- Año: 1996-1997
- Capítulos: 4
- Estudio: Madhouse
- Formato: OVA
- Género: Acción, Ciencia Ficción, Comedia, Sobrenatural
Dos en uno
Sinopsis
Igual que muchos adolescentes, Tsutomu es un estudiante de secundaria más. Más bien eso le habría gustado seguir siendo, pero resulta que el día antes de los exámenes de admisión fue víctima de un extraño caso donde estuvieron implicados seres de otros planetas. Tanta mala pata tuvo que incluso murió durante el incidente. Sin embargo, la Federación Intergaláctica, preocupada de no dañar a los terrícolas, le salva la vida y logra revivirlo. Pero hay un inconveniente… ahora debe compartir su cuerpo con una agente federal, Birdy. ¿Cómo será su vida a partir de ahora?
Trama y Desarrollo
Masami Yuuki es conocido por ser el autor del manga de Patlabor (1988-1994), pero también de otras obras como Assemble Insert (1985-1989) o Birdy the Mighty (1985-1988). Esta última, al igual que las anteriores, recibió su propia adaptación animada en forma de 4 OVAs. El encargado fue Yoshiaki Kawajiri, director de películas como Ninja Scroll (1993) y Vampire Hunter D: Bloodlust (2000), aunque en esta ocasión no tuvo mucha libertad creativa para dar forma a sus intereses. De ahí que sea difícil identificar el estilo del prestigioso autor, con solo algunas señales como su predilección por la acción o los monstruos araña. Tal vez si las OVAs no hubieran terminado en un punto y aparte indefinido podríamos haber visto más.
Birdy the Mighty es una miniserie de acción con elementos de ciencia ficción que nos cuenta la historia de un estudiante y una agente interespacial, ambos unidos en un mismo cuerpo debido a un incidente desafortunado, que deben colaborar para vencer a una malvada organización extraterrestre. El principal atractivo, por tanto, es el hecho de que la pareja principal convive en el mismo cuerpo. Un cambio infrecuente porque lo habitual es que el héroe termine en el cuerpo de su compañera y a la inversa, teniendo que lidiar ambos con situaciones a las que no está acostumbrados. Véase vivir la vida de otra persona completamente distinta que alcanza el sexo, la edad, la ocupación, etc.
Por el contrario, aquí hablamos de una experiencia distinta: ambos huéspedes deben hallar la manera de estar satisfechos. Por una parte, Birdy tiene que mantener intacta la vida personal de Tsutomu. Por otro lado, el chico debe colaborar en la misión de Birdy. Contrario a lo que podría parecer la convivencia no tarda mucho en efectuarse, dándose algunos roces iniciales por el disgusto de Tsutomu y la brusquedad de Birdy que se resuelven por la necesidad de anular la amenaza. Es decir, la dimensión dramática y emocional no tiene mucho recorrido pese a que pudieron aprovechar la naturaleza de la situación para afianzar vínculos a un nivel más íntimo. Tampoco sacan mucho partido al ámbito cómico, conformándose con algunas bromas que le gasta Birdy al manejar su cuerpo por la ciudad y abrazar a su amiga. Por el lado positivo, evitan romances innecesarios y que el protagonista sea un blanco fácil ante los ataques enemigos.
De la misma forma, el potencial de la pareja tampoco alcanzó su máximo. Ni juntos ni separados. Al igual que otros muchos, Tsutomu y Birdy son un dúo cuyas interacciones son simpáticas, pero carente de una química de equipo singular ante la falta de contrastes o elementos de unión. La excepción está en el campo de batalla, ya que cada uno aporta lo suyo: Birdy la fuerza y Tsutomu las ideas decisivas. Que, por cierto, uno se pregunta de dónde las saca porque el chico no es el más brillante ni el más interesado en la ciencia. Sin duda, su interacción resultó tres veces más brillante en el revival donde había una comunicación mejor dirigida. De cualquier forma, el verdadero pilar del grupo es Birdy. Frente al estudiante común y corriente sin más conflicto que recuperar su vida anterior, tenemos a una mujer de acción dotada de cierta chispa por su belleza, fuerza y carácter luchador. A diferencia del adolescente, la heroína tiene una meta personal: vengarse de Christella Revi por el asesinato de un ser querido. De ahí su compromiso y responsabilidad con el trabajo, ya que siempre está atenta a cualquier señal y patrullando la zona. Lamentablemente, no llegamos a explorar su drama personal por culpa de que la historia queda incompleta.
