ya he publicado.

      Saludos

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