Sinopsis
Ryuu Yamada, alumno del instituto Suzaku, se ha vuelto conocido entre sus compañeros por ser un joven problemático. Un día, después de ser regañado por su pobre desempeño académico y mala actitud, se encuentra con Urara Shiraishi, la mejor estudiante de su curso. Mientras Shiraishi subía las escaleras, Yamada intenta provocarla, solo para tropezar y caer, arrastrándola en su caída.
Tiempo después, se despierta en la enfermería. Para su sorpresa, descubre que no está en su propio cuerpo. La causa está en que intercambió cuerpos con Shiraishi, y al confrontarla, descubre que el catalizador del intercambio fue un beso accidental durante la caída. Ahora que conoce su poder, su vida toma un giro de 360º trayéndole un nuevo comienzo escolar.
Trama y Desarrollo
Tiempo atrás un joven servidor había encontrado un manga que le había agradado: Yamada-kun to 7-nin no Majo (2012-2017). La autora de esta obra es Miki Yoshikawa, antigua ayudante de Hiro Mashima (Fairy Tail, 2006-2017). A pesar de que este ha sido su único manga en ser adaptado a anime, la autora es conocida por sus más que exitosas comedias románticas como Yankee-kun to Megane-chan (2006-2011) y Kakkou no Iinazuke (2020). Tal vez algún día me tome el tiempo de leerlas, pero hoy vamos a centrarnos en las brujas de Suzaku. He de advertir que esta reseña solo abarca la primera mitad del manga (hasta el capítulo 90) y la primera parte del anime debido a la larga extensión del manga y la falta de interés por la segunda etapa.
Yamada-kun to 7-nin no Majo es una comedia estudiantil de demografía shōnen que reúne todos los elementos habituales del género: malentendidos, sexualización femenina, gamberros, problemas escolares, etc. Si especificamos, no obstante, podríamos integrarla dentro de un grupo que conozco como “Detectives escolares” porque la trama principal se resuelve en torno al misterio de las brujas del instituto Suzaku. Estas brujas son un grupo de siete muchachas con poderes sobrenaturales a las que el club de investigación paranormal trata de encontrar investigando el origen de sus poderes y la identidad de sus miembros. Por tanto, estamos ante una “caza de brujas”, aunque sin persecución violenta.
Sin embargo, y tal como se anticipa desde el primer episodio, el manga adopta un tono humorístico al margen de los problemas que enfrentan y los conflictos personales que atañen a los personajes. El principal factor que desata tanto las risas como los conflictos son, por supuesto, las habilidades de cada bruja. Hablamos de intercambio de cuerpos, esclavitud amorosa, invisibilidad, precognición, telepatía, entre otros. Todas ellas pueden ser obtenidas por Yamada, quien tiene el poder de copiar. No obstante, para adquirirlas o emplearlas el usuario necesita besar a otras personas si por ejemplo pretende establecer una conversación mental con alguien mediante telepatía. Un hecho que unido a las habilidades se presta a todo tipo de enredos, malentendidos y escenarios inimaginables.
Lo siento, pongo imágenes del anime por problemas con las del manga |
La autora aprovecha la oportunidad, aunque centrándose en aquellos que le dan más juego: el intercambio de cuerpos y, en menor medida, el encanto amoroso. Ambos son más útiles para generar líos con una orientación romántica y erótica. De ahí los clásicos desnudos, ropa interior, besos apasionados, disfraz femenino, celos, etc. A estas tonterías suelen contribuir el dúo Miyamura e Itou porque siempre están dispuestos a experimentar con los nuevos poderes que el grupo descubre. La actitud proactiva de la pareja, no obstante, causa que sean víctimas de su propia curiosidad. Véase la ocasión en que son afectados por el hechizo amoroso, volviéndose un par de tortolitos colados por Yamada. Con todo, las aplicaciones que realiza la autora de dichos poderes tampoco nos trae más escenarios nuevos al género. Cabe señalar, a modo de detalle, que las reacciones y las expresiones cómicas de los personajes están influenciadas por el estilo de Hiro Mashima.