De los secundarios mi opinión es más breve. Ellos sirven principalmente para configurar el entorno personal del protagonista, permitiéndonos entender mejor porque quiere preservar su vida intacta. Al mismo tiempo también cumplen una función cómica. Sea la familia con la madre sobreprotectora, la hermana molesta y el padre torpe o sean los compañeros de clase que se dedican a enseñarle revistas eróticas. En un lugar más elevado está la amiga de Tsutomu: Hayamiya. De ella podemos señalar los mismos tópicos que de otras compañeras de clase con la misma función, pero lo más decepcionante es la resolución del conflicto en que se revela la identidad de Birdy. La razón es que acaba con un simple “cuéntamelo cuando estés preparado”, volviendo al status quo.
En el bando enemigo tenemos algo más de valor, aunque nada para echar cohetes. De partida, está la villana principal: Revi. Sin duda, la presencia de esta mujer llama la atención porque está rodeada de lujo, con un interés por la belleza personal. Sin embargo, al privarnos de un conflicto directo con ella nos han dejado sin más que añadir. Por ello hay que conformarse con el antagonista del arco: Seichiro Hikawa. Él es un investigador que experimentó con seres humanos durante la II Guerra Mundial para crear soldados perfectos, pero tras estos acontecimientos no pudo continuar. Su “labor” nunca fue reconocida hasta la llegada de Revi. Seichiro casa muy bien con el clásico científico narcisista que confía en su malvada genialidad, pero que no aporta un enfoque nuevo. Con todo, no se queda en algo más genérico gracias al trasfondo otorgado por la investigación policial y el plan maquiavélico de transformar los habitantes de Tokio en monstruos con poderes psíquicos.
A pesar de que la obra no despunta en los aspectos anteriores, por lo menos otorga mayor relieve y atención a la acción y el desarrollo del combate. Un punto muy favorable cuando las pretensiones intelectuales son de un tamaño tan pequeño. Los enfrentamientos implican a Birdy y los enemigos de la organización, que son capaces de utilizar poderes de carácter sobrehumano o psíquico. En general, estos encuentros son notables por varias razones. En primer lugar, apenas usa recursos de animación limitada. No serás testigo de imágenes estáticas ni tampoco de reciclaje de secuencias ni sustitución de fondos. En vez de eso el movimiento es limpio y fluido. En segundo lugar, las batallas están libres de los obstáculos más odiosos del shonen de peleas como la exposición molesta o la lentitud deliberada para alargar.
Después, posee coreografías y efectos visuales suficientes para montar un pequeño espectáculo. En este sentido, algunos animadores como Yoshiyuki Ito (Cowboy Bebop, 1998; y Soul Eater, 2008) han aportado algunas escenas de acción sensacionales. Por supuesto, la acción consigue ser clara para el espectador. Por otro lado, hay abundancia y variedad en las peleas, cambiando los enemigos y las localizaciones (edificios, acuarios, parques de atracciones, vías del tren, etc). Sin embargo, no son perfectas ni mucho menos. Por ejemplo, la música está lejos de ser memorable, por mucho que sea adecuada. También falta cierta repercusión en la acción porque Birdy casi nunca es herida de gravedad, aunque puedan ponerla en apuros. Como último detalle, habría estado mejor no omitir ciertos puñetazos o patadas en el momento de impactar. Si me preguntaran cual es la mejor batalla diría que Birdy contra Ondine.
Calificación: 6
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