Otro factor que genera un interés en los lectores es el elenco de personajes que al igual que en otros mangas del género cae en gracia por su encanto individual o relaciones amorosas. El grupo básico está formado por los miembros del club paranormal, las brujas y algunos individuos unidos a ellas. Vamos a nombrar solo algunos de los más relevantes. Yamada es el clásico chico problemático sin muchas luces que resuelve muchos de sus problemas a golpes y tiene nula experiencia romántica. En consecuencia, sus gags se relacionan con las críticas que le hacen cuando está en el cuerpo de otro, la vergüenza que pasa besando a otras mujeres o el trato de rata de laboratorio que recibe por su poder. Shiraishi, en cambio, cae en el tópico de la mejor estudiante pero en un inicio sin popularidad a causa de los celos que tienen sus compañeras hacia ella. Su obsesión por estudiar y el hecho de que habla más por sus acciones que por sus palabras la hacen la más popular en el fandom.
Otro popular es Miyamura, el vicepresidente del consejo estudiantil. De partida, otorga caos al grupo por su falta de sentido común y su carácter pervertido. Una parte de su gracia, y en particular explica el interés femenino en la obra, radica en el factor homosexual. Miyamura no tiene reparo en estar besándose con Yamada o toqueteando su cuerpo cuando sucede un intercambio. También le encanta bromear al comentar que Yamada quiere o siente algo por él, lo cual genera situaciones de lo más hilarantes. Pero también es un personaje más destacable por el conflicto personal que lo vincula con su hermana mayor. Otro individuo es Itou, que tiende a hacer pareja con Miyamura al coincidir en sus estupideces. No obstante, funciona casi como un complemento en su compañía. Es una lástima que no sacaran partido a su interés por lo paranormal. De otro lado hay que destacar a la bruja con mayores apariciones: Nene Odagiri. Ella es la segunda vicepresidenta del consejo estudiantil, compitiendo con Miyamura por el puesto de presidente. Ella encaja en el arquetipo de mujer ambiciosa y orgullosa, pero despierta un inesperado interés en el hecho de enamorarse. Ese lado dulce explica sus numerosos fans.
No podemos olvidar la cuestión temática sobre la que gira el manga: las dificultades para relacionarse y hacer amigos. Muchos de los personajes, en especial las brujas, empezaron con o tienen vidas marcadas por la soledad, la incomprensión o el aislamiento. Por ejemplo, el problema de expresión de Meiko fue un inconveniente para su vida estudiantil hasta que ganó la telepatía. O Itou, que era vista como un bicho raro por su interés en lo paranormal. La autora tiende a hacer hincapié en esta cuestión al enfocar hacia este lado los problemas personales de los alumnos de Suzaku. Aquí los poderes, que en apariencia solo están para multiplicar las situaciones divertidas, poseen un propósito temático ya que ayudan a estos chavales problemáticos a aproximarse y hacer migas con otros que comparten su misma situación.
Aquí hay que mencionar la figura de Yamada, que en un principio no encajaba en el instituto por su bajo rendimiento académico y su tendencia a pelear. A medida que se enreda en los atolladeros de las brujas, sin embargo, gana muchos amigos e intereses románticos que le agradecen su ayuda. De hecho, se convierte en una especie de benefactor que presta auxilio a aquellos que lo necesitan. Es decir, se vuelve una persona más altruista y preocupada por las dificultades que sufren los demás. El problema principal es que la autora no explota al máximo esta cuestión central, balanceándose entre lo mediocre y lo aceptable. Ejemplo de lo primero es Meiko, con la que no gastamos el suficiente tiempo para explorar su problema pasado o forjar una amistad más sólida con Yamada. Ejemplo de lo segundo está Shiraishi, quien recupera sus ganas de relacionarse con los demás tras una etapa de bullying por parte de sus compañeras. La mangaka le dedica bastantes capítulos donde construye relaciones con otras personas y experimenta más vivencias positivas.
En conclusión, Yamada-kun to 7-nin no Majo es una comedia estudiantil que encantará en general a los amantes del género. No solo a aquellos que buscan alegrar la vista con chicas bonitas y poca ropa ni tampoco exclusivamente a los ilusionados con el amor sino también para los que quieren una trama algo más elaborada. Los que no estarán tan felices, sin embargo, serán aquellos que busquen nuevas lecciones sobre el amor, la amistad o los problemas adolescentes en general. Para ello mejor echadle un vistazo a títulos como KareKano (1995-2005) o Kaguya-sama: Love is War (2015). Tampoco, en general, hay ningún arco de la obra que sea imponente por el mediocre desempeño de la autora. Por ejemplo, durante la batalla entre los candidatos a la presidencia no logró balancear la lucha para que diera la impresión de que Miyamura podía perder. En fin, me despido, que quedan otros muchos mangas y animes por valorar.
Calificación: 6
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